Primera baja maternal

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El Potterverso es de Rowling y los prompts de la cuenta hinnyfest en Tumblr

Prompt: en el vestuario de las Arpías de Holyhead


Año 2003

Ginny terminaba de recoger sus cosas de su taquilla del vestuario de las Arpías de Hollyhead.

— Te vamos a echar mucho de menos, Weasley. — decían sus compañeras.

— Lo sé, chicas. Yo también. Pero podréis visitarme siempre que queráis. — decía la joven señora Potter mientras recogía sus objetos personales de su taquilla y los ponía en una bolsa.

Todas se asustaron mucho cuando Ginny Potter, aunque en el campo de quidditch seguía siendo Weasley, cayó de su escoba durante un entrenamiento a pocos metros del suelo y empezó a gritar como si le estuvieran lanzando miles de cruciatus a la vez. La entrenadora, y antigua capitana de las Arpías, Gwenog Jones, llamó enseguida a San Mungo. La sorpresa de todo el equipo en general, y Ginny en particular, fue enorme al enterarse de que la joven señora Potter estaba embarazada. Sin embargo, tuvieron que ingresarla para evitar que la caída le hiciera perder un aborto espontáneo. De haber sabido su estado, jamás habría subido a una escoba poniendo en riesgo la vida de su bebé.

Harry vino corriendo desde la Oficina de Aurores, aunque al principio se sorprendió un poco. Sabía que Ginny había tenido lesiones peores y no lo habían llamado, o de forma tan urgente, pero las dudas quedaron disipadas al ver el motivo de la llamada. Ginny estaba embarazada de dos semanas. Y tuvo la menstruación hace tres. Ninguno de los dos se lo esperaba. Aunque no por ello estaban menos felices. Después de que se aseguraran que el bebé ya no corría peligro, tuvo que tomarse la baja por maternidad. En algunos trabajos, la baja por maternidad se daba cuando el embarazo ya iba por el tercer trimestre, pero en trabajos físicos o que hubiera un alto riesgo de perder la criatura, como ser docente (por la continua exposición a hechizos o pociones), jugador de quidditch o auror, la baja se daba una vez se sabía que la mujer estaba embarazada. En el caso de los aurores, la mujer podía optar por hacer solo trabajos de oficina en vez de tomar la baja, pero de ningún modo ir a una misión.

— Nos diste un susto de muerte, Weasley. Espero que nos invites a una ronda para compensarnos. — la regañó medio en broma, medio en serio la entrenadora Jones.

— Por supuesto. Dadlo por hecho.

— Si es niña, tiene un lugar reservado en el equipo. — la animó Spinnet.

— Es hijo de Ginny y Harry, seguro que tiene talento para el quidditch. — dijo Katie Wood.

— Aunque Harry fuera buscador, habría sido un buen cazador por la puntería que tuvo... — bromeó Angelina. Ella también estaba embarazada y de baja por maternidad. Pero Ginny la ayudó a llevar sus cosas cuando dos meses antes supieron que ella y George esperaban su primer hijo. Se lo debía. Y quería estar presente como jugadora de las Arpías que también era, aunque ahora no jugase.

Ginny se sonrojó. Todas estallaron en carcajadas. Al final, Ginny se les unió.

Gwenog tomó la bolsa de la muchacha y se fueron a su despacho, junto a Angelina Weasley, donde las esperaba Harry. Habían ido por la red flu para evitar a todos los periodistas que querían entrevistar a Ginny o alguna de sus compañeras para hacer noticia sobre el embarazo de la señora Potter o sobre la interrupción de Ginny en su carrera como jugadora profesional. Al ver toda la marabunta reporteros de El Profeta y de revistas del corazón, Gwenog Jones ofreció a Harry y a Ginny salir por la red flu.

Angelina, Ginny y Gwenog entraron en el despacho. Harry se levantó de la silla donde estaba sentado.

— Más te vale cuidar bien de Weasley, Potter. Sino los magos tenebrosos a los que os enfrentáis los aurores no serán nada comparado con nosotras. — Gwenog estrechó la mano del joven auror y le puso la bolsa en sus brazos de forma brusca. Normalmente Ginny se quejaría diciendo que ella podía llevar su bolsa, pero el sanador le dijo que no podía levantar peso para correr el mínimo peligro durante la gestación. Todo a causa de esa caída hacía unas semanas.

— Jamás se me pasaría por la cabeza, entrenadora Jones. — Harry todavía no se había acostumbrado del todo a los modales hoscos de la ex jugadora.

— Ya sabes que tendrás a Molly y a Arthur en casa. Querrán ayudaros en todo lo que puedan las primeras semanas. — explicó Angelina.

— Contigo todavía vienen y eso que ya estás de tres meses. — le dijo Ginny, poniéndose junto a su esposo.

— No sé cómo lo hacen pero siempre encuentran una excusa para venir y que resulte creíble. — aunque Angie parecía molesta en el fondo le hacía ilusión ese tipo de atención. De su familia, solo quedaba su primo squib. Así que recibir la atención de un adulto era como volver a tener a sus padres cerca.

Ginny asintió.

Tomó la mano de su esposo y se puso un pañuelo que cubriera la nariz y la boca, para respirar las mínimas cenizas posibles y que dañaran el feto, y atravesó la red flu para llegar a su casa. Unos segundos después la siguió Harry.

— Bueno, señora Potter — Harry puso las manos en la cintura de su esposa y empezó a moverse como si bailara una canción lenta — ¿le gustaría complacer un deseo de este humilde servidor? — dijo Harry con pícara.

Ginny sonrió imaginándose en que consistían esos deseos.

— Depende, ¿en qué consisten esos deseos, humilde servidor? — Harry había empezado a llamarse así desde que supo que Ginny estaba embarazada, diciendo que era el humilde servidor de los antojos de Ginny.

— Me gustaría enseñarle al bebé lo mucho que se quieren sus padres. — Harry puso voz pícara.

— Ah, creo que en eso puedo complacerlo — Ginny puso voz melosa.

Harry sonrió. Besó a su esposa y la agarró de las nalgas levantándola del suelo. Ginny puso las piernas alrededor de la cintura de su esposo y sin dejar de besarse pusieron rumbo al dormitorio del matrimonio Potter.


Como el prompt indica que el fic debe ocurrir dentro del vestuario de las Arpías, por lo que deduzco que entre Harry y Ginny esta vez quieren darle protagonismo a Ginny.

En mi headcanon el embarazo de James Sirius fue toda una sorpresa. Ginny estaba entrenando, cayó de la escoba y empezó a gritar, llamaron a San Mungo y se dieron cuenta de que estaba embarazada, lo cual no se esperaban ni ella ni Harry. Pero aunque el embarazo fuera no planificado no significa que James Sirius fuera menos querido y deseado.

Hasta la próxima

Pequeños momentos de nuestra relaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora