Las Secuelas de un Pasado, Una Decisión que Cambiará sus Vidas.

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XX1: Ya estamos en posición -dijo a través de una radio.

XX2: En unos minutos estarán saliendo del colegio, deben de tener mucho cuidado para que no los detecten antes, tienen que traerme a los dos y también quiero vivos a los escoltas.

XX1: Sí señor, ya está todo arreglado, le avisaremos cuando estemos en camino, el otro auto también está en posición.

XX2: Perfecto, estoy deseando tenerlos frente a mí -dijo la otra voz.

La orden era llevarlos con vida y así debía ser. Se llegó la hora y todos alumnos comenzaron a salir del colegio, pero esos dos tenían algo muy especial, siempre bajaban dos escoltas de una camioneta para recogerlos, mientras otro esperaba dentro de ella con el motor encendido. Todos los días era lo mismo, puntuales a la misma hora, misma dinámica, por eso los tenían bien estudiados. Los niños esperados salieron y justo antes de abordar la camioneta se escucharon detonaciones desde una calle, por lo que los escoltas indicaron a los niños tirarse al piso, dos autos les cerraron el paso y el caos comenzó, todos los niños corrieron de regreso a la escuela asustados por el pánico que se vivía en el exterior. De los autos bajaron hombres armados ejecutando al chofer de la camioneta, e hiriendo a los otros dos, los niños en el piso gritaban del miedo, al mismo tiempo que otros hombres los levantaron para subirlos a los autos, estos pataleaban y gritaban intentando correr, pero solo eran unos niños, nada pudieron hacer contra ellos. Todo esto sucedió en cuestión de minutos, por lo que no dio tiempo ni de reaccionar a las personas que estaban a su alrededor, estos huyeron a toda velocidad hacía rumbo desconocido, la llamada a emergencias se hizo más tarde.

XX1: Los tenemos, vamos para allá –dieron el aviso.

XX2: Mucho cuidado porque en menos de cinco minutos, tendrán gente buscándolos.

XX1: Señor, a estos no los encuentran ahorita.

En menos de los cinco minutos estos cambiaron de autos, dejando abandonado el otro junto con las pertenencias de los niños secuestrados, tan pequeños y ya se encontraban en un grave peligro. Ella de solo diez años y el de doce, eran los hijos de uno de los poderosos líderes de una organización de traficantes, mismos que fueron secuestrados para acabar con su padre por ser la competencia para ellos.

Después de un largo rato de camino, por fin el auto llegó a su destino, lo supieron cuando este se detuvo, los tripulantes bajaron dejando a los niños agachados en la parte trasera, mientras bajaban del otro a los escoltas que los cuidaban. Se escuchaba como los golpeaban y gritaban, querían saber el paradero del padre de los niños o si no los mataban.

Ella: Te juro que yo no se los voy a decir, de todos modos, nos van a matar.

El: Yo tampoco se los diré, pase lo que pase no tienes que preocuparte, yo te voy a cuidar -dijo queriendo proteger a su hermanita. Ellos sabían que las personas que desaparecían así no regresaban con vida, lamentablemente es lo que le escuchaban decir a su padre.

XX2: Bájenlos, y a estos los quiero amarrados frente a ellos, quiero que vean lo que les va a suceder si no hablan.

XX1: ¿Quiere que también los amarremos?

XX2: No será necesario, no se podrán mover del miedo.

Dos de ellos volvieron al auto por los niños, los hicieron bajar del auto apuntándoles con un arma, como si de alguien peligroso se tratara. El lugar era una casa abandonada a simple vista, donde en el salón tenían a los escoltas de los niños, amarrados de las manos colgando de las mismas. Los niños lloraron al verlos, pues el convivir diario habían creado un lazo de amistad entre ellos.

XX2: Bien, por si no han escuchado a pesar de los gritos, están aquí porque su padre se ha portado muy mal con nosotros, los negocios que él hace nos afectan mucho, nos quitan trabajo y una suma importante de ganancias -dijo al justificar sus acciones- yo traté de hablar amablemente con él, pero pues no me hizo caso, así como tampoco creyó que si no lo hacía, perdería lo más valioso que tenía, ósea a su familia -los niños se abrazaron- les juro, yo no quería quiero hacer daño -corrigió- pero no cooperó, entonces vamos a demostrarle que nosotros si tenemos palabra. Por lo pronto le enviaremos una foto de ustedes -alguien la toma- por supuesto para demostrar que aún viven.

PASIÓN Y PODER (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora