⚔️💝🎇 La Desición de Afrodita🎇💝⚔️YoonMin

Capítulo 36: 🦚Encendiendo un incendio forestal🦚

 

JungKook, que nunca había sido tratado así por nadie, apretó los dientes. Algo que parecían llamas rojas se encendió en sus ojos. JiMin estuvo aturdido por un momento, y forzó una risa mientras volvía a sus sentidos. Cierto, estabas emparentado con YoonGi, reflexionó. Sin embargo, no eran del todo similares: las llamas en los ojos de JungKook eran diferentes a las de YoonGi; no tenía ganas de seguir mirándolos o empeorarlos. Sobre todo, no sentía como si le estuvieran quitando el aliento. Más bien, se sintió aliviado. Quería que él saliera de la habitación lo antes posible.

"¡A la mierda! ¡Está bien, me voy!" JungKook pateó el pilar mientras se vestía. Todo el santuario tembló por un instante.

Afrodita frunció el ceño. El estaba molesta por su duro comportamiento, pudiendo sentir el terror de sus ninfas que pasaron por un incidente similar hace solo unos días. Curiosamente, Ares miró hacia atrás cuando se estaba acabando. Era como si estuviera buscando una segunda oportunidad. Cuando sus ojos se encontraron, JiMin arrugó la cara con molestia.

"Cuídate."

"¡Me haces perder mi tiempo!" Ares salió violentamente del santuario.

Tsk, tsk. Es un hombre ruidoso. JiMin no quería despedirlo, así que no se movió. Sin embargo, pudo ver la daga de JungKook en el suelo; era mejor para el agarrar la daga ahora y dársela. Rápidamente se quedó sin él cuando JungKook estaba a punto de subirse a su caballo negro para irse.

"¡Espera, Ares!"

"¿Qué?"

"Olvidaste esto".

JungKook, que estaba a punto de subirse al lomo del caballo, volvió a mirar hacia atrás con esperanza, luego arrugó la cara cuando vio la daga en la mano de JiMin. Le arrebató la daga a Afrodita y se fue, mostrando claramente que estaba ofendido. Su caballo hizo rodar los pies con fiereza por el suelo, dejando tras de sí decenas de finas piedras resquebrajadas.

Lo olvidé . Romperlo todo sin pensarlo dos veces era una de las cualidades de la guerra .' JiMin se dio la vuelta, mordiéndose los labios. Entonces su mirada se encontró con la de un joven rubio.

El joven se tapaba la boca con ambas manos con los ojos bien abiertos. Su tez rápidamente se puso blanca cuando se dio cuenta de que Afrodita lo notó.

' Se derrumbará. No no. el no puede Espera, ¿quién es ese? JiMin reconoció que el joven era el sirviente de Apolo. No recordaba su nombre, pero eso no era importante en este momento. Estaba concentrado en lo que podía hacer con él. Lentamente, le hizo señas al joven.

"Ven aquí."

El joven puso los ojos en blanco con miedo. JiMin pudo ver que estaba pensando en huir. Sorprendentemente, el joven se acercó a Afrodita y le hizo una reverencia.

"El sirviente de Dios Apolo, Helios, ve al  dios-G Afrodita".

No estaba contento con su presencia, pero después de pensar rápidamente en lo que podía hacer con él, habló con la mayor naturalidad posible.

Sé tu nombre, Helios. Es bueno verte por aquí."

"Sí, eso, yo solo. YO."

Era un poco lamentable mirarlo tan aterrorizado. Tenía un rostro joven y bonito, parecido al de un niño, que conmovió el corazón de JiMin. E era débil en las cosas hermosas. Pero la lástima no fue suficiente para dejarlo ir. El preguntó: "¿Qué viste?"

"¿Qué?"

"Oh, estoy sorprendido. ¿Has venido hasta aquí para husmear y ahora intentas fingir que no sabes nada?

"¡¿Yo, yo?! ¡Yo no soy algo así! ¡Lo juro!"

"¿Qué quieres decir con 'algo'? Ah, ¿un espía?

JiMin no creía que Helios fuera un espía; era demasiado torpe para hacer tal cosa. No había forma de que un espía estuviera al borde de las lágrimas ante una pequeña acusación como esta.

"D-dios Afrodita, yo realmente..."

"Entonces, ¿lo estás confirmando o negando?"

"¡N-negando!"

"¿Es eso así? Entonces, ¿por qué estarías tan sorprendido de verme?

"Por favor, Dios Afrodita, no he visto nada".

Helios escupió lo que le vino a la mente, diciendo algunas palabras equivocadas a veces. Parecía que solo tuvo mala suerte, lo que favoreció a Afrodita. Agarró a Helios por la barbilla y lo acercó a el.

"Estás mintiendo. Eres un chico malo.

"Oh, no. No fue mi intención..."

"¿Apolo te pidió que me espiaras?"

"¡No! ¡Absolutamente no! Mi amo nunca lo haría.

"Shh, cállate. Sé que Apolo te lo ordenó.

Afrodita lo hipnotizó.

"No, no, él no..."

Apolo te hizo espiarme.

"Mi maestro..."

"Sí, tu maestro Apolo hizo eso. ¿cierto?"

Helios resistió, pero no pudo aguantar hasta el final. Sus ojos azules se nublaron.

"Sí tienes razón. Mi amo lo ordenó.

"Bueno. Entonces, ¿qué viste?

"El Dios Ares salió apresuradamente del santuario del Dios Afrodita, y el Dios Afrodita lo siguió".

Afrodita chasqueó la lengua. Era un rumor ambiguo en el mejor de los casos. Se alegró de no haber dejado ir a Helios. Necesitaba poner más leña para crear un fuego que nadie pudiera pisar.

"Correcto, pero hay más detalles".

"Más..."

"Te diré lo que pasó. Escuche atentamente y repórtelo a Apolo. Debes hacerlo. Y difundirlo a todos los que conoces. ¿Lo entiendes?"

"Si entiendo."

Afrodita comenzó a susurrarle al oído a Helios.

 Fel