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Noche de sábado, Doyoung se encontraba solo en su casa pues sus padres estaban ausentes gracias a la muerte de algún familiar muy lejano que el hijo menor desconocía. Jungwoo habia salido de casa hace unos días por un viaje escolar, así que en la vivienda solo se escuchaba el eco de sus pesadas respiraciones y el rápido movimiento de sus dedos sobre el teclado de su computadora.

Las pesadas gotas caían sobre su ventana gracias a la pesada brisa que las desviaba. Toda la casa estaba hundida en una completa penumbra que era rota por la intensa luz de su monitor, sobre el que sus ojos llevaban más de dos horas posados. Era el escenario perfecto para un secuestro.

—¿No tienes sueño, conejito? —preguntó su novio con voz cálida y amorosa, en la que se denotaba todo el cariño que le tenía al lánguido chico.

Doyoung negó con un rápido movimiento de cabeza y una sonrisa relajada.

—Tus ojos se ven rojos, deberías ir a dormir o si quiera encender la luz.

—Nah. —volvió a sonreír. Lo único que diferencia esta ocasión de la vez en la que todo comenzó, era que no se sentía triste, el ver a Jaehyun por su computadora no le deprimía ni le hacía llorar, se sentía feliz de ver a su novio cada que tenía la oportunidad. —La luz extra opacaría tus colores.

—Por favor, ve a dormir, mañana por la tarde iré y pasaremos toda la tarde juntos. —terminó de hablar y un bostezo se abrió paso en su boca.

—Unos minutos más, ¿si?

Jaehyun suspiró y una sonrisa un tanto melancólica apareció. —Bien, ¿quieres jugar algo?

Doyoung pensó por unos segundos. —¿Qué te parece-

El sonido de la puerta siendo golpeada delicadamente tres veces lo hizo detenerse. Volteó a ver por su ventana para intentar ver quién era la persona que interrumpía. La lluvia y la oscuridad complicaban su misión.

—¿Quién es? —preguntó Jaehyun del otro lado. La intriga apareció en él al instante, pues no es normal que alguien toque a su puerta a las tres de la madrugada.

—No lo sé... Mejor no abro, tal vez es Yuta. —bromeó para relajar un poco en ambiente de tensión qué apareció de un momento a otro entre ambos, sin embargo, ese nombre hizo que la ligera sonrisa de Jaehyun se transformara en una mueca seria que podía hasta ser de molestia.

—En ese caso, sería mejor que fueras a checar si todo está bien cerrado, ¿no crees? —sonó como propuesta pero realmente lo había dicho como una orden.

Doyoung lo pensó mientras fruncía su boca y luego asintió antes de ponerse de pie.

—¡Por favor, habla fuerte y dime todo lo que ves! —gritó Jaehyun y Doyoung asintió.

—¡Pues, no hay mucho! —sus pasos hicieron ruido. —¡Todo está apagado y la puerta principal está cerrada!

—¡¿Y la ventana de la cocina?!

La lejanía de sus pasos le hizo saber a Jaehyun que su novio se estaba alejando un poco.

—¡Está cerrada! ¡Justo como la deje hace tres horas!

—¡¿Y la puerta de atrás?!

Se aproximó y se aseguró. —¡También! —regresó con prisa a su habitación y se sentó por un segundo en la silla.

—¿Y también miraste en el cuarto de tus padres y de Jungwoo?

Una pequeña "o" se formó en sus labios. —Mis padres nunca abren sus ventanas... —sus ojos se desviaron al igual que sus pensamientos. —Y Jungwoo... Es muy descuidado, iré a ver. —le dio una sonrisa nerviosa y se levantó con prisa.

El cuarto de su hermano quedaba al fondo del pasillo, ese pasillo que generalmente estaba lleno de ropa sucia usada por Jungwoo, lo que lo hizo resbalar unas cuantas veces.

Sintió su pecho hundirse al ver que la puerta de la habitación estaba un poco abierta. De esa pequeña ranura pintada con la oscuridad, salía una ligera brisa de aire frío, lo que daba a entender que la ventana estaba abierta, muy abierta.

Con el miedo instalado en su pecho, empujó la puerta y buscó el apagador con prisa. Lo primero que divisó fue la ventana abierta, la lluvia entraba por ahí por lo que las cortinas escurrían en agua fría. Miró alrededor con paranoía y se detuvo en la cama, se acercó y observó con detenimiento. Luego llego a la ventana y la cerró.

—Ey, ¿por qué no me dijiste que llegaste antes? Pensé que llegarías hasta mañana.

Empujó un poco el bulto que se escondía debajo de las mantas. En primera instancia, pensó que era su hermano.

Las mantas se removieron y Doyoung quedó en shock.

—Porque no llegue hoy, llevo aquí desde el miércoles, ¿no lo notaste, conejito?

Una macabra sonrisa se formó en los labios de Yuta, una sonrisa en la cual deslumbraban sus blancos y perfectos dientes.

—¡Jaehy-

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jakajs supongo q sería todo por aquí, gracias x leer y votar y dejar comentarios uwuuwu, en mi perfil tengo más fics, no del mismo tipo pero si :D

cristal | jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora