Adolescentes II

2.3K 191 80
                                    

Christopher Morgan

Manos suaves recorren mis muslos, me tenso y aparto a la pelinegra antes de eyacular en su boca. Fue una buena mamada, no la mejor, pero sirvió para quitar el estrés que me cargó estos últimos días.

Me limpio y me acomodo la polla dentro del pantalón, aparto a la mujer antes de que se logre sentar en mis piernas. Tenía tiempo para recibir una mamada de su parte no para regresarle el favor follando. 

— ¿Te gusto? — sujeta sus senos — por qué no te quedas más tiempo, podría ser rápido.

Me aparto una vez más.

— No acostumbro a hacerlo rápido, tengo cosas que hacer, apártate— la quitó de mi caminó.

No disimula su cara de decepción, no me pesa, le advertí que no se ilusionara con algo que no podría ser.

Recojo mi chaqueta y me doy la vuelta.

— No tienes que ser un hijo de puta al respecto

— Entonces no busques que lo sea — salgo antes de que empiece a joder. Es lo mismo siempre con cada una de ellas.

No es mi problema si esperaba más de mi parte.

El día todavía no termina y tengo cientos de cosas que hacer, desde que me ascendieron a teniente las cosas sean vuelto más jodidas, no ayuda que el ministro me esté vigilando a cada nada.

Teme a que se despierten los demonios que tanto le han costado retener.

— Hermano — llega Bratt palmeando mi espalda.

Asiento hacia el en forma de saludo y caminamos juntos a la reunión que tenemos.

— La pelinegra no la conocía, nunca la había visto a tu lado, o sobre ti más bien — comenta.

— Y nunca lo volverás a ver — no me interesa tener detrás de mí a alguien que no sepa separar las cosas.

— No puedes tratar a las mujeres de esa manera, no son desechables.

— Se que no, pero las cosas estaban claras desde un principio, acepto y no tienen porque andar con planes lastimeros después.

Asiente de acuerdo conmigo, por mucho que allá querido cambiar, no es tan diferente a mí. Sale con una y con otra cada que le apetece.

Eso me deja pensando en un cosa, lo vi hablarle a Rachel en la cafetería. Si mis suposiciones son ciertas le habrá pedido una "cita" a mi mejor amiga, cita que ella rechazo ya que fue lo que me prometió.

— ¿Como te fue con Rachel? — pregunto, llegamos a la sala y tomamos asiento.

Suspira con pesar y sonrió sin que se dé cuenta.

— Me anime hablarle, le di mi almuerzo en la cafetería y me dio la oportunidad perfecta para hacerlo.

— ¿Cuándo fue eso? — pregunto con confusión, los vi alejarse juntos, pero solo eso.

— Estabas muy entretenido como para darte cuenta — le resta importancia — llegó tarde a la cafetería y ya no encontró nada que comer así que ofrecí a darle lo que había conseguido, se reusó, pero al final termino aceptando.

Sonríe como idiota y me remuevo incómodo en el asiento, Bratt es un maldito romántico puede ser un mujeriego como lo soy yo, pero sabe tratar a las mujeres, lo consideran el partido perfecto.

Rachel "amaría" estar con alguien como él, no más que su madre claro está, adoraría emparejar a su hija mayor con él.

— ¿Después?

PP. Gustos CulpososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora