2

71 15 0
                                    

—¿Descargaste lo que te mande ayer? ¿Te funcionó? —preguntó Taeyong después de pasar un pedazo de pan dulce.

—Claro... —Doyoung respondió con molestia cuando recordó lo de el día anterior.

—¿En serio? ¿Cuántas horas dormiste? —lo miraba con brillo en sus ojos, feliz por ver otra vez a su novio.

—No sé... —encogió los hombros. —El tiempo sólo pasó y me quedé dormido. —mentira, no había dormido hasta que fueron las seis y el sol se asomaba, solo había descansado sus ojos por dos horas, porque Tae le marco cuando fueron las ocho.

—Hmm... ¿Ya desayunaste? ¿Tus padres llegaron ya?

—No tengo hambre, y no, llegarán hasta mañana. —se hizo el desinteresado, aunque igual se sentía peor que siempre. —No siento ganas de hablar, Tae. —confesó con molestia y colgó.

Eso sucedía constantemente cuando hablaban, se sentía mal porque pensaba que su novio no le daba tanto como él le daba; pero siempre se sentía aliviado cuando horas después tenían un video chat y Tae hablaba de lo genial que había sido alguna presentación o que ya había mejorado en determinada técnica, pero esta vez, se sentía colérico, triste y muy roto.

Ding!"

<3

¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

Sólo no me siento con ánimos.

¿Quieres hablar al respecto? Justo ahora
no tengo nada pendiente, puedo ocupar toda
mi noche en ti ^^

Las lágrimas escurrieron por sus mejillas y aventó el celular lejos. Le dolía que su novio siguiera fingiendo que lo quería y que se preocupaba por él, ¿Qué ganaba con eso? Antes, seguro lo hacía porque Doyoung era un experto con las manos, pero ahora no tenía nada que ofrecerle, ni si quiera podía ofrecerse a hacer sus tareas porque Tae no llevaba nada relacionado con matemáticas. No había nada que dar más que cariño destruido y dependencia.

Ding!" Todo iba a mejorar.

cristal | jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora