10. Masacre

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Estaba demaciado ebrio aún después de haber dormido un poco, su cabeza daba vueltas y sentía como si el mundo también lo hiciera junto a él, se encontraba demaciado perdido, apenas si sabía en donde estaba parado, aún así sentía como si en cualquier momento así iría a caer de jeta al piso, pero nada que no se pueda evitar o eso cree. La verdad es que hubiera seguido durmiendo de no ser por ese escándalo que se oía afuera, provocando que se tenga que levantar con un gran pesar, arrastrando los pies y estaba seguro que si veía su aspecto en el espejo, no habría diferencia entre él y un zombie. Veía todo medio borroso y cuando intentaba decir algo, sus palabras se oían incoherentes, como simples balbuceos que salían de su boca. Quien sabe la razón por la que este este estado, quizás por haber hecho una mala combinación entre la marihuana y el alcohol, aunque ral vez mo sea eso, pero por si las dudad. Nota mental: nunca drogarse y beber al mismo tiempo. Quien sabe si esa era la razón de su estado de embobamiento.

Caminaba con la cabeza agacha, oía como si aún hubiera gente en la casa, pero sus voces se escuchaban tan lejanas y poco entendibles, tal vez alguien estuviera teniendo sexo en alguna de las habitaciones, de otra forma no le encuentra razón a esos extraños alaridos.

Se dirigió a la cocina para tomar un poco de agua, encontrándose con Stu, la parecer estaba hablando por teléfono con alguien, pero no era su asunto, siguió de largo hasta el grifo en donde se sirvió agua, eso sí que lo ayudaría en este momento, llevándose el vaso a la boca se dispone a regresar a la cama, saludando con la mano a Stu, lo vio de reojo tan solo, aún así noto algo raro en él, pero por todo el alcohol que había en su organismo no sabía muy bien que. No le tomo importancia y siguió su camino hasta el cuarto de invitados.

Detuvo su paso am escuchar un disparo... ¡¿Un disparo?! Piensa aterrado, entrando en sus cabales, aunque no del todo. Tambaleante se acerca hasta donde provino el ruido, viendo al amigo de Stu tirado en el suelo mal herido, siguió de largo, viendo a esa chica, novia del muchacho herido a punto de tirar un televisor encima de Marcher, y en ese instante tan sólo pudo actuar por mero impulso. Se abalanzó encima de ella, evitando que mate a Stu, la tenía presa debajo de él, pero no duraría mucho tiempo así, estaba demaciado débil y ebrio, cuando de repente un sonido sordo y potente inunda la habitación, el cual lo deja sordo por unos segundos. Estático permanece sobre la chica, o lo que queda de ella, su cara se había desfigurado por un disparo, y en su propio rostro había rastros de la chica, manchado de sangre se separa aterrado... ¡¿PERO QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO AQUÍ?! No entendia nada, estaba aterrado y cubierto de sangre, no paraba de temblar.

No supo que fue lo que sucedió después, eso era lo último que recordaba antes de desmayarse en los brazos de Stu.

Y ahora se encontraba siendo revisado por uno de los paramédicos afuera de la vivienda de los Marcher, tanto él, como Stu y el amigo del mismo había resultado como los únicos sobrevivientes de la masacre que se llevó esa noche en la casa. No entendía muy bien lo que pasó esa noche, lo único que sabía era lo que había alcanzado oir de unos oficiales. Tal parece que el padre de Sidney Prescott y la misma Sidney habían sido los asesinos de esa noche, se decía que se trataba de un plan de venganza o de rencor, nadie sabía las verdaderas razones, lo que si se sabía, era que Stu y Billy los habían detenido, y de no haber sido por su ayuda quizás las cosas hubieran terminado muy diferentes, con todos ellos muertos.

El paramédico que le había atendido, le dijo que se encontraba bien, lo único que le pasaba de que aún estaba en shock por lo que pasaba, y prefirió creerle, sin dudas eso era lo mejor por ahora.

Sentando allí, podía ver con claridad a varios periodistas no muy lejos de allí contando lo que había pasado esa noche en la casa, entre ellos a Gale Weathers, quien aún con algunas heridas, contaba lo sucedido aquí con un gran entusiasmo, algo un poco inadecuado para la situación, pero que se le iba hacer. Su mirada continuó viajando hasta parar en una ambulancia a un par de metros de él, en la que metían a Stu y a un Billy muy malherido.

Pizza delivery ᴳʰᵒˢᵗᶠᵃᶜᵉ/ˢᵗᵘ ᴹᵃᶜʰᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora