9. Fiesta

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18:39 horas

—Alguien debería ir a buscar a Nikolay —dice uno de sus hermanos.

—Sí, estamos preocupados por él —dice otro de los príncipes.

Pero ninguno se moviliza para ir a buscarlo en ralidad.

Me acerco a ellos para contarles mi aventura de esta mañana. Que me tocó despertar en el desierto, fingen que no les interesa.

—A Nikolay le pudo haber pasado lo mismo —digo para que entiendan el punto de porque les conté.

—Nikolay habría regresado antes que tú. Él conoce como llegar al reino —dijo el príncipe Michael, quien es el hermano mayor. No mostraba preocupación por Nikolay.

—¿Sabes algo de él?

—Lo debe estar haciendo a propósito para llamar la atención. Él ni se quería casar.

—Michael —llamó la atención el rey—. No especules así de Nikolay.

—Lo siento, pero entonces la otra opción que tenemos, es que está en problemas. Y que estamos aquí sin hacer nada.

—Ustedes quédense aquí, mandaré a algunos guardias a buscarlo —dice el rey en dirección a sus hijos.

Me quedo sentada en las bancas de la primera fila junto con los otros. También me acompañaban mis damas de honor. Se encargaron de tranquilizarme para no salir en busca de mi príncipe prometido.

—No deberían preocuparse, conociendo a Niko solo se le olvidó la fecha —todos los príncipes mostraban esa despreocupación. Y opinaban entre ellos que me dejó plantada con intención.

El rey vuelve a su lugar después de dar las ordenes a sus hombres.

—Qué no se haga un escándalo, por favor. Esperemos a que nos traigan noticias.

El banquete estaba programado y listo, y dando por perdido la ceremonia no querían que se desperdiciara la comida. Se ordenó que se sirviera, inclusive el pastel.

Los tragos no iban a hacer falta, porque aunque Nikolay no quiso planear nada ni involucrarse en lo que se iba a servir, pidió que no faltara alcohol en la recepción.

Ya con unos tragos encima todos estaban felices contando anecdotas divertidas y riéndose de chistes sin gracia. Los demás ya habían olvidado el contratiempo. Se habilitó la pista de baile para que se distrajeran más en eso.

La fiesta se hizo según lo planeado, al menos por esa parte todo salió bien.

La gente empezaba a irse. Era verdad que no quisieron hacer un escándalo, vi como Michael y sus hermanos despedían a los invitados. Con frases como estaremos notificando la nueva fecha, gracias por venir, excusando a Niko como si no fuera nada.

—Camile, deberiamos irnos, ya nos avisarán cuando aparezca.

—Quiero esperarlo, Katie, tiene que darme la cara y explicarme porque me dejó plantada.

—Ten por seguro que lo vas a enfrentar, pero ya deberías ir a descansar.

Katie tiene razon, estoy cansada de este día tan largo.

Y todavía no se ha acabado.

Salimos para irnos a nuestro apartamento, entro a mi habitación para cambiarme de ropa, todavía tengo cosas aquí, pero lo más nuevo y bonito ya lo había mandado a la mansión de Niko.

Tengo la intención de dormir, pero no puedo y no es por falta de cansancio, mi cuerpo me exige el descanso, y mi cabeza está dando vueltas todavía.

Estaba todavía en la sala principal con Katie, cuando llegó Joe.

El día de mi bodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora