RESUMEN: Cerise Henderson y Eddie Munson salen desde hace tiempo, solo que nadie sabe, mucho menos el hermano pequeño de Cerise, cosa que nota sospechoso y un día por muchas coincidencias ya antes vistas, se entera.
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-Bien, chicos, me encanta extender las partidas, pero debo irme, asegúrense de recoger todo.
- ¿De nuevo, Eddie? Es la segunda vez que dejas una partida a la mitad.
-Lo sé, de veras lo siento, pero ya había quedado con mi chica de vernos hoy, es algo que no entenderían.
No es secreto que ya todos sabían que el ruloso salía con alguien, el problema aquí, nadie sabía quién era esa chica que literalmente lo tenía a sus pies.
Cuando él chico salió hacía el estacionamiento, la vio, su corazón de inmediato salto de felicidad y sus ojos se iluminaron tanto.
Cerise Henderson es una belleza ante cualquier vista y hoy no era la excepción, sus largas botas con plataforma en color negro hacían que sus muslos descubiertos lucieran increíbles, su cuerpo siendo cubierto por una muy ligera tela de seda, tipo camisón color blanco, con encaje en las orillas.
Sobre sus hombros esta sobrepuesta una chamarra negra de cuero, que claramente robo del armario de su novio, su cabello ligeramente rizado de las puntas, complementando con unas gafas de sol rojas en forma de corazón, sobre su cabeza.
Entre sus dedos se encontraba un cigarrillo a nada de terminarse, las uñas rojo oscuro luciendo tan bien en sus largos dedos.
Cerise se dio la vuelta, dejando ver su perfecto maquillaje, en sus parpadas había sombras entre cafés y negras, alargando sus ojos con un lindo delineado y sus labios de un rojo carmesí.
- ¿Lista, linda?
-Lista, lindo.
Los chicos de Hellfire club trataron de alcanzar a la pareja y saber quién era la misteriosa chica que derretía el corazón de su dungeon master, Sin embargo, cuando llegaron al estacionamiento, la pareja ya estaba demasiado lejos y solo pudieron ver sus espaldas.
Sin embargo, Henderson vio algo en la chica que le parecía familiar, tal vez eran las botas, pero seguramente su hermana no era la única con esas botas, eso fue lo que se le cruzo en la mente del chico.
[...]
Lunes hora del almuerzo, los chicos discutían debido a que todo el fin de semana, Eddie no dio señales de vida.
- ¿Qué carajo? Eddie ¿Dónde estuviste todo el puto fin de semana?, Recuerdas que tenemos una banda y prácticas a las que debes asistir.
-Si, Gareth, lo recuerdo, es solo que salí de Hawkins, fui con mi novia al condado vecino, fuimos a una tienda de discos y como si ella no fuera lo suficientemente genial, ella no solo canta, sino, que también toca el piano, la batería y la guitarra.
