𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟐𝟐

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╔════•|but something happen and I'm afraid|•════╗

Ollie
En mi corta juventud nunca me imaginé haciendo las cosas que estaba haciendo por una chica, y es que ella no era cualquier chica, era la persona que había robado mi corazón en un abrir y cerrar de ojos y haría todo por poder hacerla feliz y tener su corazón. Perdí la cordura al salir como un cohete volando del circuito para tomar el primer vuelo a Londres, Carla fue mi incitadora a querer llevar a Astrid a París, si no fuera por el ánimo que me brindó, el miedo se hubiera apoderado de mi; ya no podía controlar mis impulsos al estar a su lado, moría lentamente por querer tomar su mano todo el tiempo y por perderme en el color miel de sus ojos, todos mis sueños con ella fueron cumplidos en la ciudad del amor, antes de conocerla ni siquiera cruzaba por mi mente ser un chico romántico con la chicas, disfrutaba la atención femenina que tenía al pasearme por el circuito los fines de semana pero todo eso se esfumó cuando mi mundo giró en torno a ella, era la primera vez que experimentaba esta sensación, Arthur se reía cada vez de mi cuando Carla me daba "consejos para enamorar a una chica"

"el pequeño oso está enamorado"

Tonto Arthur que se encargaba de vociferar mis sentimientos con todo el equipo, al menos mi italiano había mejorado para poder insultar a cada mecanico que formaba un corazón con las manos en son de burla cada que me pasaba por el paddock, ¿No entienden que eso me pone mas timido y nervioso?, y es que no podía evitarlo, mi estómago comenzaba a revolverse cuando pensaba que la haría tomar un tren a la ciudad más cliché del mundo, ¿seré demasiado obvio con eso?, cuando llegó el momento de poner en práctica mi plan, el ser más directo con mis comentarios, ser coqueto y parecer tranquilo me abrumó que quise vomitar, rezaba por que no notara que mis manos sudaban,  ¡Astrid puede solo sonreirme y mis piernas ya están hechas gelatina!

Ella estuvo tan feliz todo el día y esa era mi recompensa, sentía un dolor en el cuello por pensar que no estaba siendo lo suficiente, ¿Cómo te ganas el corazón de la persona más linda del mundo?, en mi mente sonaba un violín con una pieza dramática y desesperada, debo de estar actuando como un tonto enamorado, cuando el atardecer comenzaba a asomarse y Astrid recargó su cabeza en mi hombro me sentí el chico mas afortunado del mundo, el sol pegaba en su rostro y puedo jurar que jamás había presenciado tal belleza en mi vida.

—Astrid, quiero decirte que hoy la pase increible.— Mi cuerpo actúa por sí solo y poso mi mano en su hombro, me tiene encantado, mi mirada no puede desviarse de sus carnosos labios carmesí.

¡Mierda, Quiero besarla!

Subo mi mano a su mejilla izquierda, quiero acortar la distancia entre nosotros y hacer lo que he querido hacer desde hace mucho tiempo, sin algún temor lo hago, mi pecho rebota en plenitud al sentir la calidez, como si fuera la sensación más familiar, noto su nerviosismo y dejó escapar una sonrisa.

¡Estoy besando a la chica que me gusta!

Este beso no tiene comparación alguna a los torpes besos que di en la secundaria, esto se siente real, chispeante y emocionante, acuno su rostro y la guío, quiero detener el tiempo y poder tenerla así por un buen rato, quiero repetir esto una y otra vez, por que se que este ha sido el comienzo de volverme adicto a sus labios, siento orgullo cuando sus brazos envuelven mi cuello en señal que también está disfrutando esto, aún así si logro ganar el campeonato, yo ya habré ganado el placer de besar a mi chica.

Disfruto del recargar su frente con la mía, me quedo sin palabras y solo puedo llevarnos a casa, su forma de actuar cambia por completo volviéndose más tímida, suelto risas involuntarias cada que esconde su rostro, si supiera que se ve tan tierna cada que logró sonrojarla.

𝐂𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑|𝐨𝐥𝐥𝐢𝐞 𝐛𝐞𝐚𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora