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Haechan se había puesto en una situación algo díficil, más bien, una situación donde lo acorralaba la espada y la pared, por así decirlo. Nunca se imaginó que las cosas tuvieran que salir de aquella manera, sobre todo nunca imaginó que Minjeong sería la primera y única persona en saber lo que había escuchado por sí misma. Jamás le había preocupado cosa alguna en su vida, pero ahora ni siquiera sabía por que le preocupaba ella, o al menos esas eran ideas suyas, según él.

— Lo escuchó todo. — artículó después de volver con sus amigos habiendólos dejado solos.

— Yo creo que estaba hablando enserio. — comentó Jeno, Haechan negó hacia la nada.

— Sólo está molesta, las mujeres dicen cosas sin pensar cuando están molestas.

— ¿Te consta? — preguntó Yangyang con incredulidad — Te dijo que no quiere estar contigo y dices que solo está molesta, Haechan, la viste llorar, alcanzamos a escuchar todo lo que te gritó.

— Sólo está molesta, ya dejénlo así.

— ¿Por qué eres tan terco? — Jaemin frunció el ceño.

— Porque tú eres muy preguntón. — le miró mal. — Oigan... tal vez no escuchó todo, sí, yo sentí cuando ella estaba en la puerta, no pudo haber escuchado de más.

— ¿Enserio quieres verlo así? — Yangyang alzó una ceja sin querer creerle. — ¿Por qué no admites que lo arruinaste y ya?

— Porque su ego no cabe ni por la puerta. — contestó Jaemin, mirando fijamente a Haechan, quién no tardó en repetir su acción.

— ¿Enserio sólo te vas a poner a abrir la boca? — preguntó de mala gana, fulminando a Jaemin mientras él rodaba los ojos cruzando los brazos.

— ¿Y qué vas a hacer? — preguntó Jeno.

— Algo se me ocurrirá, ya verán que no hay de que preocuparse.

(...)

— ¿Es enserio?

— ¿Qué? — miró extraño hacia Yangyang quién miraba fijamente con incredulidad la magdalena embolsada que Haechan llevaba en sus manos.

— ¿Vas a ir allá a decirle: "Oye, Minjeong, te traje una magdalena, ¿me perdonas"? — imitó su voz, o al menos lo intentó cuando su amigo ya le estaba fulminando.

— Estás paranoico.

— ¿Enserio crees que funcione? — Jeno cruzó los brazos, mirandóle dudoso.

— Otro. Que sí. — echó la cabeza hacia atrás y la regresó. 

— No te veo muy convencido — le miró de pies a cabeza.

— Bueno, nosotros ya nos vamos. Suerte. — Yangyang le palmeó el brazo antes de irse. Haechan volteó hacia donde estaba la chica, ahora que estaba solo sintió una especie de nervios en su estomagó, negó varias veces para sí mismo haciendóse creer que eran ideas suyas, y que nada debería preocuparle. Es decir, era Lee Donghyuck y a él nada le preocupaba a menos que se tratara de si mismo. Armó el suficiente valor muy decidido y con toda la adrenalina del mundo fue caminando hacia la banquilla donde Minjeong estaba sentada comiendo de un sandwich.

Haechan se sentó de golpe junto a ella.

— Hola, Minjeong — comentó muy alegre, pero sin esperar una respuesta de ella — Oye, quería saber si tú... — le extendió la magdalena al mismo tiempo en que ella se levantó recogiendo el contenedor y se alejó dejandólo hablando solo. Haechan no se esperaba esa reacción, creyó que con cualquier cosita que comprase sabiendo algo de lo que podía gustarle a las niñas, ella iba a acceder con total facilidad, pero está vez pareció no ser así. Parecía ser que Minjeong no se compraba por unas migajas de pan y Haechan no tardó en darse cuenta. Aun así su idea de que ella estaba dramatizando todo no dejaba de existir.

𝖫𝖾𝗍'𝗌 𝖯𝗅𝖺𝗒 ➸ 𝖧𝖺𝖾𝖼𝗁𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora