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¡¡ O vamos Lorenzo, no me puedes decir que no te gustó nadie !!....- seguía pasando las hojas ignorándolo.

Lorenzo no entendía esa necesidad de su amigo porque le guste alguien, no entendía porqué era tan difícil para el aceptar que nadie había llamado su atención, el simplemente estaba feliz de finalmente poder ir al mismo colegio que su amigo y con esa estaba más que satisfecho.

Es que es verdad Nico, nadie a...- llamado mi atención iba a decir pero mis palabras quedaron atoradas en mi boca en cuanto levanté la cabeza y vi a los chicos frente a mi, por su parte Nico bufo, algo o mejor dicho alguien llamó mi atención y ya no le contestaría.

¡¡ A no no no!!... en esta historia yo no seré la tonta de Jessica...- me mira ofendido desde el otro lado de la mesa  mientras sigo con la mirada al grupo de chicos que acaba de entrar por la puerta doble que da al patio.

Ambos chicos se encontraban sentados en el comedor de la escuela comiendo mientras platicaban y terminaban su tarea, va, en realidad Lorenzo ya que por estar enfermo comenzó las clases una semana después, como si ya no fuera suficiente el ser el nuevo que encima se enfermaba un día antes del comienzo de clases y comenzaba una semana después.

Él toda su primaria la hizo en una escuela privada porque para sus padres y su abuela materna era más cómodo al quedar solo a tres cuadras de casa, pero gracias a su abuela Lola y a su mejor amigo Nicolás pudo convencer a sus padres de enviarlo a una escuela pública, al principio se negaron rotundamente ya que la señora Meyer ya estaba mayor para caminar una distancia más larga.

Pero la señora golpeó la nuca de su hija alegando que estaba en mejor forma que ella y que ya era hora que su nieto estudié dónde quiera y dónde tiene aunque sea un amigo, ya que en la privada no tiene ninguno, se habla con muchos, pero a ninguno lo podía considerar amigo, su único amigo, verdadero y leal era Nicolás y su abuela sabia eso.

Sus padres se iban a oponer nuevamente pero no tuvieron más opción que aceptar al ver la tristeza en los ojos de su pequeño Lorenzo, se miraron un momento y su marido solo hizo un movimiento de cabeza para que de el si, su hijo al escucharla saltaba de felicidad junto con su amigo y ellos solo reían compartiendo la felicidad de su único hijo.

Y así fue como gracias a su abuela, a su mejor amigo y hermano pudo deshacerse de esa ropa, de esa gente que tanto detestaba, eran todos unos falsos y estirados que lo único que saben presumir es su dinero y sus vacaciones en tierra de mierda y playas de vayanse a cagar, según Nicolas.

Qui...

¡¡ Lorenzo ya lo dije, yo no seré la odiosa de Jessica en esta historia!!...- lo mire sin entender.

- ¡¡ por  dios Lorenzo!!...- me reto exasperado.

- vimos la saga como doscientas veces...- mi mirada sigue igual, por su parte rueda los ojos.

- crepúsculo? Bella y Edward? Jessica la amiga envidiosa de Bella?...- rei recordando y el me mira mal.

- es como en la película, ambos en el comedor, Bella le pregunta a Jessica por los Cullen y tu me preguntaras por estos idiotas, pero la diferencia entre los Cullen y ellos ¿sabes cuál es?...- niego.

- que ellos son vampiros...- comienza a enumerar con sus dedos.

- están súper buenos, no son unos idiotas, bueno Emmett si pero lo compensa siendo súper sexy palabras de mi hermana, tienes poderes por decirlo de alguna forma y...

Y ellos?...

Ellos...- los señalo sin disimulo.

-  estos son unos simple mortales, que se creen lo más de lo más por ser los capitanes del equipo de Voleibol y le Básquet y ellas se creen lo más de lo más por ser sus novias pero son mas huecas que un maniquí...- sonreímos.

Si bien a Nicolás le gustaban las mujeres, admitía cuando un hombre estaba bueno y eso era lo que pensaba de Marco y Brandon, pero todo ese encanto que desprendían con sus apariencias de chicos super sexys se esfumaba en cuanto alguno hablaba o decía alguna tontería creyéndose super graciosos opacando sus bellezas y volviendolos feos e idiotas ante sus ojos.

Ok, siga...- no pude terminar de hablar nuevamente que la campana sonó anunciando que deberíamos ir a nuestras aulas.

Al llegar al frente de la escuela Lorenzo ve bajar de una moto a un chico todo de negro con un gorro que solo dejaba ver su cuello o eso era lo único que podía ver desde ahí.

¡¡ Por el amor de dios Lorenzo!! cada segundo que pasa me siento más en la película, ¿sabes que?..- me tomo de los hombros y me giro para dejarme de frente a el.

- el no es tu Edward y tu no sos Bella, no se te caerá la manzana y el te la atrapará, ni sentirán esa conexión de la película, el simplemente es la luna y tu un simple humano que lo observará desde la distancia como todos los demás, contestame esto, ¿te ves hablando con Henry Cavill?..

Si, en cien años luz...- sonreí mirándolo.

Vez, ahí tienes tu respuesta, no lo mires mucho, no te le acerques, en lo posible evita mirarlo y por nada, nada del mundo vayas a hablarle Lorenzo porque te va a ignorar totalmente y quedarás como un idiota...

Pero quién es?...- lo mire entrar un momento antes de mirar nuevamente a mi amigo, me tomó del brazo y comenzamos a subir las escaleras.

El es Facundo Mora, hijo del director y dueño de la maldita escuela...- estaba por hablar pero me interrumpió al saber lo que iba a preguntar.

- su padre es el único hijo del difunto señor Mora, por lo tanto, heredó la escuela cuando esté murió, pero para ese entonces el ya era el director de aquí, por lo que no dejó de serlo cuando el falleció, todos pensaron que se iría pero no...

El resto de la semana pasó igual, Lorenzo observando a su chico misterioso desde lejos y Facundo ignorándolo como a toda la escuela, pero llegado el Lunes la vida dió un cambio radical para Lorenzo y su cordura, ¿porque? primero porque Nicolás no había venido al tener turno con el médico y segundo porque a la profesora se le ocurrió la grandiosa idea de hacer trabajos grupales.

¿Y con quién fue a parar el pobre Lorenzo?, porque así lo miraban todos, como si fuera a la horca cuando la profesora le pidió que se sentará junto a Facundo al ser su compañero de ahora en más y como si eso no fuera suficiente, debía pasarse junto a él cada vez que tengan Lengua y Literatura, Lorenzo dejo sus cosas sobre la mesa bufando, no porque tenga que estar junto a él, sino porque sabía que sería un dolor de cabeza y sería muy estresante tratar de hablar con alguien que no hablaba con nadie y el amaba la materia, dejo su cabeza sobre su carpeta pero la levantó enseguida al escuchar la voz de la profesora.

Algún inconveniente Meyer?...- negué.

- ok, continuemos con la clase, como ya dije, así permanecerán hasta el receso escolar y al volver haremos el sorteo nuevamente...- levante la mano antes de que continúe hablando.

- dime Meyer....- todas las miradas se posaron en mí y por un momento me arrepentí de hablar.

Y los tres que faltaron profesora?...

Ese grupo será el único de tres integrantes...

Pero...- estaba por replicar cuando sentí mi pie siendo golpeado y al mirar a mi compañero de banco este siguió dibujando como si nada y entendí el mensaje.

Debía cerrar la boca.

Por lo que no hablo más y la profesora comenzó con la clase diciéndole lo que harían en su primer trabajo juntos, el libro que debían comprar si no querían estar en la biblioteca y para cuando sería entregado el primero ya que ella solo se manejaba con trabajos prácticos que ellos debían realizar en la escuela o en sus casas, daba igual mientras lo entreguen en tiempo y forma.

Al terminar la clase Facundo ya tenía todo guardado salvó su cartuchera la cual Lorenzo no pudo darle porque no quería gritarle, por lo que guardo rápido todas sus cosas para poder salir corriendo detrás de el pero al llegar a la puerta este ya no estaba, solo se sentía el ruido de la moto alejándose.

Serás mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora