La ambición cambia al mundo

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Estando en este valle es difícil asimilar las cosas que escucho del exterior, y ni siquiera hay que ir muy lejos, dentro del reino se está viviendo una confrontación por la sucesión al trono, parece que el hijo heredero no es apto bajo la mira popular y sus hermanos buscan despojarlo de la corona usando sus influencias. Los nulos logros del primer hijo y su falta de amistades lo condenaron a este desenlace. Cuando sea despojado de lo que le corresponde sus numerosos hermanos lucharan entre por el poder y quien sabe que ocurrirá en su pelea. La paz reina aun, pero quien sabe por cuánto tiempo lo haga y, con lo poco que puedo saber del conflicto en si mismo, yo simplemente, yo... siento algo de miedo

Puede aceptar mi propia muerte e incluso la volveré a aceptar cuando esta nueva vida llegue a su fin, esto sin embargo, es más grande que yo mismo. Muchos podrían morir en el futuro y la ola de caos golpeara este pacifico lugar antes de que pueda percatarme. La familia que me acepto y mi promesa de no permitir que más personas experimenten tu dolor. Que impotente me siento por ser débil.

¿Qué se puede hacer con seis años? Supongo que nada.

Y todos estos pensamientos míos van encaminados por una conversación banal. Nolan, el hijo de esta familia me fue relatando los escabrosos detalles de lo que sería el futuro como si fuese de lo más normal, tal cual la violencia y la muerte marcasen el camino correcto en este mundo.

No estar de acuerdo cae en mi procedencia. Yo que conozco otro camino aspiro por él, aunque no pueda hacer nada para cambiar las acciones de las personas con poder.

—¿Tú crees que la paz es posible? —Mis pensamientos se filtraban —. No he vivido mucho aquí, pero no creo que el único camino sea la muerte.

—No es nuestra culpa. El rey fue un tonto al no importarle su heredero y la reina no cumplió con su deber de traer a un rey, es su culpa, fueron tontos y por eso el reino caerá. —dijo él —, es lo normal.

Nunca vi violencia hasta el día de mi muerte en que fui asesinado, toda mi vida la pasé en una burbuja de seguridad y comodidad, ignorando el mundo que me rodeaba y la maldad que día a día atacaba. Mi caso fue uno de muchos, la única diferencia es que esta vez el afectado no fue una persona sin cara que nombraban en las noticias, sino que, fui yo. Por primera vez en mi vida fui víctima de la violencia y resulto siendo en los últimos momentos de mi vida.

¿Soy muy blando por no ver la violencia como algo normal? Si en mi mundo pasaba, ¿este no estaba a su vez condenado a lo mismo?

Que temor siento estando fuera de mi burbuja.

—Tú misma lo dijiste: Las hormigas pelean entre ellas, tienen soldados encargados con este propósito. La guerra no solo es normal, es natural.

—Si... tienes razón.

La guerra entre los príncipes era inevitable y yo no soy nadie para cambiar el mundo o las reglas que lo rigen. Soy un hombre perezoso que acepto una gran carga.

Quiero tener la fuerza. Deseo con tener convicción para hacer algo.

—Pero yo...

Mi deseo original fue salvar a alguien, sin embargo, parte de mi promesa fue evitar que más personas sufriesen. Si mi vida y que yo pueda recuerdos de un mundo distinto significa algo entonces yo...

—¡Quiero cambiar el mundo!

Un grito agudo que resonó en todo el valle, uno que hizo que Nolan soltase la espada de madera que había agitado en el aire hasta ahora, y que llamo la atención de alguien que me buscaba.

—¿Tú eres Leliana Wicunteer? La niña de ojos dorados.

Un joven de ropa andrajosa con una belleza envidiable apareció ante nosotros, manteniendo una expresión seria que resplandecía en unos ojos parecidos a los míos.

Ojos dorados. Un joven de ojos dorados.

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Hey, algo sobre mí:

Crear una historia interesante es más difícil de lo que pensaba. En el capítulo pasado me la pase hablando de insectos... creo que ya maté de aburrimiento a muchos.

Nah, que se le va a hacer. 

Reencarne en una esclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora