‹ 𝖮4 : 𝖮𝗇𝗅𝗒 𝖿𝗈𝗋 𝗁𝗂𝗆 ›

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Bajo del auto dando un suspiro nervioso al ver tanta cantidad de gente fuera del lugar

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Bajo del auto dando un suspiro nervioso al ver tanta cantidad de gente fuera del lugar.

Estaba en la entrada de su nueva escuela, donde iría todo lo que queda del año escolar. El lugar se veía muy grande, con paredes blancas y algunos toques azules, era un edificio de tres pisos, y en las ventanas se dejaba ver a algunos estudiantes haciendo tonterías. 

Todos se veían de su edad, algunos más grandes, pero todos adolescentes. En los estacionamientos se encontraban muchos con sus celulares o jugando con sus amigos, otro corrían por el pasto mientras se molestaban entre ellos mismo, pero todos esperando a que el timbre suene para entrar a sus clases.

Jeongin miro unos segundos más y acomodo su mochila en un hombre, sosteniendo con nerviosismo, mientras daba el primer paso hacia la entrada, intentando ignorar las miradas que le daban.

Se le hizo un poco difícil al principio encontrar la secretaria, pero minutos después ya estaba caminando junto a una estudiante quien le mostraría el lugar, le explicaría los horarios y las normas.

La chica se veía amigable, desde un principio está caminaba con felicidad mientras daba pequeños saltos al contarle algo que ni venía al caso con la escuela. Pero eso a Jeongin no le molestaba, de hecho solo la observo con atención, escuchando atentamente todas sus palabras.

Cuando ya estaban por acabar el recorrido, y solo quedaba mostrarle su casillero, tocó el timbre de entrada, dejándose ver un montón de estudiantes por los pasillos. Jeongin caminaba mientras escuchaba los quejidos de estos, cansados de la escuela.

La castaña freno en un casillero de color azul, dándole dos golpes con su dedo mientras sonreír. Le explicó que esté sería su nuevo casillero, le dio la llave y le dijo que si necesitaba algo, o no había entendido algo, podría preguntar en secretaría o llamarla a ella, indicándole su salón.

Jeongin por primera vez sonrió y le agradeció, viendo cómo está movía su mano en forma de despedido y desaparecía entre los adolescentes. La chica le había caído muy bien, a decir verdad, había sido muy buena onda con él.

Volvió su vista a la pequeña llave y se concentro en abrir su casillero. Tardo unos segundos en hacerlo, pero al sentir la puerta moverse, sonrió orgulloso, acomodando sus cuadernos y carpetas dentro.

El timbre sonó retumbando en todo el pasillo, los estudiantes comenzaron a irse cada uno a su respectiva clase, dejando algo libre el lugar. Jeongin cerro su casillero, guardando algo más en su mochila para su primera clase del día, que era Biología.

Luego de cerrar su mochila y acomodarla en su hombre, levantando su mirada. Cuando esto ocurrió, pudo observar a una figura familiar cruzando delante suyo.

Hyunjin lo observo sorprendido y confundido, al igual que Jeongin. ¿Que hacía el ahí ...? ¡Oh por Dios! ¡Iban a la misma escuela!

¿El destino?

Jeongin dejo de escabullirse en sus pensamientos al notar como el pelinegro olvidaba su mueca de confusión y le sonreír por última vez, entrando a uno de los tantos salones.

El castaño bajo su miraba con los ojos abiertos, y su sonrojo. ¡Le había sonreído, otra vez!

Soltó un pequeño chillido libre al ver qué no había nadie más el los pasillos, y salto en su lugar con una gran sonrisa. El destino los quería juntos.

Miro unos segundos el reloj de la pared, dándose cuenta que ya habían pasado cinco minutos desde que había comenzado su clase. Borro su mueca de felicidad y se convirtió en una de horror, comenzando a correr por los pasillos hacia su salón.

¡Apenas era su primer día de clase y ya estaba llegando tarde!

Pero luego recordó el porque, y sonrió, no tan decepcionado de su decisión.

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𝗣𝗛𝗢𝗧𝗢𝗚𝗥𝗔𝗣𝗛𝗦 - 𝗛𝘆𝘂𝗻𝗜𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora