↷✦; 𝒇 𝒊 𝒏 𝒂 𝒍 ❞

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𝙳𝚒𝚎𝚣 𝚊ñ𝚘𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞é𝚜...

Hoy era su décimo aniversario como novios, y por supuesto querían celebrarlo como es correspondiente. Pero aquello tendría que esperar hasta la noche debido al trabajo del pelirrojo.
Es una fecha sumamente importante para ambos, pues cumplir una década juntos no cualquiera podía hacerlo, así que estaban orgullosos muy contentos. Obviamente han habido un par de discusiones y peleas durante todo este tiempo, sin embargo pudieron contra dicha adversidad y continuaron.

─ nos veremos más tarde entonces, corazoncito ─se despide dejando un beso en la desordenada cabellera rubia.

─ sí, suerte hoy ─responde aún algo adormilado, cosa que hace reír al contrario.

Natsu inclina un poco más su cuerpo para alcanzar los labios ajenos con los propios, formando así un suave beso. Al separarse se murmuraron un bajito "te amo" seguido de un piquito de despedida.

Había pasado muy rápido el tiempo, ya todos tenían una vida hecha y un futuro prometedor, cada uno había cumplido su meta o estaban cerca de cumplirla. Por ejemplo, Takemichi y Hinata, quienes estaban a seis meses de contraer matrimonio.
Pensar en ello le trae los inmediatos recuerdos de todo ese mal entendido, ahora sólo se limita a reír por lo tonto y despistado de que fue al creer que Suki podría haberse enamorado del entonces rubio.

Oír la puerta principal cerrarse logró sacarlo ligeramente de su ensoñación, se estira sobre la silla soltando un jadeo satisfecho al sentir la tensión de su adormilado cuerpo desvanecerse.
Terminó de beber su té de menta para comenzar su ajetreado día.

Quería sorprender al mitad japonés con algo que él mismo preparara, siendo una fecha tan importante, quería ser detallista, más que regalar chocolates, flores o cualquier otra cosa que fuera muy típico e incluso aburrido.

Así que se puso manos a la obra, comenzando a recoger y limpiar la casa lo más rápido que le era posible, aunque le daba muchísima pereza lo hacía por Satou. Ahí demostraba lo mucho que en verdad lo ama. Ya debería estar agradecido por tener a alguien como él, es muy afortunado.

Dadas las dos de la tarde recién había terminado, todo estaba reluciente.
Se dió prisa para darse un baño, pues tenía una cita con Atsushi a las tres menos quince en su estética. Sólo iba a darse un ligero cambio en el cabello.

Durante la ducha, mientras algo de música se reproducía de fondo, pensaba en como lograría no incendiar la casa mientras intentaba cocinar algo. Supongo queda claro que jamás en su vida tocó la cocina para preparar algún alimento, era inexperto y torpe. Pero estamos hablando del invencible Mikey, de una u otra manera va a lograrlo, ya sea siguiendo un estricto tutorial de cocina, o que llame a Emma para que le ayude. Soluciones hay muchas.

Luego de un par de minutos teniendo un concierto en el baño, salió del pequeño cuarto con una toalla enrrollada en su cintura y otra en su cabello.
De camino a su closet no pudo evitar mirar su reflejo en el espejo de cuerpo completo de tenían en la habitación, parando frente a él para observarse. Su cuerpo es delgado pero con músculos poco notorios, sus ojos negros mostrando un ligero brillo y su largo cabello húmedo cayendo sobre su nuca mientras unos mechones se pegan a su frente. Si Satsuki estuviera ahí al lado, podría compararse, él es más alto y su cuerpo en comparación es más grande y tonificado, sus ojos azules como el mar que no importa como se vea, siempre reflejan amor y admiración hacia su persona.

Una tonta sonrisa se planta en sus labios y retoma su camino para vestirse, el tiempo le susurraba al oído.
Se colocó sus sandalias y corrió a la puerta de su apartamento tomando sus llaves de paso, ya en el exterior se dirige rápidamente a su amada babu y conduce a donde Akkun llegando en menos de diez minutos.

𝐒 𝐄 𝐂 𝐑 𝐄 𝐓 | 𝘚𝘢𝘯𝘰 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰; 𝘔𝘪𝘬𝘦𝘺「✔」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora