(6) Vamos a huir

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Para su suerte, o para su desgracia, Sam fue llevada al mismo hospital donde se encontraba Benjamín.  Consuelo le avisó inmediatamente a Bárbara, quien llegó al instante hasta su hija. 

“Estás bien, mi vida? Qué te sucedió?” preguntaba Bárbara mientras las enfermeras llevaban a Sam en una camilla.

“Por favor mamá, nunca dudes de mí.  Te amo” le imploraba la joven mientras se retorcía por el dolor que aun sentía.

A Bárbara le extrañaron las palabras de su hija, y no pudo preguntar más, pues esta fue arrebatada de su lado.  Consuelo era su compañía en la sala de espera, donde los minutos se le hacían una eternidad.

Consuelo explicaba lo que sabía del accidente, cuando un doctor se acercó a ellas, informándole que Samantha había tenido un aborto a raíz del accidente.  Bárbara casi se desploma cuando escuchó esta noticia.

Sam abrió sus ojos, algo aturdida y aun con algo de dolor en su cuerpo.  El rostro de su madre, lleno de decepción y coraje, la llenaron de preocupación.  Al mirar bien, ella no estaba sola, Esteban y Consuelo se encontraban allí también.

“Mamá…” comenzó a decir Sam, mientras cerraba sus ojos por un momento al sentir el dolor nuevamente.

“Sam, por qué no me habías dicho nada?” preguntó Bárbara con lágrimas en los ojos.

“De qué hablas, mamá?” ella tenía una idea, pero quería escuchar palabras concretas de su sospecha.

“Por qué no confiaste en mí?  Por qué no me dijiste que estabas embarazada?”

“No lo sabía, mamá..”

“Cómo una mujer no va a saber que está embarazada?  Por favor, lo primero es que te atrasas, o no te enseñaron eso en la escuela?” comentó Esteban, lleno de sarcasmo e ironía en cada una de sus palabras.

“Cállate!” dijo Sam a penas con fuerzas, mientras comenzaba a llorar.

“Deja a Esteban quieto.  Es más, el tiene razón.  Cómo no te diste cuenta?  Cómo tú y Omar fueron tan irresponsables?”

La pregunta de Bárbara, destrozó el corazón de Sam.  Su novio no tenía culpa en nada de esto; sino el desgraciado que se encontraba frente a ella y que insistía en ponerla de malas con su madre.  A caso no le bastaba con hacerla suya cuando le daba la gana y amenazarla con drogar a Bárbara?

“Mamá…” intentó hablar nuevamente Sam, pero fue detenida por su madre.

“Mañana, a primera hora, llamo a los padres de Omar.  Ellos tienen que saber esto…” decía Bárbara llena de coraje.

“No!  Por favor, no!” gritó Sam en desesperación.

“Los dos fueron irresponsables, mi vida, y tengo que asegurarme que no vuelva a suceder.  No puedo permitir que mi hija de dieciséis años ya esté activa sexualmente y sin protegerse…”

“Te lo suplico mamá….si de veras  me amas, no digas nada…”

“Porqué Sam?  Dime porqué tu novio y sus papás no se pueden enterar?”

Sam miró a su madre, e inconscientemente, volteó a mirar a Esteban.  Este la miraba fijamente al rostro, sin ningún tipo de expresión. 

“Es que…” comenzó a decir con su mirada aun puesta en Esteban.

“Es que, qué Samantha?  Dime!”

Sam cerró sus ojos mientras respiraba varias veces.  Lágrimas continuaban fluyendo de sus ojos sin poder controlarlas.

Contra Viento y MareaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora