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— ¡Minjeong!

— ¿Qué quieres ahora? — respondió a su hermano mientras bajaba por las escaleras, apresurada con la mochila en las manos.

— Solo te recuerdo que hoy te toca lavar la ropa.

— ¿No puedes hacerlo tú? —se quejó echando la cabeza hacia atrás —Hoy tengo un exámen y dos trabajos.

—Y yo una reunión muy importante a las nueve, así que no te quejes y hazlo cuando te desocupes.

— De acuerdo. — soltó resignada, rodando los ojos.

— Por cierto, te tengo una noticia.

— Espero que sea buena. — Minjeong jaló la silla para luego sentarse al comedor.

— Bueno, en realidad son dos.

— Ya empezamos mal. — rodó los ojos.

— La primera es que iré a la empresa solo por unas horas, e decidido tomarme el día para pasar tiempo contigo. — Minjeong dejó de comer para mirar a su hermano y una sonrisa de alegría se extendió sobre su boca.

— ¿Enserio? eso es genial Doyoung.

— La segunda noticia es... que Nayeon viene a comer con nosotros esta tarde. — para entonces Minjeong dejó de sonreír a mostrar una mueca de desprecio.

— Ash.

— ¿Ash qué?

— Nada.

— Minjeong te conozco bien asi que habla de una vez. — dejó de hacer lo que estaba haciendo y miró hacia su hermano.

— Sabes bien de antemano que Nayeon no me cae bien.

— ¿Por qué? ella solo viene a comer. — rió con gracia.

— No es eso, ¿Acaso ya olvidaste quién es su madre?

— Una cosa es Nayeon y otra muy direfente es la Tía Erin.

— Como sea, esa mujer no es bienvenida en esta casa no después de no presentarse en el funeral de Papá. — contestó furica, al borde de perder los nervios mientras tenía la mirada fija en Doyoung.

— Entiendo que no la quieres. Yo tampoco pero-

— ¿Pero qué?

— Pero eso no significa que Nayeon sea igual que su madre.

— Lo dices como si no estuvieras engañado. Que una hija de Papi se presente aquí eso no justifica nada.

— Minjeong cálmate y entiendelo de una vez que ella no es como tú crees. — un silencio se formó entre ellos, Minjeong ya no respondió y se quedó allí mirando su plato sin terminar. — Ella te quiere mucho.

— Si tú lo dices.

— Termina eso y apuráte. — Doyoung recogió algunas cosas de la empresa sobre la mesa y metiendólas en su portafolio negro. — Te espero en el auto. — dijo al pasar por el comedor hasta llegar a la puerta de entrada. — Y de una vez te aviso que ella pasará por ti en la salida.

— ¿Qué? ¡Doyoung!

(...)

Minjeong yacía caminando al lado de Haechan con un brazo rodeando sus hombros, por el jardín de la escuela.

— Es qué dime tú, ¿Acaso tiene algo de divertido esto? — comentó ella.

— Quizá, el hecho de que me hayas perdonado y volvieramos a la farsa que todos creen. ¿No? — Minjeong rodó los ojos ante su respuesta. — Si me has perdonado ¿cierto?

𝖫𝖾𝗍'𝗌 𝖯𝗅𝖺𝗒 ➸ 𝖧𝖺𝖾𝖼𝗁𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora