8. Altar

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16:45 horas

Salgo del salón de Lore, ya lista como una futura princesa. A lo mejor no como el resto se imaginaria a una princesa, pero para mí ya es mucho decir.

Llevo un vestido y me maquillé, que les baste con eso.

La boda se realizará en el palacio del reino y para llegar allí no tenemos que atravesar las calles llenas de tráfico, pues normalmente siempre está libre.

En menos de quince minutos llegamos, mi corazón late desbocado, estoy demasiado nerviosa.

No me he bajado del carro, solo se bajan mis amigas para ir a avisar que ya estoy aquí y que todo esté listo.

Todavía me dolía lo que había pasado con Renzo, pero lo esperaba, tenía la corazonada que a pesar de todo el me quería como hermana, si él acepta ir a dejarme al altar, yo estaré dispuesta a dejar todo atrás y volver a llevarme con él como hermano.

—Tenemos problemas, Camile —dicen.

—¿Y ahora qué? —digo cansada de que el día de mi boda nada sale bien.

—No ha venido —dice Katie y me desiluciono.

No puedo creer que no haya venido, le dije que era muy importante para mí que estuviera aquí.

—Ya me había dicho que no quería venir, pero tenía que llevarme al altar. Nunca le perdonaré esto.

—¿Qué? ¿quién? —pregunta Katie confundida.

—Renzo —La miro pensando que era obvio.

—No me refería a Renzo, aunque él tampoco vino.

Mis nervios van en aumento.

—Espera. Entonces, ¿a quien te referías?

No puede ser verdad lo que estoy pensando.

—Al príncipe Nikolay, él no ha llegado, y nadie lo ha visto hoy.

Ahora sí me quiero morir. No quiero pensar nada malo, aunque hay muchas teorías rondando por mi cabeza ahora mismo. Saco la más probable y me convenzco de eso.

—Se le hizo tarde eso es todo —digo con miedo.

—Ya es tarde, Camile.

Tiene razón yo estoy llegando tarde y nadie lo ha visto, es lo más preocupante.

Salgo del vehículo y me dirijo al altar, yo sola, sin nadie esperandome al final del pasillo. La música suena y todos se ponen de pie para recibirme.

Murmuran entre ellos, lo que estoy haciendo es un escándalo. Los reyes no me dejarán que yo sea la que espere en lugar de Niko, pero ellos también tienen la culpa, por no haber pensado en Nikolay en todo el día. Solo se preocuparon por verse preciosos hoy y se les olvidó la razón.

El rey se acerca a preguntarme por Niko, y confirmo mis sospechas de que no saben nada.

*Flashback*

Yo no estaba dudando de Nikolay, pero cuando Renzo insistió tanto en que él no se quería a casar conmigo. Opté por ir a visitar a mi amigo Joe.

Y después de una plática informal de otras cosas irrelevantes saqué el tema de Nikolay si él sabía algo me lo iba a decir, podía confiar en él.

—¿Nikolay ha dicho algo cuando está aquí?

—Dicen muchas cosas todo el tiempo, Camile. Nisiquiera les pongo atención.

—Algo de nuestra boda, Joe, ¿Cómo que no se va a casar conmigo?

—No lo creo, tal vez si hablara de ti, sí hubiera puesto atención.

—¿Viene mucho por aquí?

—No, creo que él prefiere otros lugares de más categoría.

—Bueno creo que Renzo exageró. La gente dice muchas idioteces cuando están tomando.

—Asi es, Camile , y por lo que me has contado, creo que ambos están en la misma situación, dispuestos a hacer ese sacrificio.

Después vi que llegaba Renzo. Él también notó que estaba allí.

—¿Viniste a comfirmar lo que te dije? —Preguntó—. Hola Joe.

—Mejor dicho a desmentir, pero todo se debió tratar de un malentendido, no tendré rencores contigo.

—Espero que tengas razón y que no seas solo parte del plan de Nikolay para salirse con la suya.

—Asi será y ahora no quiero que estemos peleando para cuando sea el gran día. Tienes que estar ahí eres el único familiar que me queda.

A pesar de todo no podía permitir que se lo perdiera.

—Tengo que pensarlo.

—Es en una semana, allí te quiero ver.

Sin darme cuenta ya habían pasado seis meses desde el deceso de mi padre.

—No me hagas ir o me opondré a la boda y no quieres eso —dijo.

Bufé molesta. Solo estaba pidiendo un día en el que se portara como un buen hermano.

—Tienes que ir. Para que me lleves al altar.

El día de mi bodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora