↷✦; 𝒔 𝒊 𝒆 𝒕 𝒆 ❞

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Faltaban pocos días para su cumpleaños, estaba realmente emocionado. Y cuando digo pocos días me refiero a dos.
Más que nada ansiaba ese día porque Satou, Baji y Kazutora le dijeron que le esperaba un gran regalo.

Si se ponía a pensar, que los tres cooperaran para su regalo, debía ser algo realmente grande. Eso le entusiasmada muchísimo.

A la hora de salida no se sorprendió por no encontrar al pelirrojo esperándolo afuera de su aula, en el almuerzo les dijo que tendría que irse rápido al trabajo. Al parecer habían rentado para algún evento o algo así según lo dicho.
Así que Kenchin y él dispusieron a irse, tal vez a comer un helado o si era preferencia del rubio más alto, irse a sus respectivas casas.

─ ¿estarás muy ocupado más tarde? ─pregunta de pronto el de trenza.

─ creo que no, tendría que preguntarle al abuelo antes. ¿Por qué? ─

─ tenía pensado ir al arcade un rato, quería saber si quieres ir. ─

─ por mi bien, pero ¿por qué no llevas a Emma? Tal vez así se animen a confesarse de una vez ─alza las cejas repetidamente en un gesto pícaro.

Draken empezó a gritarle y darle golpes en la cabeza, permaneciendo sonrojado. Esto sólo hacía reír al más bajito sobándose luego de cada golpe.

Notaron el montón de gente acumulada en el estacionamiento de Kaori. Curiosos ambos rubios se acercaron también.
La multitud gritaba emocionada y extaciada, ¿un show? No, en uno no gritarían "acábalo".

Tuvieron que buscar un sitio alto para que Mikey pudiera ver, ¿una pelea? Todo se vería normal y no le importaría, pero pudo reconocer aquella cabellera carmín metida en el lío. Draken también lo notó.
Los dos se escabulleron entre las personas hasta quedar al frente.

Natsu era el menos golpeado para su suerte, pero sí tenía el labio partido y sangraba. El que estaba en peores condiciones claramente era su contrincante: un chico alto y algo robusto, este también sangraba de su labio y de la ceja.
A las espaldas del pelirrojo estaba un chico rubio tirado, mucho más golpeado aún.

"¿te metiste en un lío para ayudarlo, Satsuki?" pensó el rubio más bajito mirándolo angustiado.

Satou no era un maestro en las peleas, pero sabía defenderse, y muy bien. Por algo el abuelo Mansaku lo entrenó personalmente en su dojo.

─ ¡tráiganme un bate! ─ordenó el de cabello azabache.

¿no era una pelea a puño limpio? ─empezaron a oírse los murmullos alrededor.

─ eres un cobarde, tienes que recurrir a un objeto para ganarme. Que patético ─sonrió burlón.

─ ¡cállate! ¡Traigan el maldito bate! ─

Uno de sus secuaces le dió tal objeto. Mikey se quitó la mochila dispuesto a defender al mitad japonés. El pelinegro corrió en dirección al ojiazul con la clara intención de golpearlo.
Natsu detuvo el golpe agarrando el extremo del bate, alzó la pierna dando una patada en la mandíbula del otro haciendo que pierda el equilibrio y caiga al suelo inconsciente.

La gente se volvió loca al ver al claro ganador. Daban por hecho que Kiyomasa le daría una buena paliza al pelirrojo, dado a que su musculatura era mayor. Que pena que perdieran la apuesta.

El rubio cenizo infló los cachetes molesto y caminó hacia Satou, éste notó su presencia de inmediato.

─ ¿Mikey? ¿Qué hace-? ¡Ay! ─no le dió tiempo ni de terminar, el más bajito le estaba jalando de la oreja lejos de la vista de la gente.

𝐒 𝐄 𝐂 𝐑 𝐄 𝐓 | 𝘚𝘢𝘯𝘰 𝘔𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰; 𝘔𝘪𝘬𝘦𝘺「✔」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora