MATEMÁTICA DEL TIEMPO

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MATEMÁTICA DEL TIEMPO

Virtuosos de la matemática del tiempo corroen la tesis del resquicio efímero.

Tergiversan los hilos de la suma y la resta para formular,

El cálculo exacto para pronosticar cuál sería la traducción de libertad,

Tras naufragar siete millones de segundos en la jaula donde roer barrotes es afilar eternidades.

Y yo, tan de letras que diviso tierra hasta en el horizonte de la sopa,

hallé la incógnita de la premisa que da valor al minutero.

La vi en los ojos de quien custodiaba la llave.

Más de siete millones de segundos esperándola.

Tres mil metros a diez minutos por kilómetro,

Separaban mi susurro del suyo.

Y yo tan de gritar por la ventana,

Que temía ensordecer y olvidar aquel tenue susurro.

Pero la matemática es lógica y la lógica estadística.

Y no paraba de susurrarme que esa traducción de libertad era errónea.

No paraba de gritarme desde la azotea que había caído ensordecida.

Y que el mundo ya no se oía igual.

Y que no quedaban más que tres millones ciento cincuenta y cinco mil setecientos sesenta minutos.

Exactos, al milímetro de cada kilómetro que tardaba diez minutos en recorrer por buscar su llave.

Que debía enterrarlos como quien entierra un tesoro en una isla y vuelve a naufragar.

Tres millones ciento cincuenta y cinco mil setecientos sesenta minutos de tesoro.

Minutos que corren por mi recuerdo como metástasis.

Que duelen aquí y allá.

Y eso que roí barrotes más de siete millones de segundos.

Y eso que antes naufragé la libertad de su mano.

Anduve en búsqueda de otra llave sin ser cerrajero ni cambiar cerradura.

Y conocí otros iris color hora no segundo.

No supe volver a darle peso al tiempo.

Ni matemática a la sopa de letras donde busco horizonte.

Tres millones.

Dos susurros.

Un tesoro.

Cero mapas.

Náufrago del ademán.Where stories live. Discover now