Un pueblo y el nuevo criado

169 34 2
                                    

Aunque mis deseos y aspiraciones fuesen más grandes que mi propia imaginación, mientras siga siendo un ignorante no lograre nada. Suspire en el ocaso y deje que mis ojos vagasen por un mundo que se movía sin importarle mi presencia. Di el primer paso para dejar de ser un tonto, le rogué al señor de la casa, el señor Wincunteer que me permitiese acompañarlo en su próximo viaje, para mi sorpresa acepto encantado el pedido y sin muchos miramientos adapto su salida a mí.

No es un viaje lejano, ni siquiera es uno que cueste más de dos horas de viaje. Es como dije, mi primer paso. Ir al pueblo.

Esa es la situación actual, fuera del valle monótono y de tonos verdosos, luego de una hora en el carruaje sin mucho que ver o hacer llegue al pueblo de espadas y "brujería". Casi como si fuese un sueño, estoy transitando un poblado de suelo rocoso como los que podría haber visto en una serie o imaginado en un libro, con el encanto clásico de la simpleza y el continuo movimiento de habitantes sudorosos y de aspecto robusto que se mesclan en su entorno y hacen parecer que el propio pueblo es un personaje en si mismo. Imaginar el inicio de una historia de caballería o ver brotar en la plaza un acto de magia verdadero, resulto tan natural que al dejar caer mi mentón sobre la ventana del carruaje me perdí un poco de la verdadera visión del poblado. Soy una persona simple que disfruta la rutina y lo aburrido, o por lo menos eso es lo que creí, quizás haya sido la falta de entretenimiento al estar encerrado en una mansión o mis propios deseos que no explore hasta ahora, incluso que fuesen los de la niña que me hizo empezar esta historia en primer lugar, no lo sé, pero sin dudas ver a tantas personas y cosas pasando enfrente de mí, me hace sentir "algo", del tipo de sentimiento que daba por sentado y que no se encuentra en el silencio de la soledad.

Mi imaginación está al límite y siendo sincero no me fije mucho en el pueblo más que en mis propias fantasías de espada y brujería. Pero no hay duda de que puedo decir lo que vi:

Las casas eran pequeñas, con tablas de madera como paredes y cimientos formados de rocas. Diría que son clones entre si, sin embargo, eso sería una equivocación de proporciones épicas, porque no, puede que el diseño y los materiales fueran los mismos, pero cada estructura era diferente, sin maquinaria especializada ni rigurosos planos de obra los desperfectos resultaban comunes y a pesar de verlo todo en la ventana de un carruaje pude notar; estructuras que tiraban hacia un lado, algunas más altas, otras más bajas e incluso casas antiguas con múltiples arreglos unos encima de otros. Cada rincón contaba una historia o por lo menos eso parecía.

Los pueblerinos por su lado estaban en constante actividad, yendo de lado a lado sin descanso, ni dejando tiempo a que hubiese silencio. Gritos y charlas en cada puesto, por diferentes personas que se amontonaban en las calles y se apoyaban en las casas; este era un pueblo concurrido según escuche de las conversaciones de las criadas, y por lo que había visto cumplía en eso, la venta y la compra no paraban, aun con las luces desapareciendo la energía no se agotaba y la mercancía exótica que apenas puedo detallar seguía apareciendo.

Verlo todo estando en un carruaje le quitaba un poco la magia a la vista y anula la exploración. No es la forma en la que esperaba ver un pueblo de fantasía, sin embargo, no me quejo. Por lo menos no me molesta más que al niño delante de mí, Nolan.

Hay que decirlo, desde mi encuentro con ese rarito hace una semana su actitud ha regresado a los primeros días. No es un cambio completo, por suerte no lo es, luego de bombardearme con preguntas al verme regresar como si nada y haber recibido como pago respuestas vagas, está algo molesto; no le culpo, veo normal que así no es como se espere que se pague la preocupación. Sin embargo, creo firmemente que no es algo que le incumba, sigue siendo un niño que no tiene nada que ver con los problemas de adultos peculiares como nosotros.

—Deberías cambiar esa cara larga, pronto nos reuniremos con el señor Wincunteer. —Arrugo la nariz.

—Mi padre ya sabe que detesto venir a este pueblo de poca monta.

—De todos modos, deberías recibirlo con buena cara por lo menos.

—¡Deja de intentar ser perfecta todo el tiempo! —Suspire.

Esta es la regresión que tuvo nuestra relación por culpa de ese rarito. Te agradezco otra vez Alzer.

Nuestro destino fue una mansión en medio del poblado donde pasaríamos la noche. Mañana, mañana es el día en el que veré este mundo con los ojos de alguien que muy a diferencia de mí "es especial". Dejando el turismo que hice el día de hoy de lado y todas las otras cosas en las que podría perder el tiempo en el pueblo, mañana pasare el día completo junto al hombre que me salvo la vida en primer lugar. El hombre amable que me adopto, aunque no tenía siquiera un nombre.

Al bajarme del carruaje y hasta que la puerta se abrió no pude quitarme la sonrisa de la cara. Mañana, será un buen día...

No, no sería tan sencillo.

Un rostro conocido estaba allí, viéndome con una sonrisa caída hacia un lado. Por supuesto que no sería tan sencillo, de ser las cosas fáciles, ¿no estaría entonces en un sueño? La molestia que estaba sacudiendo mi cerebro es prueba de que esta es la realidad.

—Es un placer tenerlos aquí jóvenes amos. —Una criada de no más de quince años fue la que nos dio la bienvenida, dando una reverencia y hablando con un cálido tono en su voz, lástima que para mi "hermano" y para mí solo hubiese otra persona en el cuarto.

—¿Qué hace él aquí? —susurro Nolan en mi oído evidentemente molesto —. Pensé que habías dejado los límites claros, eso fue lo que dijiste. —Esa fue una de las cosas que comente en ola de preguntas, una mentira que no esperaba que reventase tan pronto. Pero, vamos, quien diría que él sería tan...

Debería rendirse más rápido o algo. Aun no necesito tener a otro reencarnado al lado.

—Es un gusto, mi nombre es Alzer y yo seré el encargo de llevarlos a sus habitaciones. Si me permiten. —La poca expresividad en mi rostro y los bufidos a media voz de mi hermanito lo decían todo. Este sujeto que aparecido de repente como un extraño no saldría de nuestras vidas tan fácil. Y por mi parte, durante toda su presentación, me resulto claro que su objetivo no había cambiado.

Como un cachorrito me miraba casi diciendo: "mira, te dije que soy útil", tal cual esperase que yo le felicitase. Esta demás decir que no lo hice.

Al entrar en mi cuarto y acostarme en mi cama por fin libere un poco la molestia que me genero este encuentro. Y al estar cercano al sueño me libero un poco la idea de que poco importaba que mi hermano estuviese enojado conmigo o que tuviese un reencarnado molesto junto a mí, daba igual, seguía estando en un pueblo de fantasía y ellos no me quitarían eso. No, definitivamente no lo harían.

                                 ________

Disfrute escribir esto así que por primera vez tengo el atrevimiento de decir:

Si gusto darle voto.

Reencarne en una esclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora