⚔️💝🎇 La Desición de Afrodita🎇💝⚔️YoonMin

Capítulo 49: 🦚Creaciones del Dios Herrero🦚

Con un clic, un dispositivo en forma de anillo se adhirió a su clítoris. Afrodita sintió que se apretaba suavemente alrededor de la carne. Suavemente, pero de todos modos causó una poderosa sensación y JiMin tembló mientras murmuraba incoherencias.

"No te preocupes, lo elaboré para que deje de ser doloroso".

Como todas tus otras creaciones , pensó el dios del amor, maravillándose de todas las obras de su esposo: La Silla de Restricción, la Vara de Platino y la Pinza del Clítoris. Que el Dios Herrero usaría las mismas manos que forjan armas para los residentes del Olimpo para fabricar dispositivos únicamente para su placer fue un pensamiento que la calentó por completo.

Eso fue hasta que YoonGi comenzó a usarlos con Jinmin. Ahora, Jimin ya no estaba caliente. Su piel, el espacio entre sus muslos y todo lo demás se sentía como si estuviera en llamas. El corazón de Afrodita latía con locura como si estuviera tratando de escapar del cuerpo que ardía casi literalmente de deseo.

Recordó un asiento que tenía una imitación de la vara de un hombre que sobresalía de su asiento. En otra ocasión, su esposo le colocó dispositivos con forma de boca de hombre por todo el cuerpo. Mientras JiMin tenía los ojos vendados, estos objetos la lamían con sus lenguas falsas, o la mordían y chupaban con dientes y labios falsos.

A pesar de todas sus experiencias extraordinarias, el dios del amor sintió que faltaba algo. No fue por falta de satisfacción. Por el contrario, Afrodita y Hefesto terminaron cada día con el último completamente exhausto. Pero la negativa de su esposo a usar su propio eje contra su húmedo e invitador agujero la volvió loca. Durante las últimas dos semanas, había hecho prácticamente todo menos eso.

Una vez JiMin había preguntado y su respuesta fue un simple "No tengo confianza".

JiMin lo encontró increíble. No importaba cuántas veces Afrodita intentara tranquilizarlo sobre la suficiencia de su vara y su deseo por JiMin, él parecía no poder creerle. O tal vez no quería creerlo. Pero ¿cómo podría él?, pensó Afrodita, si ya habían estado juntos en su noche de bodas. Seguramente, vio que tanto la conducía a las alturas del éxtasis.

Hubo otro momento en el que JiMin le rogó con lágrimas en los ojos. Estaba segura de que él se conmovería, pero en cambio, solo dijo: "Con esto, estarás satisfecho" mientras tomaba otro en su interminable serie de dispositivos.

"¡No! ¡No! ¡Por favor no!"

La varilla, que hasta ahora solo había girado en una posición fija, comenzó a moverse de un lado a otro.

Al igual que los otros que usó con JiMin antes, los objetos creados por YoonGi se movían de manera muy similar a su propia vara. Presionó exactamente donde Afrodita se sentiría más estimulado, frotó el interior de sus paredes interiores temblorosas e instintivamente empujó hacia adelante tan pronto como sus entrañas se contrajeron.

Hubo una vez en que JiMin se cansó tanto al final de sus aparentemente interminables sesiones que literalmente no podía mover un dedo. Su esposo tuvo que desatar las correas que la sujetaban a otro dispositivo y levantarlo sobre sus hombros.

Mientras JiMin se sumergía felizmente en las aguas termales, YoonGi dijo: "¿Te gustó?"

"Realmente no."

"Eso es muy malo. ¿Cual fue el problema?"

Molesto porque él todavía no podía entender lo que JiMin le había estado diciendo todo el tiempo, escupió con más veneno de lo que pretendía las siguientes palabras: "Es más pequeño que el tuyo".

"Es casi exactamente lo mismo".

"No es como si lo hubieras hecho mientras mirabas el tuyo".

"No importa lo que gane, mis estimaciones nunca se han equivocado".

"Sí. Verdaderamente increíble", respondió JiMin, poniendo los ojos en blanco con exasperación porque sabía que sus palabras no lograron penetrar su grueso cráneo una vez más.

"Descansa un poco, entonces", respondió, otra vez ajeno al sarcasmo. Como era su costumbre, se iría tan pronto como JiMin se hubiera sumergido por completo en el agua. Cerró los ojos porque sabía que la conversación había llegado a su fin. Pero luego sintió un ligero toque en su cuello y luego las palabras "Volveré".

Pero cuando volvió la cabeza, él ya se había ido.

Ah, eso es realmente muy malo . Se lamió los labios, enderezó su postura y deslizó su cuerpo más profundamente en el agua.

***

"¡Afrodita, Afrodita!" dijo una voz mientras atravesaba la conciencia dormida del dios del amor. Quería decirle a esa voz que la dejara en paz ya que todavía tenía sueño, pero solo salió un gemido aturdido.

La voz continuó, insistente, y luego sintió una mano agarrar su hombro y sacudirlo sin cesar. Afrodita frunció el ceño ya que esto era muy diferente a Hefesto. Antes, él siempre lo dejaba dormir tanto como él quería. Y nunca fue insistente.

"¡Oye, Afrodita!? ¡Oye! ¡Despierta!"

De repente reconoció esa voz. No era el barítono profundo y tranquilo de su marido. Era el tono irritantemente arrogante del dios de la guerra, Ares. JiMin se giró hacia la voz y abrió los ojos para ver esos ojos rojos mirándola con avidez.

"¿Cómo entraste aquí, Ares?"

"Donde hay voluntad hay un camino. Pero eso lo guardaremos para más adelante. Rápido, vámonos.

"¿Qué?" respondió el dios del amor, su cerebro todavía luchando por entender lo que estaba pasando. Ir a donde , pensó mientras apartaba la mano del aplastante agarre del dios de la guerra como si fuera la cosa más repugnante del universo.

JungKook pareció realmente perplejo ante su respuesta y dijo: "No tenemos tiempo, tenemos que irnos antes de que regrese ese bastardo". JiMin frunció el ceño, ofendido al entender que no se refería a nadie más que a su marido, el dios herrero. Sin darse cuenta, continuó, diciendo: "Ven conmigo, y me encargaré de todo".

"¿Exactamente de qué?"

"Voy a exigirle a Zeus que celebre un juicio. Todo el mundo en el Olimpo sabe que te mantiene cautivo aquí y que te maltrata.

"¡Que no!" dijo JiMin apasionadamente. Cierto, su esposo no le permitió atravesar los muros de su santuario. Eso era cierto. ¿Pero maltratado? ¡Su experiencia con YoonGi en las últimas semanas fue todo lo contrario! Se habría jactado de eso para callar al dios arrogante pero inseguro frente a el, pero sintió que el dios herrero se avergonzaría si todas sus escapadas se hicieran públicas.