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Chaeyoung y Doyoung se habían hecho bastante cercanos en los últimos meses, no le agradaba el contacto físico, pero ella olía demasiado bien y aceptaba todos sus abrazos y besos en las mejillas, Jaehyun llegó a pensar que eran novios.

Ambos jóvenes caminaban de la mano hacia algún lado que Doyoung desconocía. Después de unas semanas, por fin lo convenció de regresarle el favor de aquel día, le prestaría su piano y tal vez su estudio para que ahí continuara con sus prácticas. Ambos caminaron dentro de la curiosa vivienda: por fuera, se veía como una casa de dos pisos abandonada, algunas ventanas eran cubiertas por tablones de madera y la cerradura de la puerta estaba rota; aunque por dentro, era bastante cálida y se veía bastante similar a la suya. Las ventanas aunque eran cubiertas por maderas viejas por la parte exterior, por dentro, eran escondidas por bonitas cortinas de colores claros. 

No le pasó por la mente que ir a un lugar tan alejado de su entorno y tan oscuro podía ser peligroso, tal vez el gusto de Chaeyoung por la soledad era genuino y no lo comentaba únicamente para ser interesante.

Cuando entraron, un agradable aroma a pino lo invadió y lo hizo sentirse más cómodo y confiado, era su olor seguro. Había sonidos extraños, algunos de granjeros alrededor que cortaban algunos árboles y mataban cerdos, pero también estaba ese extraño sonido que venía del fondo, tal vez del sótano. Eso lo molestó un poco, porque sabía que había ya escuchado a esa horrible guitarra descompuesta en algún lado, pero su mente era incapaz de recordar.

Entraron a la que parecía ser su habitación, Doyoung tomó asiento en la suave cama y Chaeyoung se detuvo frente a él. —¡Qué bonitos se ven tus ojos desde aquí! —rodeó su rostro con ambas manos y apretó sus mejillas. —Eres bastante bonito, sigo sorprendida de lo lindo que eres y sigas en esa desgastante relación.

Bajó la mirada, antes le agradaba y hacía lo posible para que todos supieran que estaba en una relación para que no lo molestaran con cosas de ese tipo; ahora le daba vergüenza que supieran que estaba en una relación a distancia que iba de mal en peor.

—Y... ¿Dónde está el piano? —cambió de tema rápidamente y miró a todos lados.

Mordió su labio y se alejó un poco. —Está abajo, ¿quieres ir ahora?

Asintió con prisa. —Para eso me invitaste a venir, ¿no? —para no sonar tan grosero, lo dijo entre risas.

Chaeyoung lo volvió a tomar de la mano y tiró de él, ayudándolo a ponerse de pie. Ambos caminaron escaleras abajo con cuidado pues, justo como en las películas de terror, el camino al sótano estaba oscuro. Chaeyoung, con lentitud, abrió la vieja puerta que llevaba a la oscura habitación. Para seguir con el cliché de películas que Doyoung desconocía, la bombilla estaba fundida y no respondía al apagador, por lo que lo único que tenían para iluminarse y no caer, era la poca iluminación del pasillo.

Su confianza en la chica se había convertido en algo tan grande que nunca pensó en que sería mala idea bajar por esas escaleras que rechinaban e iban a un lugar en el que apenas y entraba la luz; así que, aún de su mano y confiando ciegamente en ella, se guió gracias a su tacto y sus delicados pasos que provocaban ese ligero sonido que le gustaba porque sonaba como un teclado.

—¿Aquí practicas? —apretó su mano cuando sintió que su pie se deslizaba de más.

—No. —pasó su mano por su delicada cintura para que no cayera. —Yo solo sé tocar una canción porque me gustaba ver a mi hermana tocarlo. —por fin tocaron el frío concreto del fondo. Chaeyoung se separó un poco de él y segundos después, el lugar se iluminó. —Mi padre la obligó a aprender piano... —explicó mientras caminaba con lentitud alrededor, Doyoung se acercó y deslizó sus dedos por la superficie oscura reflectante llena de polvo, dibujando una delicada línea.

—¿Tú no sabes tocar algún instrumento? —se sentó en el cojín del que salían esporas de polvo.

—No, mi padre quería que aprendiera alguno, pero yo no, sus métodos eran extraños. —pareció lamentarse a la par que bajaba la voz y caminaba a las escaleras.

—¿Cómo? ¿Él te enseñaba?

—Sí, era músico y sabía todo acerca de todo. —comenzó a subir las escaleras con sigilo y prisa.

Doyoung giró su rostro con rapidez al sentir su voz tan lejana. —¿A dónde vas? —estuvo a punto de levantarse.

—A mostrarte algo. —se detuvo en el marco de la puerta y miró hacia Doyoung, quien ahora estaba al pie de las escaleras.

Él mostró una mueca de confusión y ladeó la cabeza.

—Mi padre no nos dejaba salir hasta que supiéramos todo sobre piano. —salió con rapidez y cerró la puerta con un fuerte azote. Doyoung corrió hasta ella e intentó abrirla, empujándola con su cuerpo, pero fue inútil, era débil.

—¡Chaeyoung! —pareció suplicar cuando golpeaba la puerta con pánico. —¡¿Qué clase de broma es esta?! —intentó reír pero el miedo empezaba a comérselo.  —¡Déjame salir!

—¡No saldrás de ahí hasta que sepas todo de ese maldito piano! —explicó a gritos llenos de histeria.

Pensó que relajarse sería buena idea, tal vez por medio de diálogo podría salir de ahí. —Chaeyoung, por favor, sácame de aquí. Perdóname si en algún momento te ofendí o hice algo que te lastimara.

Un fuerte golpe se escuchó al otro lado de la puerta, haciéndola temblar. Segundos después, ligeros sollozos se abrieron paso por la densa madera. —Doyoung, eres el boleto para mi libertad, eres maravilloso y no quiero hacer esto. —recargó su frente contra la madera. —No sirve de nada que diga esto, pero me enamore de ti, eres increíble y muy lindo, ruego por tu perdón pero-

¡Chaeyoung! —un grito masculino que denotaba furia rompió el silencio del piso de arriba.

Los sollozos se detuvieron y las escaleras de arriba rechinaron con fuerza. —¿Me llamaste? —cuestionó ella con algo de miedo. —¿Cuándo llegaste? Perdón por no ir al aeropuerto por ti.

—¿Se te olvidó acaso? ¡Te escribí y te llamé más de cinco veces!  Llegue hace más de una hora, ¿tan estúpida eres como para no escucharme? —por el sonido, supuso que le dio una bofetada. —¿Mínimo ya hiciste lo que te pedí?

Sí, él está abajo. —explicó con timidez.

Muy bien, pequeña Chae, ahora, por favor, ¡regresa a la bodega!

Esa voz... Sabía que la había escuchando en algún lado, pero su cerebro estaba teniendo un ataque de pánico, así que dejó de funcionar de la manera correcta.

¡Ding! ¿Otra vez?

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aviso. últimamente tengo muchos pedillos con wattpad, así que no espero actualizar tan constantemente como hasta ahora, aparte de que x culpa de la app perdí unos borradores :'( Gracias por leerme uwu los qm <3 

cristal | jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora