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En una dimensión diferente, Uraraka Ochako ahora tendrá que adaptarse a este nuevo y raro mundo; donde su prioridad principal, será sobrevivir.
No es un mundo muy diferente al suyo, pero algo era seguro; esas cosas extrañas que se hacían l...
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- Espero que con esto, Tanjiro y Ochako mejoren... - Hablo para si mismo Zenitsu, mientras llevaba comida que había tomado (o más bien, robado) de Aoi.
Obviamente se preocupaba por sus amigos, sabía que ellos fueron de los más afectados debido al fallecimiento del pilar de la flama.
Se dirigía hacia la habitación que se encontraba Ochako, desde hace días la castaña se había negado a comer, y aunque al parecer eso no le afectaba, necesitaba alimentarse, pero se negaba a probar otra cosa que no sea su medicina.
Era devastador, debido a que a ella le encantaba la comida de Aoi, siempre estaba dispuesta a probar todo tipo de platillos y amaba ayudar en todo lo que estuviera a su alcance, pero ahora todo era distinto.
Verla de esa manera tan decaída y vacia, no simplemente le preocupaba a él, incluso Inosuke intentaba levantarle el animo, pero era inútil.
En ella no escuchando más que un simple y vacío sonido.
- ¡Ochako-chan, comamos juntos! - Llamo a la puerta de forma animada, recibiendo un repentino golpe por parte de Kiyo.
- ¡Los dos desaparecieron! - Mencionó alarmada, para luego darse cuenta de que había golpeado al rubio - ¡Ah! ¡Zenitsu-san, lo siento!
- N-no te preocupes, estoy bien - Respondió con la nariz sangrando y los ojos desorbitados.
- ¡Tu mirada dice lo contrario! - Rápidamente le colocó un panuelo en la nariz, tratando de evitar la hemorragia - ¡De verdad lo siento!, Pero Tanjiro-san y Ochako-nee se fueron!, ¡Ambos continúan muy heridos así que es peligroso para ellos que hagan movimientos bruscos!, ¡Shinobu-sama ya los regaño una vez, si se entera de esto será peor!.
- ¡Espera!, ¿Como que no están rotos, ¿¡Acaso están locos!?.
Y si, efectivamente ambos jóvenes se habían esfumado sin permiso.
Corrían lo más rápido que podían, siguiendo al cuervo de quien pudo haber sido, su Sensei.
Sabían que se metían en graves problemas al hacerlo, pero debían de cumplir las últimas palabras de Kyojuro.
Se detuvieron a unos metros de un niño, el cual no parecía ser más grande que ellos.
Y era realmente impresionante su parecido con Kyojuro, tanto que Ochako casi deja caer la caja de nezuko al creer que era el Rengoku original.
