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- Hyunjin! ¿Qué paso?- pregunto su compañero antes de que el de cabello rojo saliera corriendo.

Corría a toda velocidad sin importarle nada, sus piernas le ardían debilitándose a cada paso, sintiendo que su corazón salia de su pecho y unas inmensas ganas de vomitar comenzaban a inundar su cuerpo. El sonido de una sirena de patrulla hizo que no se detuviera, siguió corriendo hasta que su mirada se encontró con aquella escena que tanto deseaba no ver.

Sus piernas cedieron y cayó de rodillas, crujiendo al hacer contacto con el pavimento. Estaba en medio de la calle, a solo unos metros de toda la gente que se encontraba ahí, siendo atraídos por el morbo y el chisme.

Su mirada cayó en el débil cuerpo de Jeongin que se encontraba en una camilla siendo tapado por una fina sábana blanca dentro de de la ambulancia, cerca de esta estaban los padres de Jeongin, su madre estaba llorando, lamentandose por la muerte de su único hijo y su padre estaba dándole confort a la mujer mientras múltiples lágrimas se deslizaban por sus mejillas hasta caer en el piso.

Entre toda la gente, Hyunjin pudo sentir la mirada de Felix, sabía que era el porque siempre lo miraba cuando estaba distraído, pero en ese momento la mirada se sentía diferente.

Hyunjin se arrepintió de voltear a ver al pecoso, este lo miraba con un sentimiento que no podía descifrar, tenía los ojos hinchados y rojos, sus mejillas aún húmedas por las lágrimas, era abrazado por sus padres y hermana pequeña quien le abrazaba la pierna de manera tierna, pero la mirada de Felix no transmitía tristeza, era odio y enojo, cosa que no sabía Hyunjin.

Y fue en ese preciso en el que Hyunjin fue conciente de su situación, estaba solo, completamente solo, no tenía a sus padres para consolarlo, ya no tenía a su mejor amigo y ahora tampoco tenía a la persona que amaba, porque si lo amaba, desde el primer momento en el que sus miradas se cruzaron y se prometió hacerlo hasta que el cielo dejará de ser azul.


Dos meses después.

-oh, hola Felix, hace tiempo que no te veo.

-hola señora, si hace tiempo que no vengo a ver a Hyunjin, por cierto ¿está en casa?- dijo Felix con una sonrisa fingida, realmente queria decirle que no lo veía porque nunca estaba en casa.

-si, aún no sale del cuarto, pero puedes pasar a verlo yo ahorita ya voy de camino a una junta.

-esta bien, gracias.

Felix entro a la bella casa, era muy lujosa, de dos pisos y con un acabado muy rústico, siempre le gustó ir a la casa de Hyunjin pero hoy se sentía diferente. Subió las escaleras hasta llegar al cuarto de Jinnie, tocando la puerta con nerviosismo.

-estoy bien mamá, no te preocupes, suerte en tu trabajo.

-no soy tu madre Hyunjin

La gruesa voz de Felix alertó a Hyunjin quien corrió a abrir la puerta de su cuarto encontrándose con el hermoso pecoso.

-lixie~

Felix no podía creerlo, Hyunjin tenía unas enormes ojeras que se posaban debajo de sus ojos cansados, su rostro habia perdido brillo, su lindo lunar parecía que estaba por desaparecer y ese hermoso cabello rojo que tanto le gustaba ya no tenía vida. Felix le había hablado a la mamá de Hyun casi todos los días, está le había dicho que casi no estaba comiendo.

-Hyunjin... ¿puedo pasar?- dios Lix se estaba arrepintiendo de lo que estaba apunto de decir pero su sentimiento era más grande.

-si si, adelante, quieres comer lo que mi mamá me dejó, yo no tengo hambre, comí hace poco.

-Hyunjin no soy estúpido, se que no estás comiendo bien desde hace días.

-oh... yo...

-seré directo, ¿Por qué no fuiste al funeral de Jeongin?

El de cabello rojo no supo que decir, las palabras del pecoso habían estado rondando su cabeza desde hace dos semanas.

-no me sentía bien, ni siquiera podía levantarme de la cama y como ya sabes no tenía fuerzas porque no comí...

-¿y?, crees que yo no me sentía mal o que?

-no es eso, es que

-es que nada, no sabes por lo que pase, no sabes lo mucho que me dolió no verte en el funeral de nuestro mejor amigo. Sabes, quería que estuvieras a mi lado pero ahora que te veo solo puedo pensar en como la culpa te carcomía.

-¿Culpa?

-lo siento, la culpa es de ambos, no debíamos de dejarlo solo, no debimos de creer que todo estaba bien, nosotros lo matamos, pero por lo menos yo si estuve presente en el funeral.

-Felix no sabes lo que estás diciendo, nosotros no hicimos nada, no sabíamos que pasaría esto.-dijo Hyunjin con su voz quebrada y los ojos llorosos

-cállate ya!, tu no sabes lo que dices- dice pegándole en el pecho a Hyun

-no vuelvas a hablarme en toda tu maldita vida Felix y ahora lárgate de mi casa.

Y sin más Felix salió de la casa, azotando la puerta de la casa y dejando el recuerdo de su primer amor solo en su cuarto.

Cielo AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora