Capitulo 5: Nicholas

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Aquel beso había dejado una rara sensación en mi estómago, seguramente era el miedo. Mis labios se habían hinchado ligeramente, me sentía avergonzada de mi misma, pero ¿Qué mas podía hacer? El fin justificaba los medios, o sea tratar de salvarse a toda costa. Me daban escalofríos pensar en todas las cosas malas que podría hacer conmigo, pero por otro lado... tenía sentimientos encontrados con aquel beso. ¿Había visto a este chico en alguna otra parte? , no lo sabía con exactitud, tal vez con Joe suponía, pero las energías de sus labios me decían he esperado tanto para esto. ¿El secuestro me estaba volviendo loca?, tal vez, pero como siempre tenía un extraño presentimiento.

Podría haber salido corriendo de ahí, ¡Ah! pero que estúpida, estaba encerrada en un cuarto con un secuestrador. Su tosca forma de toser interrumpió todos mis pensamientos, lo mire tan pronto como supe que quería llamar mi atención.

- ¿Vas a ir, o prefieres quedarte amarrada toda la noche?

Me puse de pie con dificultad ya que mis manos a un seguían atadas atrás de mi espalda, abrió la puerta de entrada a la habitación y pude fijarme en que estábamos en un hotel. Se puso delante mío y me guió por los lúgubres pasillos del edificio el cual nos encontrábamos hasta llegar a las escaleras de emergencia. El caminaba tan rápido que apenas podía seguirle el ritmo, y sin querer había tropezado al pisar el último escalón, por suerte mía, había caído de espaldas, mis brazos habían recibido todo el impacto. Soy una estúpida -pensé- . El dolor poco a poco se había esparcido hasta mis hombros y luego a mi cabeza. Como pude, rodé en mi y logre ponerme de rodillas en el suelo.

- ¿Estás bien? - Pregunto el chico

- Lo siento, creo que no vi el último escalón.

- Yo lo siento, creo que debí haberte desamarrado - Dijo mientras se agachaba para llegar a mi altura

Claro imbécil, estúpido, torpe, debiste haber pensado eso antes.

- No, es culpa mía, calcule mal y...

No me había dejado de terminar la oración, cuando su cara estaba tan cerca de la mía que podía sentir su respiración en mi oído, cerré los ojos y fruncí el ceño, no por favor, no me beses de nuevo.

- ¿Te sucede algo?, solo quiero ver si estas herida, eso es todo -rasco su nuca- Si tienes algún problema, luego no te quejes, eso es todo.

Desamarro los nudos que había echo antes, se puso de pie y siguió camino a la puerta que se encontraba frente al final de las escaleras, detrás de ella se encontraba un estacionamiento privado. Me levante aun con dolor en los brazos y fui tras el. Debería haber escapado ¡Rayos!, pero no me convenía, tenía un arma y es seguro que no dudaría en usarla contra mi. Con un pequeño control desactivo la alarma de un auto lujoso, no me esperaba menos de un matón.

- Entra al auto - asentí con la cabeza

Abrí la puerta trasera, para luego deslizarme por los asientos, pero sus grandes y frías manos me detuvieron de golpe sujetándome los hombros. Cerro con fuerza la puerta trasera, tanto así que di un respingo del susto y luego me empujo en el asiento del copiloto (Cuya puerta habría abierto antes). Dio la vuelta por el frente del auto y subió en el. No tenia idea adonde me iba a llevar hasta que estaciono frente a lo que parecía un "Night Club".

- No necesito problemas ahora princesa

¿PRINCESA?, princesa la zorra que te cogiste anoche. ¿Este tipo era bipolar? -pensé

- Es por eso que no debes socializar con nadie, no aceptes tragos de nadie y procura mantenerte detrás mío, aquí hay gente tan peligrosa como yo. Ahora baja y se buena.

Bajamos y tomo de mi brazo para arrastrarme con el hacia dentro. El ambiente era muy alegre, y la música estaba muy alta. Las personas estaban esparcidas en el local, algunas bailaban mientras otras solo se ubicaban en la barra de tragos ligando o conversando seguramente.

- Debo resolver un asunto -dijo en mi oído- ya sabes, se discreta

Al final del gran tumulto de gente se escondía una puerta cuidada por unos grandes gorilas con corbata. El hablo con uno de ellos e inmediatamente abrieron la puerta para dejarnos pasar. Era como un pequeño mundo aparte, lleno de delgadas mujeres en ropa intima tan pequeña que no dejaban nada a la imaginación. La sala estaba ambientada con esa luz de color rosa tan típica de un puti-club y además de podía escuchar una música instrumental de fondo digna de una película porno... ahora que lo pensaba bien.

- No ¡NO! -Lo detuve antes de que pasara por el umbral de la puerta- Por favor, puedo hacer cualquier cosa, pero no hagas una trata de blancas conmigo -suplique

- ¡¿AH!?!

Preferiría matarme a vivir tal infierno, servirle a unos viejos degenerados estaba alejado de mi pensamiento. No podía, simplemente no, claro, respetaba mi vida, a tal modo que nunca pero NUNCA me dejaría vender a alguien.

- Por favor -repetí- Preferiría que me mataras aquí mismo y termináramos con esto enseguida -sollocé- La verdad es que soy virgen y me duele pensar en convertirme en una puta.

Caí de rodillas enfrente de el en forma de súplica haciendo perder la poca dignidad que quedaba en mi juicio.

- No se si el encierro te afecto la cabeza o que. Te dije que debías ser discreta, y lo primero que haces es tirarte ¿AL SUELO? . Si de verdad no quieres que te venda a estos viejos sucios... ¡CIERRA LA PUTA BOCA!

Sentí las miradas de los guardias encima de nosotros. ¿Si no me iba a vender, que hacíamos aquí? . Apenas me podía poner de pie, estaba muy nerviosa, mis piernas tiritaban al igual que mis manos, ya no soportaba mas la intriga de que iba a pasar conmigo, y del porque estaba yo aquí. Al fin me había podido parar, pero me sentí desvanecer, a los pocos segundos las fuertes manos de mi secuestrador me sostuvieron fuertemente de mis caderas.

- Tranquila - susurro en mi oído- jamás te haría daño

Solo tal vez debía confiar un poco más , finalmente el que nada hace, nada teme. Seguramente Joe estaba ahora mismo sufriendo y la idea de que estaba herido o incluso peor, muerto, no abandonaba mi cabeza.

Sus suaves labios por segunda vez en la noche habían tocado los míos relajándome totalmente, apoye mis brazos en sus hombros para encontrar mayor estabilidad.

El era mi secuestrador. Un chico malo y que además parecía ser bipolar, el que me hizo sentir vulnerable y protegida en un segundo. No sigas besándome así, te lo imploro.

¿De donde saliste Nicholas?

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Me costo escribir este capitulo, pero hoy día me senté frente al escritorio y me dije. TERMINALO YA FLOJA, y esto es lo que salio :).

Ojala hayan disfrutado de la lectura y compartan la novela con sus conocidas jiji. Cualquier error en la narración, haganmelo saber, para mi es muy importante, sobretodo ahora que no revise lo que escribí. Nos leemos pronto!



Come back to me | Nicholas JonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora