Cuatro años después...Los años habían pasado tan rápido que los chicos no lo habían notado, Facundo ya contaba con tres carreras terminadas, Lorenzo con dos y estaba feliz y conforme con eso, pero hace unos días había tomado una decisión que sabía que su ahora marido -porque ya lo consideraba como tal- no le gustaría nada, pero era una decisión tomada y aunque sus suegros tampoco estuvieron de acuerdo con lo que quiere hacer, se terminaron dando por vencidos diciendo que aceptaba su decisión solo si su hijo tambien lo hacian, Lorenzo estaba tan perdido en sus pensamientos que nunca se dio cuenta que su marido ya había llegado y que lo miraba desde el marco de la puerta con su cuerpo recostado sobre esta, Facundo al llegar ya se dio cuenta de que algo pasaba porque de no ser así Lorenzo no estaría sentado en el banco de su patio trasero con sus piernas sobre esta tapadas con una manta y una taza de té entre sus manos con la mirada perdida en algún lugar del jardín, pero lo que realmente se lo confirmó fueron los perros, no hubo recibimiento, ni ladridos o saltos como cada vez que llega, sino que estaban ambos recostados junto a su esposo ya que al igual que Lorenzo ya no lo consideraba un novio.
A Facundo le encanta observar a su esposo, era algo que no se cansaria nunca de hacer, los años le habían sentado muy bien para su mala suerte si lo ve del lado de los halagos que suele recibir o de que la gente se quede mirandolo como boba, pero si lo ve de su lado puede decir que tuvo suerte, porque no solo tuvo la suerte de que un hermoso hombre se enamore de el, sino que es una hermosa persona que le encanta presumir cada vez que salen a algun lado, aunque en ocasiones le den ganas de meterlo dentro de una caja de madera y no dejarlo salir hasta que el llegue a la casa para que nadie más que el pueda verlo, pero su Lorenzo es un alma libre, una persona que alegra el dia de muchas personas, no solo por lo cariñoso y compañero que es, sino porque es un muy buen amigo al cual todos desearían tener en sus vidas, hasta los animales lo aman, como en el caso del canario del vecino que vive en la esquina que siempre le grita cosas lindas cada vez que lo ve y tiene que apretar las manos en puño dentro de su bolsillo para no tirarle con lo primero que encuentre y no es porque sea celoso, bueno si lo es, pero no tanto como antes, sino que Facundo está convencido de que esas palabras se las enseño el idiota de su duelo al cual está esperando encontrar sin Lorenzo para decirle que si su bicho dice una palabra más los matara a ambos, sabía que era infantil decirle eso, pero realmente quería matar a ese bicho y a su dueño, sacando el hecho de que encima su esposo es tan bueno y amable que encima saluda al bicho y le agradece haciéndolo rodar los ojos.
Hola hermoso....- lo abrace por detrás y besé su mejilla.
Hola amor....- beso mis labios cuando me senté frente a el.
Que ocurre?...- no contestó.
Sabes que siempre he tenido el miedo constante de no tener nada estable en mi vida....- asiento mirándolo.
Pensé que eso ya era tema resuelto...- confirma.
Y lo esta, por primera vez en mi vida- sin contar lo amoroso- aclaro antes de que me mires mal o con un puchero, siento que quiero hacer esto, que es un reto que quiero enfrentar y se que lo podré hacer bien, porque me gusta todo eso, pero como con todo, necesito saber que contaré con tu apoyo ya que todos me dan mil razones por las cuales no lo debo hacer....- lo miro preocupado.
- no es nada malo, es solo que estuve hablando con nuestros padres y nadie me apoya... odio que nadie confie en mi, eso me hace sentir inutil...- hace puchero con sus ojos llenos de lágrimas y quiero matar a todos con los que hablo por ponerlo así.
- siento que nadie confia en mi capacidad, que me subestiman, solo mi padre dijo que me apoyaba y deseo que tu también lo hicieras....- asiento.
Como con todo, ¿ahora dime que ocurre?...- suspira y me mira secándose una lágrima.

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Serás mio
RomanceYa sé lo que tú quieres...- comienza a caminar hacia el y Facundo lo sigue mirando con desconfianza pero no se mueve de su lugar. - tu quieres que lo haga yo... Facundo otra vez estaba estático en su lugar como cada vez que el castaño invade su espa...