RESUMEN: Propuestas de matrimonio, citas con hombres casados, los mejores amigos siempre se terminan enamorando, todo eso en un solo día, San Valentín.
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Los pájaros cantaban, el sol mañanero entraba por aquella ventana con ligeras cortinas blancas.
En aquella cama dormía una linda rubia, de cabello largo y espalda desnuda, a un lado de ella la cama se encontraba libre, no había rastro de nadie a su lado.
Por la puerta de esa habitación entra un chico rizado, de pálida piel, en sus manos sostiene una charola con un apetecible desayuno sobre esta.
-Morley, querida, hora de desayunar.
Él deja la charola en una de las mesitas de noche que están a los lados de la cama, delicadamente retira el cabello de la cara de su amada, dejando un beso en la única mejilla que era visible.
La rubia lentamente se despierta, como si estuviera salida de un cuento de hadas, siempre tan perfecta.
-Joe.
-Feliz día de los enamorados, cariño.
-Feliz día, amor.
-Tengo tus favoritos, wafles de arándanos, jugo de naranja y algo de yogurt.
Él chico deja el alimento sobre la cama, dónde la chica ya se encuentra sentada observando el delicioso desayuno.
-Es precioso, gracias, Joe.
Los ojos azules de la rubia viajan hacia la pequeña cajita que se encuentra en la charola.
- ¿Y esto?
-Descúbrelo.
Ella algo temerosa abre delicadamente la caja, encontrándose con un lindo anillo de compromiso adornado con una costosa y lujosa gema.
-Morley Carson, me harías el honor de ser mi novia.
La chica solo observaba el anillo, estupefacta por lo que acababa de escuchar, ya que, jamás se lo hubiera esperado.
-Yo...
-Tomate tu tiempo.
-Ahh... Si.
- ¿Sí?
-Si.
Las manos de Joseph tomaron la cara de su amada, juntando sus labios y dándole un beso.
El de inmediato bajo las escaleras, salió corriendo de su casa y en el pequeño puente que había ahí cerca grito tan fuerte como pudo.
-Dijo que sí.
Por otro lado, en una habitación de hotel se encontraba enrollada en las sábanas una castaña.
