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Los días continuaron con normalidad, pero la profesora le dió la noticia de un nuevo trabajo en grupo, comenzó a repartir las hojas causando que la pierna de Facundo comience a moverse otra vez, pero se detuvo en cuanto Lorenzo colocó una de sus manos sobre su pierna sin dejar de hablar con Nicolás, como si lo hubiera hecho de forma inconsciente, Facundo pensó que estaba por sacar la mano de su pierna cuando la profesora se fue pero no tomó la hoja con su mano libre y la dejo sobre la mesa sin dejar de hablar con su amigo, coloque mi mano sobre la suya y la saqué logrando que así si me mirara.

Perdón...- fue lo único que dijo en un tomo que solo yo pude escucharlo.

Pero al mirar sus ojos me sentí mal al darme cuenta de que tal vez fui muy brusco y el no lo estaba haciendo de forma intencional por lo que ya se veía más tarde engañandose a sí mismo por tratarlo de esa forma y por colocarse esa ropa que tanto odiaba y que su padre amaba que use.

- presta atención Facundo, dijo que con este trabajo cerraba nuestra primera nota...- presto atención y dejo de pensar en que debería ir a su casa nuevamente.

Eran cerca de las siete cuando Facundo salía duchado del baño y caminaba hasta su armario para elegir que ponerse, odiaba el hecho de encontrarse parado en ese sector donde estaba la ropa que sus padres le regalaban y que el aceptaba con una gran sonrisa mientras le agradece, pero lejos estaba de ser hipócrita o falso con sus padres, es que simplemente el amaba el hecho de que siendo sus padres personas muy ocupadas se tomen el tiempo para comprarle un obsequio así sea algo que saben que jamás usará o eso pensaba hasta que cierto chico castaño entró en su vida.

También odiaba a Lorenzo por obligarlo, porque si, en su cabeza Lorenzo lo obligaba a usar esas prendas para que nadie lo reconozca, se lo repitió tantas veces que se lo terminó creyendo, pero está vez no le daría el gusto de mirarle el trasero todo el tiempo, porque si, había sorprendido al descarado de Lorenzo mirándolo más de una vez o diciéndole algo al respecto sin ningún tipo de pudor haciendo que sus mejillas un poco más se derritan ante el calor que sentían con cada comentario de el.

Eso es algo que Facundo había descubierto en su segunda visita, ambos cambiaban sus personalidades una vez que entraban en la intimidad de sus casas, Facundo por su parte era mucho más simpático, hiperactivo y divertido, en cambio Lorenzo se volvía una persona que hablaba con más fluidez, no tenía vergüenza en decir lo que pensaba y se volvía más descarado cosa que hacía sonrojar a Facundo con solo recordar las cosas que le dice, pero aunque sea no lo arrincona ni nada que se le parezca, solo lo dice y ya, es como si no lo pudiera evitar.

Optó por un jeans, borcegos marrones y una remera blanca larga hasta por debajo de su trasero, metió un buzo dentro de su mochila, se puso desodorante, perfume, tomó su gorra en esta ocasión marrón, su billetera y llaves del mueble junto a la puerta y salió rumbo a la casa de ese maldito castaño, en el camino le mandó un mensaje como si fuera su papá Aslan y este contestó que pase tranquilo que solo estaba con su madre, eso lo dejo más tranquilo y aceleró el paso por precaución, una vez frente a la puerta estaba por tocar el timbre pero no fue necesario porque la señora Lorena abrió la puerta asustandose cuando lo ve frente a ella, Facundo río ganándose un golpe en el brazo.

Me asustastes hijo del demonio...- sonrio y me acercó a besar su mejilla.

En mi defensa yo estaba por tocar el timbre y usted abrió...- me mira con enojo fingido.

Si si como digas, tu amigo está en su cuarto y yo iré hasta enfrente para saber qué quiere ahora la molesta de mi amiga Claudia...

Ok, gracias y no se demore que es hora de la comida casi y tengo hambre...- ella me mira con sorpresa y me pongo rojo al darme cuenta de lo que dije.

- perdón, se me escapó, es que siempre molesto a mis padres así...- ella rie.

No hay problema jefe, la comida está en el horno con el fuego bajo para hacer tiempo hasta que venga el otro jefe, por lo que si me permite me iré antes de que llegue...- rei asintiendo y se va.

Puedes retirarte y cuidado al cruzar la calle por favor...- asintió y se fue sonriendo.

El chico cerró la puerta, dejo su mochila sobre el sillón y se fue hacia el cuarto de Lorenzo pero se arrepintió al verlo de espalda, mirando la tele mientras se seca el pelo con un secador y está solo en boxer, se debate qué hacer hasta que se decide por golpear el marco de la puerta apoyándose contra esta.

Facu...- sonrió cuando se giró y me vio, caminó hasta mí y beso mi mejilla.

- qué haces aquí? acaso hay algún tipo de alarma que te avisa cuando salgo de bañarme o me espías?...- mira en todas dirección, ruedo los ojos.

Nada de eso Lorenzo yo...- me saca la gorra dejándome en shock por la cercanía.

Te dije que tenías prohibido tapar tu rostro en mi casa y porque demonios traes esa remera?...- para cualquiera Lorenzo parecería enojado pero a mi me parecía tierno hasta así.

Es una remera cualquiera...- finjo no entender porque lo dice.

No, no es una cualquiera porque es blanca y grande y larga y no me gusta...- se da media vuelta para ir hacia su Placard y buscar una de las suyas.

- toma esta...- lo miro con sorpresa.

No cambiaré mi...

Entonces vete porque no pienso hablarte...- lo sigo mirando con sorpresa.

No hablas enserio?...- asiente.

- no...- Lorenzo afirma con su cabeza.

- pero no...- el castaño repite con el mismo movimiento hasta que de la nada sonríe y eso hace que lo mire con desconfianza.

Ya sé lo que tú quieres...- comienza a caminar hacia mi, lo sigo mirando con desconfianza pero no me muevo de mi lugar.

- tu quieres que lo haga yo...

Facundo otra vez estaba estático en su lugar como cada vez que el castaño invade su espacio personal, siente las manos de Lorenzo colarse por debajo de su remera y las comienza a subir pero no agarrando la remera sino acariciando su abdomen causando escalofríos en todo su cuerpo, luego hace las manos a un costado estirando los brazos y el copia su movimiento de forma inconsciente como si fuera su marioneta, Lorenzo no deja de mirarlo y eso pareciera tenerlo en un transe.

Mete adentro tus brazos Facu...- habla de forma melosa y mi cuerpo hace lo que me pide cortando el contacto visual solo por un segundo en el que mi remera tarda en pasar por mi cabeza para luego caer en la cama detrás de el.

- creo que te ves mejor así, si no fuera porque están mis padres te prohibiría entrar vestido a mi casa...

Lorenzo ríe pero Facundo y eso hizo que su risa poco a poco disminuyera pensando que por ahí se había pasado al hacer o decir aquello.

- que...- no pudo terminar de hablar que cuando se dió cuenta mis labios ya estaban posándose sobre los suyos.

Ante la sorpresa Lorenzo separa solo un poco sus labios por lo que Facundo aprovecho a invadir su boca con la lengua haciendo que Lorenzo pierda la poca cordura que tenía, sin separarse Facundo lo toma de la cintura para girar con el y sentarlo sobre el escritorio para posicionarse entre sus piernas, el contrario rápidamente lo abrazo con sus piernas y brazos para pegarlo más a el si eso es posible, se siguieron besando hasta que un ya volví se escuchó a lo lejos.

Se separaron lo suficiente como para mirarse, Facundo lo tomó de la mandíbula para hacer un poco de fuerza y volverlo a acercar a el para dejar un beso corto pero poco delicado sobre sus labios, luego se corrió y tomó su remera, cuando Lorenzo pensó que se la iba a colocar y luego irse, para su sorpresa se la puso a el, luego se puso la que Lorenzo le dió que era larga pero no tanto como las suyas, limpio los restos de saliva de la boca del castaño, lo bajo y acomodó su pelo, Lorenzo solo se dejó hacer porque aún estaba en shock por lo sucedido.

Ponte unos shorts o un pantalón, te espero abajo...- deje un último beso en sus labios y me fui.

Lorenzo por su lado solo pudo pestañear varias veces para volver a la realidad luego de unos minutos, fue hacia su Placard y se puso un pantalón deportivo, miró su remera en el espejo y solo al ver que llevaba la remera de Facundo impregnada con su perfume supo que lo que pasó fue real, sonrió feliz, camino hacia el baño para ponerse desodorante y luego se fue hacia el comedor.

Serás mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora