eleven

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Yoongi había ignorado a Jimin por varios días, y las vacaciones habían llegado.

Él sabía que su amigo sólo estaba preocupado por él, pero no podía perdonarle que hablara de su vida personal con otra persona. Había límites incluso para ellos, y Yoongi jamás se había metido en la vida de su amigo.

aunque claro, Jimin jamás había hecho algo tan cuestionable. él solía ser más recto y sano de lo que Yoongi jamás podría aspirar a ser, pero ese no era un pretexto. y no sólo era eso, sino que se sentía herido por haber tenido que escuchar que hablaba de él en lugar de decírselo directamente.

quizá tan sólo era que Yoongi se sentía demasiado avergonzado, pero no lo suficientemente para dejar sus andadas.
ahora que no tenía que levantarse temprano, Yoongi pasaba más tiempo en bares. Había conocido mejor a Eunwoo, quién era realmente inteligente y rápido para las cuentas y las matemáticas, y lamentablemente, en más de una ocasión Taehyung había tenido que ir a recogerlo cuando se había pasado de copas.

Yoongi ni siquiera sabía qué hacía el modelo ahí, puesto que no recordaba haberlo llamado en ninguna ocasión.

y un par de noches antes de Navidad, se lo cuestionó.

— Me llamaste en una ocasión, pero fue por error. Pensaste que era Seokjin, y Eunwoo me dijo dónde estabas para ir por ti.
su voz estaba fija en el camino, pero él estaba demasiado ebrio para reparar demasiado en lo dolido que se escuchaba el tono del modelo.

mientras Taehyung abría la puerta del departamento, Yoongi pensaba seriamente si debía comunicarse con Seokjin. No porque hablarán frecuentemente, sino porque los besos que se daban en secreto se habían convertido en algo de ellos. algo furtivo. su acuerdo tácito de besarse en cada oportunidad lo hacía sentir en el cielo y el infierno a la vez.

Jimin había servido unas tazas de café, se le veía bastante pachoncito en ese suéter de peluche rojo.

— ¿Por qué sigues aquí? — cuestionó entonces a Taehyung después de dar un sorbo a su taza.

— Yoongi, ¿puedes ser más agradecido? acaba de traerte a las tres de la mañana del bar.

— Gracias por señalar lo obvio, Park.
Jimin suspiro.

— Sólo pensaba tomar el café y luego irme.
Yoongi hizo una torpe mueca. no era como que no hubiese notado el cambio de actitud del modelo; siempre estaba pendiente de él, a pesar de que su reciente naturaleza promiscua se hubiese dado a conocer como un secreto a voces entre sus amigos gracias a, ahora lo sabía, Hoseok. Taehyung no había dejado de procurarlo en casi todos los sentidos.

y sentía tanta pena por él.

— Yoongi, ¿acaso no estás cansado?  — le dijo Jimin esa misma noche, mirándolo con visible frustración. Taehyung se había quedado con ellos y Jimin le había cedido su habitación para que descansara.

— ¿Ahora de qué hablas?

— De comportarte de forma egoísta. De lastimar a Taehyung, a Namjoon, a mí.
Yoongi lo miró con escepticismo.

— ¿En serio me estás diciendo esto después de que fuiste tú quién más me decía que fuera un poco egoísta?

— Yo no me refería a que te comportaras como una puta — casi de inmediato Jimin se mordió la lengua, pero no se retractó.
el rubio arrojó la almohada que sostenía a la cama y se cruzó de brazos, sonriendo con sorna.

— ¿Y qué tengo que hacer según tú? ¿Quieres que vaya y tenga una relación con Taehyung sólo porque él me quiere? — Alzó las cejas, riendo sin ganas ante la expresión de su amigo —. ¡Mírame, Jimin! Ellos son tan buenos hombres, que no necesitan a una puta como pareja.

h a p p i e r (JinSu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora