Tormenta IV

1.5K 121 20
                                    

Cuarta parte

Christopher Morgan

Londres, Inglaterra

Central

Analizo y sopeso una y otra vez el informe que está sobre mi escritorio, tenía la ligera sospecha, pero de eso a confirmarlo me sigue resultando sorprendente.

Bratt Lewis, aclamado y protegido para  muchos como un hombre fiel, leal y honesto a su familia, novia, amigos y a la organización. No es más que un traidor.

La mención de eso me sigue pareciendo hipócrita de mi parte, pero es un hecho que por mucho que se quiera no se puede ocultar ni evadir.

Vendió su alma a la mafia rusa, así como también a todos los que lo seguían y confiaban en el, la razón para muchos sigue siendo incierta, pero no para mí que me acabo de enterar de sus motivos.

De alguna u otra manera se entero de lo mio con su novia. ¿Que como lo sé?, las imágenes en su alcoba y en el celular que recuperamos lo demuestran.

No era a ellos a quienes quería vender, era a mi, el trato era infiltrar a cuántos más pudiera y hacerme ir hasta el lugar donde se encontraba, bien sabía él que nada bueno me esperaba en manos enemigas.

Qué fue lo que le resultó mal, no se sabe, lo único que se es que jugar contra o para la mafia rusa no resulta bien para cualquier.

El motivo solo lo sé yo, Patrick y el ministro, no me conviene que dicho asunto salga a relucir, al menos no por el momento.

La puerta de mi oficina se abre de golpe y respiro hondo viendo a las mujeres que se acercan a mi a paso apresurado.

Martha y Sabrina Lewis, una al borde de la histeria y la otra a punto de romperse en pedazos.

Las últimas personas que deseo ver hoy.

— ¡No, nos puedes estar haciendo esto Christopher! — la bofetada de Martha no la alcanzó a detener — ¡El nombre de mi hijo está quedando por los suelo, por tus malditas intromisiones!

La aparto con una mano, mientras su hija sigue llorando detrás de ella.

— ¡Tú jodido malnacido es el que deberías estar pudriendote por todo esto, no el! — golpea mi pecho mientras la sigo deteniendo — Su memoria no debería de estar manchada de esa manera, el no...no mi hijo.

Llora y grita mientras se remueve para que la suelte.

Que martirio con estás mujeres.

— Christopher dime qué harás algo para remediar esto — pide Sabrina en medio de sollozos — Se lo debes, no puedes dejar que hablen de mi hermano de esa manera. No puedes dejar que crean algo cómo éso.

Entiendo su desconsuelo, su hermano, se acaba de convertir en el hombre más repudiado de la central. Y no solo el, ellos también están recibiendo todo el odio por parte de la familia de los demás soldados asesinados, le atribuyen a los Lewis la tración que cometió su hijo.

— No se puede hacer nada Sabrina, toda la central sabe de los sucedido.

— Pudo haber un error, una confusión.

— No lo hay

— ¡Claro que lo hay, mi hijo no es un maldito traidor, mucho menos un asesino, como tú! — habla Martha recomponiendose un poco y apartándose de mi con asco — Vamos arreglar esto con o sin tu ayuda, el honor de mi hijo no va hacer puesto en duda.

Es obvio que no lo iban a aceptar.

— Ya se declaro culpable ante el ministro y el consejo — le recuerdo y niega — las pruebas contra el fueron claras.

PP. Gustos CulpososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora