Capitulo Diecisiete

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El domingo había pasado y llegó la noche. Minhyuk había hablado con sus amigos dado a que deseaba salir a una cita con su novio. Ellos gustosos aceptaron y de manera picara le dijeron que la bebé dormiría con ellos para que disfrutaran su noche. Eso no iba a suceder.

Ni se te ocurra ir a buscar a la bebé cuando lleguen. —amenazó MyungJun y todos habían estado de acuerdo.

Minhyuk había hecho una reservación en un restaurante muy lujoso en Corea. Él iba conduciendo, era una ocasión especial que ameritaba que él condujera en su auto favorito. Dongmin había encendido la radio y como arte de magia, se reproducían todas las canciones favoritas del mayor por lo que el viaje no fue nada silencio; había sido un viaje ruidoso y alegre.

—¿Ya casi llegamos?

—No Dongmin, ni Suhyeon pregunta tanto como tú y ella es una impaciente.

El mayor soltó una pequeña risa, se encontraba sumamente feliz y ansioso; esta era su primera cita sin bebé u otros acompañantes, su felicidad era mucha y no anhelaba esconderla.

Minutos más tarde llegaron al lugar. Dongmin se encontraba asombrado con el lugar; sus anteriores novios y ligues lo llevaban a pequeños restaurantes locales; no se quejaba, le gustaba ir a esos pequeños localcitos, pero esto, esto era otro nivel, eran cómo los restaurantes finos que solía ver en las películas.

—Wow, Minhyuk —dijo boquiabierto— Esto es mucho.

—No es nada cariño, te mereces mucho más y todo lo que no puedo comprar y hablando de eso, recuerda que siempre que desees algo, me puedes decir.

Dongmin lo tomó de la mano y lo abrazó para seguidamente, darle un beso corto, pero sincero. Nadie le había dicho algo tan bonito en mucho tiempo; la última persona había sido su madre hace ya unos varios años.

Entraron al restaurante y la mesera los llevó a su mesa y les sirvió una copa de vino mientras ella iba por los menús. Cuando regresó, le guiñó un ojo a Dongmin y cuando le entregó el menú a Minhyuk, le tocó coquetamente la mano. Ambos chicos la vieron mal al ver lo que le había hecho al otro.

—¿Cómo se le ocurre hacerte eso? —dijeron ambos— ¿Te hizo algo?

Se rieron y comenzaron a ver el menú, no iban a hacer nada con respecto a la mesera. Solo si llegase a hacer algo de fuerza mayor.

—No mires los precios y pide todo lo que desees. —dijo Minhyuk y él pudo ver como se le iluminaron los ojitos a su novio.

(...)

Había pasado un rato desde que ordenaron la comida y ya estaban terminando de comer. Dongmin anhelaba jugarle sucio a su hermoso novio por todas esas veces que había despertado ciertas partes de su cuerpo, desde que se conocieron. Dongmin comenzó su juego con unos pequeños roces de manos, seguidamente, comenzó a tocar coquetamente a su novio mientras se mordía el labio; sabía que a Minhyuk le encantaba. Luego de eso, vino lo peor, por debajo de la mesa, Dongmin comenzó a subir su pie por la pierna de su novio; el menor sabía lo que estaba haciendo el mayor, más quería ver que tan descarado era.

El pie de Dongmin llegó a su objetivo y comenzó a dar pequeños masajes. Minhyuk ni se inmutaba haciendo que su novio se frustrara. El mayor agradeció que tuviera la posibilidad de ponerse a la par de su novio sin tener que mover una silla o algo por el estilo, solo se deslizó por el sillón. Cuando llegó al lado de su novio, lo abrazó y hundió su cara en el cuello de su novio y comenzó a darle pequeños besitos. Sin detenerse, bajó su mano lentamente por el abdomen de Minhyuk hasta llegar a su entrepierna donde por encima del pantalón comenzó a acariciarlo.

El Profesor de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora