h a p p i e r (JinSu)

one

Zeokjin

cuídate también.

«10/04/2010, 14:25»

la pantalla se ennegreció por el bloqueo automático después de tanto tiempo de haber estado viendo el mismo mensaje durante tantos minutos.

sí. era patético.

girando sobre la cama me pongo a ver el techo, donde había una marca de pintura morada que no me dejaba mirar hacia adelante. ¿cómo voy a hacerlo si por más que intento, no me deshago de lo que más me ata al pasado?

que mi vista haya empeorado y tuviera que usar un par de lentes de pasta gruesa

y negra no decía mucho, tampoco el hecho de que me haya teñido el cabello de rubio. esas eran cosas sencillas que estaban ahí. en las que como cualquier otra persona quise ver que había cambiado y superado.

pero no era así. nunca es así.

— Yoonnie, ¿todo bien?

cuando Jimin aparece en el marco de la puerta con el pomo en la mano me obligo a incorporarme, asintiendo letargicamente.

— voy a salir — dijo él. un sábado en la noche, claro. porqué no salir.

— seguro. ve con cuidado.

él parecía pensar algo mientras apoyaba el

peso de una pierna a otra, sacando la cadera.

— ¿no quieres venir? ¿sucede algo?

teniendo en cuenta que él tiene conocimiento de toda mi situación no me sorprendía que supiera leerme tan bien, pero seguía siendo un poco incómodo para mi a veces, no porque no me gustara que me conociera a tal grado, sino porque desearía que él no se tuviera que preocupar por mí así.

— lo mismo de siempre. no te preocupes,

sólo ve.

lo ví dudar, pero le hice un gesto con el mentón para que se fuera y así lo hizo.

permanecí en quietud mientras oía los pasos, luego la puerta de entrada del

departamento hasta que ya no hubo más ruido. fue entonces que me puse de pie y tomé un cardigan de colores pastel para acomodarme el pelo vagamente y salir también.

no me iba a quedar encerrado a deprimirme mientras el tiempo iba pasando de nuevo; eso hice todos estos años. todo por no poder superar un amor que yo mismo eche a perder.

el fresco de otoño era mi favorito. el clima estaba húmedo debido a las lluvias recientes y el encapotado cielo gris siempre amenazaba con echar a llorar de nuevo, cuando ni siquiera las calles estaban completamente secas y los autos que pasaban dejaban los tatuajes temporales de las llantas húmedas por el asfalto semi seco.

pasé varios minutos andando en silencio hasta llegar a una calle comercial, donde había una librería que he frecuentado desde que me mudé a Seúl con Jimin. entré ahí con el sonido de la campanita anunciando y saludé a la dependienta, comenzando a vagar por los pasillos de estantes llenos de libros.

ya había tomado un par para pedir prestados cuando un título me llamó la atención. por varios segundos pasé mirándolo; era su libro favorito. al menos hasta donde sabía. nunca pude leer Tokio Blues, pero quizá podría hacerlo ahora. no sin algo de duda estiré la mano para tomarlo, terminando por chocar con otra que también se había acercado.

instantáneamente retraje la mano, pensando que quizá no debi hacerlo, antes de volverme al dueño de la mano que sí

había tomado el libro para pedir una disculpa. no obstante, el aire se me atoró en la garganta cuando me encontré con la expresión curiosa y calmada de la persona cuyo nombre no pude olvidar desde hace tantos años.