57.-Entonces el cristal se termino de romper...

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Martha recuerdan las veces que me han dicho que me aman? Bueno recuérdenlo cuando estén leyendo.

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Yo dije que les avisaría cuando un capitulo fuera muy fuerte, les tengo una mala noticia...ES ESTE. Preparen sus corazones y pañuelos.

*

Entonces el cristal se termino de romper... 

Narra Kaemon

Evie está a punto de sacarme el brazo y no entiendo hasta que veo como limpia una lágrima de su mejilla.

—¿Qué está pasando? —me detengo frente a ella tomando su mentón.

Niega sorbiendo su nariz.

—Es la playa.

Miro a mi alrededor pero no logro entender que es lo que está afectándole.

—Desde esa noche no aborrezco la playa Kae, me aterra el solo mirar como las personas se divierten cuando son tumbadas por olas mi ansiedad sube al esperar que no salgan de ahí con vida.

Me detengo unos segundos uniendo piezas.

—Me estás diciendo que estos últimos diez años tu jamás...

—¿He venido a la playa? —Niega bajando la mirada con vergüenza— me da mucho miedo.

—Pensé que solo eran las profundidades.

Toma mi mano cuando logra tranquilizarse y continuamos caminando por el camino de madera bajo la sombra de las palmeras pero aun así su voz suena muy insegura.

—Trate de superar mi fobia a la playa intentando entrar a piscinas pero todo es igual o incluso peor, el cloro terminaba ardiendo en mi garganta.

Justo cuando estamos a punto de bajar a la arena para reunirnos con el resto me detengo mirando la infinidad del océano.

Ella sujeta mi mano al sentir el cambio de ambiente entre ambos.

La última vez que ambos estuvimos cerca de la playa no termino nada bien.

Y una mierda que termino bien eso.

—Estaremos bien—murmura recargándose en mi brazo—, prometo no arruinarlo esta vez.

Beso la coronilla de su cabeza sin saber que decir. Todo es tan desconcertante, si el hecho de que ambos estemos aquí me trae recuerdos espantosos no quiero imaginarme que pasa por su cabeza en estos momentos.

Al bajar Evie se mantiene prácticamente pegada a mí al otro extremo de la playa y me duele ver que ella está siendo demasiado fuerte respecto a esto.

Ella lo esta intentando.

Arrastro tres sombrillas enormes a las tumbonas en la arena.

La piel de Evie comienza a ponerse roja y me da pendiente ya que casi no está expuesta al sol y a este clima. En Nesry Hill siempre está nublado, lluvioso o fresco. Son contados los días calurosos y soleados y por eso los del pueblo se descontrolan cuando eso sucede, hacen fiestas a mitad de la noche en el lago o a la orilla del río.

Evie se acomoda sus gafas blancas dejándome ver esos ojos grises más claros de lo común con su cara llena de pecas que se extienden desde su rostro, cuello, espalda y parte de sus brazos.

Jamás había visto demasiadas pecas en su diminuto cuerpo.

Incluso cuando esta desnuda jamás las había visto como hoy.

Mentiras de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora