¿Ya pusieron su arbolito de navidad? No, yo tampoco.
Muy amable señor secuestrador
Evie
Dejan caer mi cuerpo en algo acolchonado con mucho cuidado, nada que ver a la manera en la que me metieron a la cajuela del automóvil.
¡Gracias, muy amable señor secuestrador!
Los hombres hablan lo que creo que es otro idioma, uno totalmente desconocido para mí, también revisaron nuestra ropa en busca de nuestros celulares.
¡Ja! Para su desgracia el único celular que había con nosotros yace en mi sostén.
El celular de Kaemon.
Escucho como cierran la puerta y espero con paciencia mientras los pasos desaparecen.
Abro los ojos rápidamente observando todo el lugar, es una oficina. Entre sofisticada y... mal gusto ¿Qué persona utiliza tapiz de cebra para las paredes?
De tan solo pensarlo me san escalofríos.
Lo primero que hago es ser consciente de que Kaemon no está en esta habitación, nos separaron y por primera vez odio esa idea de estar separada de él.
Trato de mirar por las ventanas pero no logro ver nada, todo está demasiado oscuro afuera, me enderezo en el sofá violeta.
En serio ¿Quién decoro este lugar?
Saco el celular de Kaemon revisando sus mensajes, Alice envía cientos de mensajes explicando que ella y Dareen se desplomaron en un armario de la tienda quedando inconscientes.
Les dije, la bebida tenía algo para dormirlos.
Camino hacia todos lados revisando el lugar, el librero al fondo pegado a la pared tiene libros falsos. Claro la mafia no lee, solo asesina. Algunas plantas artificiales, cuadros extraños, intento abrir los cajones del enorme escritorio blanco.
No puedo con la decoración de este lugar, hace que me sienta demasiado incomoda.
Trato de abrir otro cajón haciendo que acceda dejando a la vista varios documentos con mapas, rutas y algunas notas, los esparzo de inmediato en el escritorio sosteniendo el celular en la app de la cámara, me envió las imágenes por si contiene algo importante después pueda leerlo con calma, levanto la vista hacia la puerta a cada nada sintiendo la adrenalina a tope.
Reviso el cajón antes de regresar todo y veo una navaja, sin dudarlo la tomo mientras acomodo todo en su lugar.
Alice y Dareen vienen en camino pero para eso falta casi una hora.
No sé dónde se encuentra Kaemon y mucho menos en qué condiciones.
Mi mirada se mantiene en la puerta mientras veo como la ventana tiene rejas enormes y gruesas. No puedo salir por donde me trajeron, la ventana está descartada. Apoyo mis manos en el escritorio pensando hasta que mi cabeza queda en blanco, bufo tirando mi cabeza hacia atrás mirando hacia arriba.
Un ducto.
Tomo la silla más cercana y la subo al escritorio, miro el mueble enorme cerca de la puerta y comienzo a arrastrarlo por el suelo bloqueando la entrada solo en caso de que alguien venga y me pueda dar más tiempo, al menos tener demasiada fuerza en los brazos ha servido para otra cosa además de la gimnasia.
Me subo al escritorio raspando la madera con mis tacones.
Después me deberían agradecer por arruinar esa cosa espantosa.
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Mentiras de cristal
Roman pour Adolescents¿Qué sucede cuando la hija de la presidenta de los Estados Unidos termina colisionando su mundo con la persona que más detesta, el heredero a la mafia Cosa Nostra? Una primera mentira los lleva a la siguiente. Ella tiene toda su vida planeada, ganar...