Algunos afirman que el amor es más fuerte que cualquier otra cosa.
Visenya II Targaryen no fue criada para pensar eso, su padre Daemon Targaryen la crío para batalla, para ser una guerrera.
Después de una trágica noche después del funeral de Laena...
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A la mañana siguiente Visenya se levantó de golpe al sentir su cintura rodearse por un brazo, el brazo de Aemond Targaryen.
Miro a su lado como aquel platinado de zafiro azul que se veía plácidamente precioso dormía, dormía feliz y plenamente. Era grandioso.
Algunos mechones caprichosos se acentuaban en su rostro así que con un delicado toque los quito de su rostro, y quedo mirando su rostro algunos segundos, cuando recordó que ya era de mañana y no estaba sola en su habitación.
Daemon su padre acostumbraba ir a verla por las mañanas para ser el primero en decirle los buenos días, y también decirle lo mucho que la quería y que estaba muy orgulloso de ser su padre, y ella sabía que esa mañana sería igual, más por lo sucedido en la cena de ayer.
Se levantó de la cama para ir por una bata, seguía desnuda. Tendría que despertar rápidamente a Aemond. Se coloco la bata y antes de que fuera hacia el platinado la puerta se abrió lentamente.
Sonriendo en la puerta Daemon estaba, y al ver quien estaba en la cama de su hija se le borro la sonrisa, dio un paso enfrente y giro a los lados para buscar a Visenya, la cual estaba parada a su izquierda.
—¿Qué es esto?—le susurro Daemon. Como de costumbre siempre llevaba a hermana oscura colgada en su cintura, tomo el mango de esta, pero la chica lo detuvo.
—vamos afuera te lo explicare—tomo a su padre del brazo y lo condujo hacia afuera, mientras este veía a Aemond dormir plácidamente, parecía un tronco, no despertaba—por favor mírame, deja de ver la puerta, le harás un agujero con tu mirada llena de furia
—¿como crees que estoy? Mi hija, mi nena, mi Visenya se revolco con ese engendro tuerto, podría matarlo
—pero no lo harás...
—¿tan segura estas, hija mía?
—no lo harás porque sabes que eso me mataría a mi, por favor solo escúchame—Daemon la miro enojado— me prometió la cabeza de Criston Cole, padre ese hombre me hizo daño, tanto a mi como a tu esposa, mi madre, Rhaenyra.
—¿y también te prometió la de la reina Allicent?—Visenya bajo la cabeza, mirando sus pies negó lentamente —claro que no, todos saben que Aemond ama a su madre incondicionalmente,y ella a él, yo creo que más que sus demás hijos, si el se entera que traes venganza con su madre no dudará en matarte....
—lo siento....
Daemon la atrajo hacia el, estrechandola entre sus brazos.
—Allicent también le ha hecho daño a Rhaenyra y se que a ti también te hará daño, solo aléjate de Aemond, no es bueno para ti...—dicho eso Daemon solto a su hija y se puso serio de momento —es hora de irnos, cámbiate y no vemos afuera.
Al entrar miro a Aemond en la cama sentado, mirando hacia la puerta, cuando Visenya entro este sonrió de oreja a oreja al verla.
—mi princesa... ven aquí—palmeo su regazo y esta fue hacia el lentamente, se sentó en las piernas del platinado y lo miro, este paso sus brazos por la cintura de Visenya atrayendola hacia el.
