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Minjeong y Yeji caminaban juntas por el pasillo hacia sus clases como de costumbre.

— ¿Enserio? ¿esa era tú idea? — se cruzó de brazos con una ceja alzada.

— No se de que hablas, Unnie. — Yeji se hizo la extraña, mirando a otro lado.

— No te hagas, sabes bien de que hablo. — rió.

— Bueno, está bien — admitió echando la cabeza hacia atrás — Pero solo queríamos saber cual sería su reacción.

— ¿Qué reacción? ¿esperabas qué pasara algún momento romántico o algo así? — rió con más sarcasmo. Yeji se encongió de hombros riendo con ella.

— Algo así. Nunca se sabe.

Minjeong negó sonriendo. En eso vio a Ningning y Yangyang caminar hacia ellas tomados de la mano.

— ¿Ya se enteraron? — dijo Ningning con un ápice de felicidad en su cara. Las dos chicas se miraron entre ellas confundidas y después miraron hacia la pelirroja.

— ¿De qué? — preguntó Minjeong.

— Expulsaron a Yuna. — dijo Yangyang. Yeji quedó boquiabierta, en cambio Minjeong se quedó congelada en su lugar.

Eso era inesperado.

— ¿Cómo así?

— La directora se dio cuenta de todas las cosas que hizo; y por fin decidió expulsarla. — volvió a decir el chico.

Ningning parecía ser la única que desbordaba de felicidad con solo ver su cara llena de lágrimas bajando por sus mejillas, mientras se tapaba el rostro para no ser tan obvia aunque ya lo era.

— ¡No, Ningning! — Yeji se acercó para abrazarla y frotar su mano en su espalda para calmarla.

— No llores. — Yangyang se les unió mientras Minjeong solo permanecía quieta en donde estaba, con las manos una sobre otra y sonriendo levemente.

— Lo siento. — se secó las lágrimas aunque se le corriera un poco el maquillaje. — Es solo que... no pensé que este día llegaría.

— Ya no tienes de que preocuparte. — dijo Yeji.

— ¿Te parece si vamos por una malteada a la cafetería? — propuso el chico, ella asintió y agitó su mano hacia las dos chicas antes de irse de la mano con Yangyang.

— Vaya, eso ha sido un poco extraño. — dijo la castaña.

— Bastante, lo bueno es que ya no tendremos que ver a Yuna por aquí — trató de decir animada, mientras Yeji reía por debajo.

— Entonces... eso quiere decir que Haechan ya no tendrá de que preocuparse.

— Si, ya no lo tendrá. — un ápice de desánimo se formó en su cara junto a su mirada cabizbaja.

— ¿Te pasa algo?

— No, no es nada.

— Unnie.

— Estoy bien Yeji. — trató de sonreír.

— Te conozco muy bien, ya dímelo.

— No es nada, es solo que... no sé que pasará ahora. — seguía cabizbaja.

— ¿Hablas de Haechan? — asintió hacia ella. — ¿De qué te preocupas? Has estado con él desde hace unos meses fingiendo esto — susurró. — No entiendo porque te preocupas.

— Quizás ya me acostumbré a tenerlo cerca.

— Pero eso no significa que ya no se verán o hablarán.

𝖫𝖾𝗍'𝗌 𝖯𝗅𝖺𝗒 ➸ 𝖧𝖺𝖾𝖼𝗁𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora