Reencarne en una esclava

Aburrimiento y un amigo 1

Como ya sabes una semana ha pasado desde mi despertar y los sucesos que han ocurrido podría contarlos con una mano. Además de adecuarme a mi condición y entorno paso tan poco que caer dormido de aburrimiento todo el tiempo habría sido normal, y lo peor de todo es que lo poco que intente también está en un punto de fracaso.

Me sentí incomodo cuando las criadas me bañaron, me negué tanto que prácticamente me tuvieron que obligar a saltar al agua. Por supuesto que la idea de tener a dos mujeres dándome esos servicios se sintió tan inadecuado que juro que creí que moriría, pero, eso se debe a que sigo pensando como hombre, ese es mi mayor defecto al intentar ser la hija de un noble, Leliana Wincunteer, sigo siendo en el fondo yo mismo, por lo menos en gran medida, tú sigues estando dentro. Trato de actuar como debería y de todos modos al ponerme a reflexionar me dio cuenta que sigo actuando tal y como lo haría antes, digo, incluso siento que camino de la misma forma, no me puedes culpar, es instintivo. Mi pasado es demasiado pesado para comenzar a actuar como la niña de seis años Leliana. Y de por si, que pecado es que yo deba manchar la imagen de una niña de seis años con mi extraño actuar.

Estoy decepcionado de mí, pero dejare eso de lado un rato. Algo que has de haber notado es que pareciera que me estoy muriendo a pesar de tener el estómago lleno y dormir en una buena cama, bueno, eso se debe a nada más ni nada menos a que me estoy volviendo loco.

¿Te vuelves loco? ¿Y por qué?

Bueno la respuesta se llama: "entretenimiento" y si, estando en este valle me siento tranquilo y eso me gusta, pero... estoy en completa abstinencia de estímulos, podría gritar eso a los aires y eso no cambiaria nada. Nunca eché tanto de menos el internet o la luz como en esta semana que viví en este mundo. Veía esos bienes como algo tan normal, el quedarme toda la noche viendo una serie o jugando un videojuego era tan común que nunca lo valore. Ahora esto aquí y esas cosas no existen, y los medios de entretenimiento se redujeron a lo que se puede hacer en un mundo sin tecnología, al juego común y la lectura.

No soy buen lector ni me han gustado los juegos al aire libre, mi nivel de conversación en todo caso podría servir y de seguro lo haría, si no fuera porque... de no ser por el hecho de que soy una "noble" de seis años y nadie quiere hablar conmigo, las personas que trabajan para el señor Wincunteer me tratan con cortesía y siempre van con una sonrisa al verme, pero mantienen las distancias, nunca aceptan más de dos o tres palabras antes de apurar el paso y dejarme atrás. Es molesto.

Otra cosa que extraño es la vida nocturna, y no, no me refiero a ir a tomar en un bar de mala muerte con los amigos. Simplemente extraño poder hacer algo en la noche, estando aquí sin postes de luz ni energía, la noche se vuelve en una tumba imperturbable donde no se puede ver ni dos pasos delante si la luna no está iluminando la ventana por la que pasas, mis pequeños paseos nocturnos tan normales en mi vida pasada han terminado actualmente con golpes y caídas. Es molesto. Y las velas parecen reservadas para ocasiones especiales.

Viendo pasar los segundos sin nada que hacer note que el hijo de los Wincunteer también sufre del mismo problema que yo, en cuanto al entretenimientos, a múltiples horas del día lo he visto tomar una espada de madera y practicar sin descanso movimiento tras movimiento como si fuese un caballero, cosa que esta demás decir que no es. Es un noble de verdad, siempre que lo necesite tendrá un escolta bien capacitado bajos sus órdenes, así que su deseo por volverse más fuerte u obtener maestría con la espada debe ser fruto del ocio. También es normal verle rondando en el sitio que le vi por primera vez viendo insectos, es un chico simple diría yo. Y otra cosa es que Nolan probablemente es la persona más adecuada para matar mi aburrimiento; tomando en cuenta que los empleados me evitan y los señores de la casa no estar mucho dentro, mis opciones se redujeron a ese mocoso. Eso es molesto. En esta semana me abstuve de hacerlo, tengo un orgullo y hablar con un niño me parece algo aburrido, sin embargo, estoy tocando fondo y no creo que pueda aguantar mucho más de este aburrimiento.

Apenas me levante las criadas me dieron otro baño a la fuerza y me vistieron con un vestido de una sola pieza blanco. Mira ya da igual mi incomodidad. Hoy hablare un poco con mi nuevo hermano.

Si eso haré.

Como pensé hice. Abandoné mi cuarto antes que contar el pasar de los segundos me volviese loco y salí por la gran puerta que daba paso al exterior. Estando allí ver la cabellera rubia de ese niño fue cuestión de tiempo.

Estaba donde lo había visto estos días, en el mismo lugar del primer día viendo insectos, específicamente hormigas que marchaban. El aburrimiento es impresionante para hacerte ver eso.

Estando tras de él reflexione unas cosas: "Este niño me odia verdad" "¿Qué carajos voy a hablar con él?" "¿No me veo raro?" No, no y tal vez. No debo pensarlo tanto, al fin y al cabo, hace una semana nos volvimos hermanos y tener una buena relación estaría bien. Solo debo interesarme en sus cosas y listo, amistad instantánea, así de fácil.

Y lo que parecía gustarle en ese momento eran las hormigas... ¿Debía hablar de eso?

—Muy buenas tardes hermano mayor. —Una buena forma de iniciar una conversación.

El joven siguió dándome la espalda sin emitir palabra.

—Hoy... hace un buen día, ¿verdad? —Una forma desesperada de iniciar una conversación.

Él con pereza se giró un poco hacia atrás para verme.

—¿Qué quieres?

—Oh bueno, yo no quiero nada, solo está haciendo un buen día y yo...

—Si no necesitas nada entonces deberías irte. —Me interrumpió, ese maldito mocoso. Bueno, como un adulto mi papel es mantener la calma.

—La casa está algo silenciosa y pensé que podríamos hablar un poco. —Se volvió a los insectos.

—Y... —Sin reacción.

Es un niño, uno molesto e irrespetuoso. Enojarse estaría mal... pero.

—¡No me ignores pequeña mierda! —Listo, el papel de Leliana Wincunteer la niña de seis años hija de un noble se derrumbó.