Era el apogeo del verano cuando un Guardián de Dragones se presentó ante el Rey Viserys y se arrodilló sobre el suelo estampado de la sala del trono. El calor del día era sofocante, e incluso el rey, por lo general jovial, se había cansado de los procedimientos reales. Los dedos del guardián temblaban mientras esperaba el permiso para hablar, la última petición del día, o eso parecía. El sudor perlaba su labio superior.
— Habla. — Ordenó el Rey, apoyando su barbilla sobre su puño con aburrimiento; aunque con cuidado del filo de las cuchillas que cubrían los brazos de su silla de hierro. Era bien sabido que el Rey era propenso a cortarse con las espadas que daban forma al trono. Si eso era un mal presagio, no le correspondía a Guardián de Dragones decirlo.
— Vengo con noticias emocionantes, Su Alteza. — Dijo el guardián, luchando por controlar el temblor de ansiedad que había en su voz. Era conocido que la Princesa Rhaenyra era muy querida por el monarca que gobernaba, y que él era profundamente protector tanto de su castidad, como de su...
— ¿Y bien? — Soltó Viserys, claramente desinteresado en lo que el guardián tuviese que decirle. Bebió un sorbo de una fina copa, el vino helado se derramó por la parte delantera de su fino jubón, debido a su aparente embriaguez. — Escúpelo. —
— Los dragones Caraxes y Syrax han engendrado un huevo, mi Lord. — El guardián mantuvo su cabeza gacha. Todos los guardianes conocían la ley oculta de la horda de dragones Targaryen... y estaba bastante seguro de que el Rey también.
El Rey se quedó inmóvil por un largo momento, desconcertado por el anuncio. Normalmente, las noticias sobre nuevos huevos se presentaban en el Consejo Privado, no ante la Corte del Rey. Pero estas eran circunstancias atenuantes, de seguro el Rey lo entendería.
Cuando el monarca no pronunció palabra, fue Corlys Velaryon quien entonó la pregunta, confundido. — ¿Por qué esta noticia es importante para la Corte? ¿Esto no podría haber esperado hasta la próxima reunión del Consejo Privado? —
— No, mi Lord. — Respondió el guardián sin levantar la cabeza. — Era importante que el Rey fuera informado con suma urgencia. Como ve, hay una... —
— Hay una creencia. — Interrumpió el Rey al guardián, revolviéndose incomodo en su trono, como si las mismas cuchillas estuvieran presionando su carne. — Esto no se debe discutir abiertamente ante la Corte, ya que es una tradición que ha seguido a los Targaryen desde la Antigua Valyria. Otto, convoca a Rhaenyra, mi heredera, estas circunstancias deben discutirse en la privacidad de las Cámaras del Consejo Privado. —
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Cuando el sirviente llamó a Rhaenyra, ella estaba en el Bosque de los Dioses disfrutando del calor de la víspera del verano a la sombra. Hojeaba sin pensar un tomo que narraba la conquista de los Targaryen; detalles con los que ya estaba íntimamente familiarizada, pero aun así obtenía alegría de los relatos. Lo más interesante para ella eran las historias de la Reina Visenya, que había empuñado a Hermana Oscura contra sus muchos enemigos, montando a la espalda del gran dragón Vhagar. Hermana Oscura ahora pertenecía a su tío Daemon, y ella estaba decidida a pedirle poder sostener la espada la próxima vez que la visitara.
— ¿Princesa? — Su asistente la llamó desde el fresco confort del interior. — Princesa, su padre la ha convocado a las Cámaras del Consejo Privado. —
Rhaenyra cerró su libro. — ¿Tan tarde en una víspera del verano? —
El sirviente simplemente se encogió de hombros ante la pregunta, una especie de gesto casual que solo la Princesa Heredera permitía.
Dejando su libro en su recámara para continuar leyendo esa noche, ella adornó sus hombros con una manta y se dirigió a las Cámaras del Consejo Privado.
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Danza de Dragón
Fiksi PenggemarCuando Syrax y Caraxes ponen un huevo juntos, presagia malos augurios para la Casa Targaryen, a menos que sus jinetes puedan simular con éxito su baile. "Syrax ha puesto un huevo, engendrado por Caraxes, el Guiverno Sangriento. Es un presagio de los...