𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟑

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╔════•|𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩𝙨, 𝙨𝙪𝙞𝙩𝙘𝙖𝙨𝙚𝙨 𝙖𝙣𝙙 𝙩𝙝𝙚 𝙗𝙤𝙮 𝙬𝙞𝙩𝙝 𝙗𝙧𝙤𝙬𝙣 𝙚𝙮𝙚𝙨|•════╗

Medianoche y mi mirada estaba perdida en el techo, la oscuridad en frente de mí me estaba llamando, pero no caminaría hacia ella, estaba viviendo, pero no estaba respirando y los recuerdos se pasaban como un rollo fotográfico, tal vez estaba alucinando por la increíble porción de cafeína que había ingerido hace unas horas, pero fue justificada por qué me había sentido mal por rechazar la salida de Felicity, pero había tenido un humor negro todo el día, aún no sabía qué estaba haciendo de mi vida, pensé que cuando llegara aquí todo iba a tomar un giro, pero no fue así y ya había pasado casi una semana, había mucha frustración en mí que necesitaba salir y que mejor que empezar a recoger este cuarto de hotel y hacer mis maletas, mañana tenía que irme y aún no tenía un departamento decente por más que busque en páginas.

—Estúpido teléfono donde te puse.—Exclame buscando el dispositivo que no paraba de sonar para encontrarlo debajo de la maleta.

—Hola querida, ¿Cómo estás?.— Hablo Margaret.

—Bien, o eso creo, y tú?.—Le respondí mientras seguía guardando la ropa.

—Me gustaría decir que bien, pero mi gato ha roto todo mi trabajo de la semana y por más que he intentado arreglarlo es un desastre.— Hablo rápidamente.

—Oh, lo lamento, realmente no sé cómo ayudarte.

—Por eso te llamaba, estoy tan estresada que necesito un trago, ¿Quisieras acompañarme?

—Si claro.

—No se diga más, envíame tu ubicación y paso por ti.

Envíe mi ubicación y me puse algo decente mientras tomaba mi bolsa y bajaba a esperar al lobby del hotel, buscaba mi playlist de Taylor Swift para poner en el carro de Margaret cuando llegara, me preguntaba que hacia una persona como ella queriendo salir conmigo si no sabíamos mucho de nuestras vidas más allá de mis desastres, pero suponía que el destino la había puesto en mi vida por algo, ella me había dicho que estaba cerca así que salí a la calle a esperarla, mi boca se abrió y no la cerré hasta que ella sonó el claxon del automóvil, pero es que vaya sorpresa que me lleve cuando la vi estacionase delante de mí con un Mercedes AMG GT.

—Vas a subir o te quedarás ahí parada.—Me grito ella a lo que respondí subiéndome.

—Primero que nada buenas madrugadas y segunda siempre dije que no me subiría a un Mercedes, pero aquí estoy.—Dije a lo que ella reía.

—¿Por qué no querías subirte a los preciosos autos de Mercedes?

—Por qué soy de apoyar a Ferrari.

—Valla, así que te gustan los autos.

—Si ya sabes chica fórmulas.

—Es interesante, pero mientras estés conmigo lamento que tendrás que subirte solo a los Mercedes.

—¿Castigo o Premio?.— Formulé mientras ambas reíamos.

Baje la ventana y deje que el aire entrara, y por primera vez me sentí un poquito viva al ver lo majestuoso que era Londres de noche, a veces somos tan tontos como seres humanos que nos la pasamos trabajando, nos enfocamos en lo que piensan los demás e intentemos encajar en los estándares de la sociedad, cuando delante de nuestras narices existe un mundo totalmente nuevo, y es que por primera vez estaba frente a la ciudad de mis sueños, empecé a reír cuando me di cuenta de lo estúpida que podía ser al dejar que mi depresión entrara por mis noches con mis fantasmas, sí que estaba perdiendo el tiempo, necesitaba desde ya comenzar a vivir.

𝐂𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑|𝐨𝐥𝐥𝐢𝐞 𝐛𝐞𝐚𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora