I'LL STAND [IE] ✔️

CAPÍTULO 13

Suzette Hartland, Sue para los amigos, amaba las historias de amor. Por eso, cuando Tori y ella llegaron a Liocott y las gerentes les pusieron al corriente de lo que pasaba entre Jude y Olivia, no pudo evitar tratar de juntarlos en todas las ocasiones que pudo. Con lo que no contó fue con que ellos dos se llevaran tan mal (o peor) como les había dicho Camellia

—Esto del Rey de los Demonios da un poco de miedo, ¿eh?

—Es una bonita historia local —respondió Olivia con una sonrisa. A ella le encantaban los mitos e historias locales. Eran la esencia de los lugares, eran lo que los hacía únicos

—Solo es un mito —replicó Jude, cruzándose de brazos

—Puede ser verdad —replicó con el ceño fruncido, haciendo sonreír a Sue ante la química que tenían

—Deja de decir tonterías

—No son tonterías

—Claro. Ángeles y demonios conviviendo juntos, ¿no? Muy realista —Ironizó 

—Habló quien luchó contra los extraterrestres —Xavier empalideció y se centró en su comida

—Eran simples humanos

—¿Con una superfuerza concedida por una estúpida piedra? Muy realista, ¿no? —Repitió con burla

—Eran cosas distintas. Eso era real, lo vivimos, esto es solo un estúpido mito contando por la gente de Liocott

—A veces te vendría bien sacar la cabeza de tu culo unos minutos

—¿A qué viene eso?

—Eres tan cerrado que destruyes la emoción de todos. Yo sí creo en esa historia

—Pero, si es cierta, entonces Celia y Sue... —Jack no terminó la frase de puro miedo

Jude arqueó una ceja en dirección a Olivia, esperando cómo iba a resolver esa situación. La chica solo contuvo un suspiro y respondió con una tranquilizadora sonrisa:

—No pasará nada, Jack, como dice gafotas, solo es un mito —repitió con un tono de voz más grave, tratando de imitar la voz del estratega

—Me cae tan bien —comentó por décima vez Tori con una sonrisa

—Y eso que no la has visto con Axel —le dijo entre risas Kevin

—Lo llama bitch boy —rio abiertamente Nathan

—Cállate, Nathan

—¿Qué pasa, bitch boy? —Le preguntó Olivia con una media sonrisa— ¿Te duele la verdad?

El aludido esbozó una sonrisa maquiavélica:

—Bueno, si me das un besito...

Jude se levantó de golpe, asustando a Caleb, quien dormitaba a su lado ya con su plato de comida vació. Una buena siesta no hacía daño a nadie

—Pero, ¿qué mierdas te pasa, Sharp?

—Me voy a entrenar

Mark se levantó también, emocionado de repente:

—Te acompaño, Jude

Los vieron salir, uno tenso como la cuerda de un arco y otro feliz como unas castañuelas. Eran tan distintos que parecía imposible que fueran buenos amigos

—Los demás también deberíais ir —les ordenó Olivia—. Dejad a las chicas hablar

—Ó sea, que nos pondréis verdes a todos