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En una dimensión diferente, Uraraka Ochako ahora tendrá que adaptarse a este nuevo y raro mundo; donde su prioridad principal, será sobrevivir.
No es un mundo muy diferente al suyo, pero algo era seguro; esas cosas extrañas que se hacían l...
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- ¿De verdad te encuentras bien, Tanjiro? - Preguntó la castaña con preocupación al notar el cansancio en los ojos del contrario.
- ¡Lo estoy! No te preocupes, ya estamos llegando. - Respiro profundamente, para luego escuchar como la caja que llevaba Uraraka comenzaba a hacer ruido.
- ¡No te preocupes, Nezuko! Ya llegamos, así que tu hermano estará bi...- Entrecerró los ojos para poder observar aquello que hacía ruido en la lejanía - ..en... Uhmm ¿Tanjiro?
- ¿Que sucede? - Miro hacia donde la castaña, dandose cuenta de que sucedía. - ¿¡Haganezuka-san!?
Con rapidez, Ochako quito del camino a Tanjiro antes de que el herrero pudiera cometer un crimen de odio contra su amigo.
- ¡No es necesario hacer eso, Haganezuka-san! - Se colocó delante del pelirrojo, mientras tenía las manos arriba en señalde de defensa. - ¡Se lo muy enojado que debe estar, pero podemos dialogar!
- ¡Estoy cansado de que mis espadas terminen con horribles destinos por tu culpa! - Grito el mayor señalando culpablemente a Tanjiro.
- ¡Lo siento, pero! ¡Fue una luna superior la que-
- ¡No me interesa!, ¡Voy a acabar con los dos! - Volvió a gritar para lanzarse a ellos con todos sus cuchillos.
- ¿¡Que!?, P-pero ¡Yo no hice nada! - Y esta vez fue Tanjiro quien la quito del lugar antes que la atacase.
En un rápido movimiento, la tomo firmemente de la mano, para correr lo más lejos posible del herrero.
Ella intento hacerlos flotar, pero por alguna extraña razón no pudo hacerlo.
Fue así como pasaron toda la tarde, entre correteadas, gritos, e intentos fallidos por parte de Ochako para intentar calmar a Haganezuka, cosa que solo empeoró.
Con algo de esfuerzo, pudo lograr que Tanjiro entrará a la finca junto con Nezuko.
Pero, ¿Y ella?
Pues tuvo que quedarse unas tres horas más corriendo de aquél adulto, quién también la llamo traidora por haber ayudado al pelirrojo.
En un intento de desesperación, la castaña trepó hacia el techo de la finca, logrando perder de vista a Haganezuka
