Algunos afirman que el amor es más fuerte que cualquier otra cosa.
Visenya II Targaryen no fue criada para pensar eso, su padre Daemon Targaryen la crío para batalla, para ser una guerrera.
Después de una trágica noche después del funeral de Laena...
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A la mañana siguiente Visenya se levantó de golpe, miró a su alrededor y se fijo que Daemon, su padre, dormía en una silla alcochonada a lado de su cama. Sonrió al verlo, su padre era lo que más ella quería, por el haría lo que fuera y el ahora estaba aquí muy incómodo cuidando de ella.
Un gran punzón le llego del rostro, se levantó de la cama y fue hacia el tocador que tenía un gran espejo. Se miro en el y el gran corte que Sir Criston Cole le hizo ya estaba cerrado por puntadas que tal vez ella, un maestre le hizo en la noche que ella quedó inconsciente.
Aquel corte dejaría una cicatriz, una enorme y terrible marca.
-buenos días-escucho la voz de su padre detrás suyo, volteo y la niña se pego al cuerpo de su padre, lo abrazo tan fuerte que dolía para ella.
-siento tanto haberte defraudado, me dijiste que ya se había acabado y yo seguí con esa tonta pelea...
-vamos fuiste toda una valiente Visenya, defendiste a Rhaena de ese ladrón-algunos toques en la puerta de donde estaban los hicieron separarse y que Daemon fuera hacia ella.
-mi príncipe, mi princesa, la reina Allicent desea un momento con la princesa Visenya-Daemon sintió una furia crecer de lo profundo de él.
¿Como se atrevía Allicent Hightower ordenar a traer a su querida hija?
-Visenya, el es Sir Anthony Yalle, es uno de mis más fieles guardias de Pentos, ahora estará a tu disposición y te el acompañará con esa mujer-Sir Anthony le hizo una reverencia a la princesa y esta le sonrió.
-pensé que irías conmigo-se dirigió la princesa a su padre.
-lo siento, tengo un asunto que tratar con Rhaenyra, así que anda ve con Allicent para que salgas pronto-Daemon beso a su hija en la frente y la dejo con Sir Anthony.
-me cambiaré rápidamente y salgo- le dijo Visenya a Sir Anthony, este asintió y salió del lugar dejando a la princesa a solas.
Se volvió hacia el espejo mirando de nuevo su rostro, la cicatriz no se veía mal, y no le importaba tenerla, le importaba lo que sucedió con Aemond y la reina Allicet.
Le conto sobre Vhagar a Aemond y se aprovechó de eso, Visenya ya tenía planeado hablar con su padre Daemon para que pudieran buscar un huevo para su querido primo, pero todo eso cambio desde lo ocurrido hace un par de horas.
Se sentía triste y enojada, ella sentía que empezaba a sentir que crecia algo con Aemond, que podrían llegar a ser más que primos, amigos muy buenos amigos.
Rápidamente Visenya se vistió sin ayuda de ninguna doncella, ella quería algo de privacidad, además de que ahora sería el centro de atención por lo que ocurrió con la reina, además de que tenía una gran cicatriz en su rostro pálido. Tomo la daga que su padre le regalo, por si acaso y se la paso por la cinta que tenía enrollada en su brazo derecho interno.
