Capítulo 3.

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Ya habían pasado tres días desde que Jeno adoptó a la gatita y sus cachorros, le agradaba sentir al menos un poco más de compañía.

Sus mascotas aún no tenían nombre y tampoco sabía si lo tendrían, tenía que volver a New York en un par de semanas y no podría llevárselos consigo. Tenía que sacar varios permisos para poder llevárselos y a decir verdad, ese no era el problema para Jeno, el principal problema era que los bebés tenían apenas unos días de nacidos y no quería que el viaje tan largo pudiera perjudicarlos.

Además de eso, se notaban un poco extraños. Se la pasaban quejándose día y noche, Jeno ni siquiera sabía por qué, les había comprado todo lo que necesitan y a su parecer más de la cuenta, sin embargo, no sabía que les sucedía exactamente.
Decidió que era momento de llamar a la clínica, el veterinario Jaemin era el experto y sabría que hacer.

Ni siquiera recordaba dónde había dejado la tarjeta que le había dado con la información y no podía perder más tiempo e ir hasta la clínica.
Rebusco entre sus papeles y nada, preguntó a las mujeres que se encargaban de lavar su ropa y estás, le dijeron que no habían encontrado nada.
Se estaba desesperado, necesitaba encontrar la maldita tarjeta. Siguió rebuscando en toda la casa o mejor dicho casi en toda, pues está era tan grande que había partes de está en los que ni siquiera entraba. Terminó en su habitación, buscó en los cajones y papeles que también tenía ahí, hasta que finalmente la encontró tirada debajo de su cama.

La tomó entre sus manos victorioso y rápidamente sacó su celular para llamar

— Si, ¿diga?

— Busco al veterinario Jaemin

— Él habla. Dígame, ¿en qué puedo ayudarle?

— Soy Jeno   —no sabía ni siquiera porque no iba directo al punto.

— ¿Jeno?   —la línea se quedó en silencio unos segundos—.  Ah, el de la gatita que dió a luz hace unos días. Ahora te recuerdo. Dime, ¿qué sucede?

— Esperaba que me reconocieras por lo famoso que soy   

— Tengo pacientes. Si llamaste solo para eso entonces voy a colgar 

Aquel comentario, para Jaemin sonaba como un coqueteo y él estaba completamente cerrado a ese tipo de gestos.

— ¡No, espera!   —Jeno supo entonces que Jaemin era bastante frío.

— Estoy esperando

— Los gatitos no han dejado de quejarse y uno de ellos lo hace, pero muy bajito. ¿Eso es normal?

— ¿Están comiendo de su madre? —preguntó el médico.

— Se la pasan pegados a ella y aún así siguen llorando

— No te preocupes, mi colega irá a revisarlos

— No quiero que venga él

— ¿Qué?  —el tono en la voz de Jaemin cambió a uno muy serio y Jeno lo notó.

— No confío tan fácil en las personas y no me gusta que los desconocidos entren a mi casa

— No es un desconocido, es un médico que se encargará de la salud de los cachorros

— Quiero que vengas tú. Tú fuiste quien los salvo a todos, estaré más tranquilo si eres tú quien se encarga de ello

— Es el veterinario Yuta quién se encarga de las consultas a domicilio. Lo siento

— El famoso modelo Lee Jeno dejará una mala reseña de tu clínica si no vienes tú

— ¿Me estás amenazando?

El disco de tu corazón [NOMIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora