ICEBERG (NO HICE VER)

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ICEBERG

(NO HICE VER)

He de anhelarte.

Bajo el balcón de una sonrisa que agiliza el vértigo.

Era el Mulhacen.

Y yo tan solo la raíz;

Que osaba ser tallo,

Pavor a no saber cimentar cimas y cosechar el caos en ese iris al frente de contienda con el pestañeo del sueño.

Custodia más que cuestiona al minutero.

Pero varaba ese iceberg frente al hielo tiempo.

Azul turquesa.

Era mi vértigo de bucear tu sombra.

Y lideré la escaramuza a las 2:00 AM.

De Almorzar Miradas.

No de premisas ni frenesí.

De vagar por el raíl sin tren de la apostilla de la emoción.

Oleaje de miedo en el mar de la conversación;

Y titánica la enfermedad que titubeó el brillo de un iris color sonrisa.

Sentí síndrome de abstinencia a ese labio de curva cerrada.

Frente al caudal del río melifluo.

Resquicios de observación.

Y yo dibujando en la mente esos tres pendientes en la corriente de su oreja izquierda;

Que no dudaron al sollozar palabras por el tímpano del sentimiento.

Y uno en la derecha,

En el banquillo de la contienda por si alguno perdía el rumbo.

Llevaba la tinta en la piel como el sentir en la sangre.

Deletreó números como quien habla de la matemática de la experiencia.

Pero éramos estadística y no andábamos buscando el porcentaje.

Grúas levantaron los ladrillos del templo a pies de aventureros de distinta época.

Porque éramos el palaustre del ilustre teatro del amor de garganta desgarrada y afónica.

Perdí la noción;

Del tiempo.

Más que de la lógica del lugar ;

no el cuando.

Le vendí mi cielo como el mayor ateo y despedí a San Pedro de este entierro de pasado arena movediza;

Porque éramos cemento

[Aunque cayera el templo maya, seguíamos en el mismo calendario;efímera eternidad.]

Tornó la despedida como quien dobla acero en el torno,

Y lo calienta sin buscar templarlo.

Símil de perpetuidad.

Pero el tiempo era jaque y nos faltó cuestionar la partida.

Bosquejé posibilidades pero no éramos porcentaje;

Perpetua estadística.

Y la lógica contribuyó a que el amanecer evocaría bajo el tejido manto de momento.

Que no había lugar ni cuando.

[Aunque siempre lo hubo]

Discerní que vivir repentizando es adaptación al medio.

Y que el medio es caos.

No entendimos de vasos medio llenos.

Contemplamos la luz refractarse a través de él y entendimos la perspectiva.

No comprendí;

Si volvería a divisar ese iceberg.

O retornaría a ser hielo en un desierto perimetral de oasis estela y rastro.

Pero precisaba cimentar tu huella y enmarcarla en el techo que comía a diario.

Que dormir está sobrevalorado si sueñas hasta en la sopa.

Que yo era de letras y ella el horizonte de este crucigrama.

Pero miedo.

Aférrate a la marcha por si existe el rencuentro.

Y vuelvo a musitar emociones con la osadía del escudero en la batalla de Troya.

Náufrago del ademán.Where stories live. Discover now