¿ALTRUISTA?
Tan sólo a quince pies y dos tropiezos.
Quince pies;
Y dos tropiezos;
Dos.
Fracturando centímetros por acariciar el brillo de una mirada que acampa el anhelo de abrazar la tempestad y caminar sin paraguas en contienda de balas encharcadas de odio.
Tan sólo a quince pasos.
Quince.
Me regalaste la sonrisa más certera que mi mirada ha sido capaz de asimilar.
Penetró en ti el recuerdo y cimentó la raíz de este comportamiento tan peculiar que me caracteriza.
Y ahí estábamos.
Tu llorándome sin lágrimas.
Y yo abrazándote sin manos.
Pidiéndote a gritos mudos que me contaras tu historia sin invitar palabras.
Y qué bondad ha de recorrer tu mente.
Para valorar tu necesidad por de
bajo del tranvía humano que recorre esa calle con este ritmo frenético que caracteriza la rutina.
Y nadie observa.
Y nadie ayuda.
Y tu tan sonrisa.
Desconozco tu árbol genealógico.
Aunque me gustaría verte ver crecer semillas.
Y apuesto a que tu jardín jamás tendrá resquicios de hoja seca si sigues regando con ilusión el día a día.
Gracias.
No me las tuviste que dar por ayudarte.
No las necesito escuchar, necesito darlas.
Gracias por dejarte ayudar.
Por dejarme sentir tu necesidad.
Por recordarme.
Tan sólo son quince pasos y dos tropiezos.
Y pienso tropezarme reitero, seguir ayudando.
Efímera eternidad.
Longevos pasos.
ŞİMDİ OKUDUĞUN
Náufrago del ademán.
ŞiirTe recito a ti. Cada verso nace del subsidio de lírica necesario para alimentar al alma. Es el nido del pájaro cuyo pavor es el vuelo, el caudal de cada lágrima que desviste al rostro, el amarillo de Van Gogh o el azul de Vermeer. Ademán es el espej...