14:30 horas
Gracias al esfuerzo de muchas personas, logramos despejar las vías para que pasara el tren. Debo decir que por estar contando mi historia no logré ser de mucha ayuda.
Nos volvemos al vagón y ya sin pausas recorremos el resto del camino.
Ya no hubo contratiempos, solo tiempo para recostarme en la ventanilla y ver pasar el mundo a toda velocidad, desde esta perspectiva me parecía que todo el drama de terminar perdida hoy, solo se trata de un contratiempo, una pequeña prueba más.
Me despido de todos cordialmente agradeciendo su atención cuando les conté una pequeña parte de mi vida, la bonita, la que dejo que todo mundo conozca, porque para historias trágicas ya cada quien anda cargando con sus propios problemas.
El tren me deja en la estación más cerca del palacio, pero todavía es lejos para recorrerlo caminando.
Falta una hora para las cuatro de la tarde, ya debería estar lista según lo planeado, todas mis amigas deben estar locas de preocupación y tal vez se atrevieron a cancelar todo, tendriamos que postponer la boda otra vez.
—Taxi —hago la llamada de uno.
Es todo un lío conseguir taxi en esta ciudad.
Para uno frente a mí y otra persona lo aborda y me deja afuera, tengo la peor suerte del mundo.
Empiezo a caminar y mientras, sigo tratando de parar otro.
Uno se detiene, está libre y lo abordo.
Le indico la dirección del salón Kitty Glamour, es donde me iban a peinar y maquillar, por sugerencia de varias amigas el vestido se quedó listo allí, así que no pierdo tiempo yendo a mi casa.
El trafico es más desesperante que las horas de viaje en tren. Avanzamos lento y cuando más prisa tengo el mundo va más lento.
*Flashback*
Cuando me casara con Nikolay pasariamos a vivir en la mansión que su padre le regalaría. Iba a formar parte de la familia real, y tenía que aprender a comportarme como dama de sosiedad.
Empezaron a entrenarme en el palacio, pasaba las tardes rodeada de vestidos, andando en tacones de aguja sin tambalear.
Los confeccionistas del reino ya estaban elaborando mi vestido de novia. Los planes de boda se aceleraron desde que di el sí acepto. Todo estaba planeado para que se efectuara la boda en dos semanas.
Solo eramos las doncellas y yo las encargadas de planear todo, Nikolay se mantenía ajeno a todo eso.
Por eso se me hizo extraño verlo entrar en el salon donde estabamos, sus pasos resonaban y eran el único ruido que había en la habitación.—Camile —dijo serio, su voz alcanzó las paredes y el eco la retumbó se escuchó más grave.
—Nikolay que gusto verte aquí —respondí y sonreí de manera amplia para intentar conseguir que me imitara y quitara esa cara tan seria, pero no funcionó.
Su rostro seguía serio y sin una sola ola de felicidad, ni siquiera por verme.
—Tengo que llevarte a tu casa —informó.
—Pero no hemos terminado aquí —traté de mantenerme estoica para demostrarle que no estaba de acuerdo en cumplir sus ordenes si me lo pedía de esa manera.
—Camile, vamos. —Su voz bajó la intencidad— se trata de tu padre.
Mi corazón dio un vuelco, sentí que se me quería salir. Siempre viví con el miedo de que un día alguien me trajera una mala noticia acerca de mi padre.
—¿Qué pasa con mi padre? —Accedí a caminar con Nikolay fuera del salon hasta la parte donde tenía su vehículo.
Él notó que estaba nerviosa, pero accedió a contarme lo que sabía.
—Regresó muy mal herido de la última batalla, él está en tu casa ahora.
Solo pensé que si estaba en casa y no en un hospital, no debía ser algo grave. Eso debía ser.
Llegamos a casa, me encontré con Renzo, él tenía el rostro pálido, me vio llegar con Niko y no le hizo mucha gracia que él estuviera allí. Para mi hermano, Nikolay me había comprado aprovechándose de la posición de mi padre y de su ilusión a un cargo superior.
No tenía tiempo para enfrentarlo, lo quite de mi caminó y pase a ver a mi padre.
Entré a la habitación donde se encontraba y casi sin aliento me llamó por mi nombre, me acerqué a su lado y contemplé con asombro el nivel de sus heridas. Era más grave de lo que imaginé.
—¿Por qué no está en el hospital? —Pregunté, pero nadie me respondía
Su mirada me lo decía todo, no había nada más que hacer: iba a morir.
***
La muerte de mi padre me dejó destrozada. Y además Nikolay se comportó distante y frío después de eso.
No sabía que había hecho mal para merecer su trato desconsiderado.
—Si ya no te quieres casar conmigo ahora lo comprenderé —dijo Nikolay.
—Solo tendremos que postponer la boda, pero yo sí quiero casarme contigo.
—Camile, ya no tienes que hacerlo. Puedes cancelar todo, nadie te recriminará por eso.
—Si eres tú el que no quiere, dímelo —lo enfrenté, era mejor que me lo dijera aunque eso fuera a dolerma más.
—Tu hermano tiene razón, tú aceptaste el trato por tu padre, y ahora él ya no está. Ya cumpliste con él, Camile, ya no tienes que sacrificarte.
—No hables con mi hermano, por favor. Él está dolido ahora. Y no es un sacrificio, tú me diste la oportunidad de conocerte y ahora quiero casarme contigo por que te quiero.
Asintió complacido.
—Me alegro que sea así, no te preocupes por la boda, podemos tomarnos el tiempo que sea necesario. Y yo estaré feliz de que seas mi esposa, porque yo también te quiero.
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El día de mi boda
Gizem / GerilimCamile se va a casar con el príncipe Nikolay, todo está listo para el gran día, pero no contaba con despertar sola en medio del desierto el día de su boda. Sin recordar como llegó allí, busca la manera de salir, solonla acompañan recuerdos de moment...