Capítulo 22

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Después de que Peter se fue la cosa no mejoro 

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Después de que Peter se fue la cosa no mejoro 

-No me gusta que vivas con él - lo miro sin poder creer lo que dice 

-Es que no te tiene que gustar, a la que le debe de gustar es a mí. Por qué yo soy quien vive con él y te he explicado por qué es que lo hago - mi respuesta no le gusto, es lo mas mínimo, pero la situación ya me estaba fastidiando mas de lo debido 

-Si vos y yo vamos a comenzar una relación, vas a tener que mudarte a otro lado, porque no pienso tolerar que vivas con un hombre que no sea yo, además bien puedes irte a vivir con tu sobrino a otro lado y que vaya a visitarlo o compartir los deberes del niño cada cierto tiempo 

-No pienso hacer eso, Peter y yo vivimos juntos por Santi, por qué así lo pidieron nuestros hermanos, él, Santi y yo somos una familia y si no logras entender eso. Entonces no podemos siquiera empezar algo, por qué ellos son mi familia y antes que cualquier otras personas están ellos y siempre lo estarán primero 

-Entonces lo nuestro no va a poder ser - asiento 

-Perfecto que bueno que lo dejas claro - me pongo de pie - Agradezco la cena, adiós Mariano 

No le doy oportunidad siquiera de que diga algo, solo tomo mi bolsa y sin mas me voy en la entrada, me entregan mi abrigo, le pido a la señorita de recepción que me pida un taxi que no tarda mas de cinco minutos en llegar, ya que estamos cercas de una parada de taxis, cuando voy subiendo al taxi veo salir a Marino buscándome pero ya es tarde.

Es absurdo que me condicionen, jamás he dejado que alguien mande sobre mí o siquiera pueda ponerme límites y él no lo va a ser, Peter y Santi son lo mejor que tengo en estos momentos y no pienso arruinar mi familia y mi felicidad ni la de mi pequeño Santi por un hombre que llevo meses conociendo 

(...)

Apenas llegue a casa, me quite el vestido, no había sido una gran noche, pero tampoco me arrepentía de lo que había hecho y decidido. 

Me, coloque una camisa que es tres veces mi talla, sin nada mas abajo, solo la camisa y mi pantaleta, me desmaquille, escarmene mi cabello y lo deje suelto, tomo una manta, conecto mi celular a cargar y lo dejo en el buro de noche. 

Salgo de la habitación con la manta en mano, enciendo el televisor de la sala, dejo la manta en el sofá en lo que voy a la cocina, me prepara pochoclos y tomo jugo de manzana de la nevera. 

Mi plan es ver alguna serie o película hasta tarde 

-Mañana por la tarde nos vemos - digo chocando palmas con Tacho 

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-Mañana por la tarde nos vemos - digo chocando palmas con Tacho 

-Vale, descansa - dice, para después tomar camino hacia su camioneta, hago lo mismo subiendo a mi carro 

Es la una de la mañana, lo bueno es que mi casa no está tan lejos del restaurante.

(...) 

20 minutos después yo ya estoy en casa, bajo del carro junto con la bolsa que traje, en ella hay dos pedazos de torta de chocolate. 

Por las ventanas de la casa se cuela un poco de luz, es raro, me apresuro a abrir la puerta, enciendo la luz tanto del comedor como de la sala y es cuando veo a Lali sentada en el sofá con una manta cubierta de los pies viendo televisión, le doy una leve sonrisa, estoy demasiado cansado como para sonreírle bien. 

-¿Qué haces despierta tan noche? - ella se encoge de hombros 

-No podía dormir y me pareció una buena idea, desvelarme viendo películas, ahorita que Santi no está - palmea aún lado del sofá para que me siente con ella, sonriendo hago lo que me pide   

-¿Qué tal tu sita? - digo mientras le es tiendo la bolsa con los pedazos de torta

Ella algo extrañada la toma y la abre, su boca se abre formando una gran "O" y gustosa saca uno de los pedazos de torta 

-No también como esperaba - se quita la cobija con la que estaba tapada y se pone de pie -¿Vas a querer torta? 

-Si me invitas un pedazo estaría grandioso si no solo me tocara verte comer - digo divertido, ella sonríe divertida  

Hace unos meses descubrí que el chocolate es su debilidad, es como una niña cuando come chocolate, se va a la cocina, la escucho, sacar supongo una cuchara del cajón de los cubiertos, cuando regresa a la sala trae dos cucharas en la mano, me entrega una y se queda con una

-¿Te molesta compartir torta? Es que ya es tarde y si como mucho chocolate no voy a dormir - sonrió y niego 

-No está bien que compartamos, el otro pedazo lo dejamos para Santi - ella asiente 

-Pero también solo un pedacito para él, es mucho chocolate 

-Hay la mamá sobre protectora - ella me da una mirada seria y después sonríe 

-Es que no lo has visto hiperactivo - asiento 

-Oh, claro que lo he visto, casi me vuelvo loco la vez que le di demasiado chocolate - ella ríe 

-Sí, me paso lo mismo - se lleve la primera cucharada de torta a la boca 

La veo saborear el bocado, después voltea a verme con los ojos brillosos de encanto 

-¿Te he dicho que la torta de chocolate es mi favorita? - asiento

-Mas de una vez me lo has dicho - ella sonríe 

-He de confesarte que la torta de chocolate que vos hacés es mi favorita, a mí me encanta el chocolate y mas si es en torta, pero me empalaga muy rápido, pero la que vos hacés tiene un equilibrio perfecto que no me canso de comerle 

-¿Sabes que con esas palabras elevas mi ego? - ella ríe y me suelta un manotazo leve 

-Y luego que vos casi ni te lo crees ¿No? -niega divertida 

-Yo sé que soy bueno en lo que hago, por algo mi restaurante es tan famosos y solicitado, pero escuchar lo de alguien a quien quieres, se siente grandioso  

-¿Me quieres? 

-¿Lo dudas? - cuestiono mirándolo directamente a los ojos  

-No, yo también te quiero, llevamos poco conociéndonos, mas aun viviendo juntos, pero es verdad que tanto vos como Santi se han ganado mi corazón 

Saber que también me quiere me genera una sensación de esperanza, porque así como me he ganado un cachito de su corazón, sé que puedo seguir creando méritos y quien sabe y tal vez su amor 

Imaginemos ser una familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora