𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲'𝐬 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬 +𝟏𝟖. 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤

Daddy's Princess | 12.

[ ERRORES. ]

"¿Te pareció suficiente abusar de mí, Jungkook?"

Sin duda alguna ahora esas palabras retumbaban por la cabeza de Jeon. ¿Abusar de ella?.

Bastó poco tiempo para que los flashbacks de aquella noche hicieran aparición; la mirada de su nena no era la misma. A pesar de ser él quien tomara el control sus ojos ya no mostraban aquella admiración de siempre.

Ahora solo era miedo.

_____ tenía miedo de Jungkook.

Pero claro, el orgullo de Jeon Jungkook no aceptaría que se ha equivocado con la chica, con su chica.

~

— Pídeme perdón bastarda.

— ¿Perdón? - rió con amargura - ¿Perdón de qué? Maldita estúpida.

La mayor volvió a levantar su mano con intenciones de golpear a la chica, pero en un movimiento rápido tomó la mano de la menor colocándola detrás suyo y sostuvo con fuerza la mano de la contraria.

Nadie tocaba a su chica, nadie que no fuera él...

— Lo diré una vez, y espero quede claro. Ni tú ni nadie tiene el derecho de tocarla. ¿Escuchaste?

Cada músculo de su cuerpo se tensó. Ahora sería casi imposible retomar la confianza de Jungkook.

Soltó la muñeca de la peli negra bruscamente, donde se podía apreciar un leve tono rojizo por la presión. Estaba incómodo con la situación, pero sobre todo molesto.

Molesto de que otra persona que no fuera él logró causarle mínimo dolor a la chica.

— Te quiero ver en mi oficina en media hora. Y tú, cariño, ve a la habitación y espérame ahí.

¿Así sin más?, ¿No la defendería acaso?.

— ¿Qué?, ¿De verdad no le dirá nada?

Sin si quiera notarlo alzó la voz. A lo que solo recibió una mirada de desaprobación.

— Linda, ve a la habitación. No lo volveré a repetir.

Era injusto, ¿Cierto?.

Aunque aún siguiera molesta con él, mínimo esperaba más que eso. Realmente insignificante.

Se botó a la cama a llorar. Pues dentro de ella había demasiado coraje. Tanto dolor. Y la escena anterior había sido muy vergonzosa, ni siquiera Jungkook pudo defenderla.

Estaba cansada. Muy cansada. Mental y físicamente, con el tiempo la rutina le parecía cansada. Calla, obedece. Calla y obedece. ¿Qué ganaba realmente?, ¿La aprobación de Jungkook?.

Todo este tiempo no se había tenido ni jn poco de respeto por ella misma. Solo era la sombra y juguete sexual de un hombre. Ese era su papel. Y así sería siempre.

Sin embargo, en ella existía la mínima esperanza de que Jungkook la llegaría a amar como ella lo amaba a él.

— Solo ámame Jungkook... - sollozó en un ligero lamento mientras las lágrimas caían de su rostro hasta la cama -