Todo había vuelto a la normalidad para Jaemin. Tenía a su novio yendo por él todas las tardes a la clínica, teniendo salidas constantes, besos, abrazos y Jeno cumpliendo cualquier capricho de Jaemin.
Un mes más había llegado a su fin y lo único que el castaño pedía era que, su novio no volviera a irse a New York. Porque amaba pasar las tardes con él, amaba sentir sus manos entrelazadas a las suyas, sentir el calor que sus cuerpos generaban al abrazarse, sentir sus labios unirse a los suyos y le encantaba que toda su familia apreciara a Jeno.
Los padres de Jaemin invitaron al modelo a comer con ellos en varias ocasiones, y este por supuesto nunca se negó, también le gustaba convivir con la familia del castaño. Gracias a Jaemin ahora se llevaba mucho mejor con Ji-in y es que, la joven poseía una alegría tan contagiosa. Siempre estaba haciendo bromas y apoyando a todos en lo que estuviera a su alcance, mostraba un amor tan sincero por su hermano y eso lo notaba cualquiera.- ¿Ya estás libre, mi amor? -habló Jeno recargado en el mostrador de la clínica.
- Solo estoy esperando que vengan a recoger a un gatito
- Dile a Yuta que lo entregue por ti
- Él no está, mi amor. No sé a qué hora vaya a regresar
- ¿Tardarán mucho?
- Estás algo impactante, Jen. Apenas son las cinco, ¿que prisa tienes?
- Te tengo una sorpresa, cielo
- ¿Qué es, amor?
- Bueno, es que quiero que hoy tu y yo...
- Ya llegaron por mi paciente, espérame aquí
Jeno se quedó con las palabras en la boca. El castaño demoró cerca de veinte minutos hablando con la dueña del gato, una jovencita que parecía seguir sin entender las indicaciones que Jaemin le había repetido casi diez veces, la joven continuaba haciendo las mismas preguntas.
- No te preocupes, mira, este es mi número de celular si tienes alguna duda puedes llamarme en cualquier momento
- ¿Y si Kitty se pone mal?
- Mi colega irá de inmediato a asegurarse que Kitty este bien
- Gracias, doctor -la joven se marchó de la clínica.
- Creí que nunca entendería lo que le dijiste -habló Jeno exasperado.
- Está muy preocupada por su gatita, amor
- Cuánta paciencia tienes
- Es amor a mi profesión, Jen
- Tienes razón, mi cielo. Te ves tan hermoso haciendo tu trabajo
Jaemin se lanzó a los brazos de Jeno y beso sus labios.
- ¿Entonces nos vamos? -dijo el modelo una vez que se separaron.
- Vámonos, ¿pasaremos a comer? Tengo hambre
- Comeremos en mi casa, amor
- Se me antoja un helado -gritó Jaemin desde el otro cubículo.
- Entonces pasemos primero por tu helado
Jaemin cerró la clínica. Ya no necesitaba enviarle mensajes a Yuta avisándole que saldría, su amigo ya sabía que si volvía y la clínica estaba cerrada; el motivo sería Lee Jeno viniendo por Jaemin.
El modelo abrió la puerta del copiloto para que su novio pudiera entrar, rodeo el auto y subió también.
Jaemin puso música a todo volumen y durante el camino obligo a su novio a cantar a todo pulmón con él, en momentos no podía con la risa porque Jeno no se sabía las canciones y cantaba solo lo último de cada palabra. A mitad de camino el mayor se detuvo para comprar el helado que su novio deseaba y uno para él. Le encantaba que Jaemin le diera de comer en la boca y, está vez no fue la excepción pues el menor tomó su helado y fue él quien se lo fue dando poco a poco en la boca.
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El disco de tu corazón [NOMIN]
Roman d'amourJaemin, un veterinario con miedo a ser lastimado en el amor una vez más. Jeno, un modelo y multimillonario viviendo solo para su trabajo. Ambos cruzan sus caminos por casualidad gracias a Ginger, una gatita que dió a luz en la calle. ¿Se convertirá...